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Puigdemont y Comín no irán a los Verdes europeos, ¿y ahora qué?

Puigdemont y Comín.

Andrés Gil

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Carles Puigdemont y Toni Comín han retirado este miércoles su petición de entrada en los Verdes/ALE del Parlamento Europeo “para evitar la división” de un grupo que no lograba una posición consensuada sobre si abrir o no la puerta a los líderes independentistas. ¿Y qué significa eso? ¿Qué consecuencias tiene?

¿Dónde estaban antes? Históricamente Convergència y el PDeCAT han formado parte del grupo liberal, ALDE, en el que acabaron la legislatura 2014-2019. Pero las presiones de Ciudadanos por el procés consiguieron expulsar al PDeCAT del partido ALDE y, en consecuencia, cerrar las puertas del grupo parlamentario liberal tras las elecciones del 28 de mayo pasado, ahora renombrado como Renew Europe tras la incorporación del partido de Emmanuel Macron, La Republique en Marche.

¿Por qué los Verdes/ALE? Los Verdes en la Eurocámara son el cuarto grupo hasta que se produzca el Brexit, este 31 de enero a medianoche, en el que la marcha de los eurodiputados británicos les hará pasar de 74 a 68 escaños (pendientes del escaño de Junqueras) tras perder 11 eurodiputados británicos y ganar otros cuatro de Francia, Finlandia, Austria y Suecia.

La petición de Puigdemont y Comín tenía un sentido: el grupo verde está confederado con la Alianza Libre Europea, un grupo más pequeño, pero que incluye a partidos afines a Junts per Catalunya, como pueda ser ERC, con el que cogobiernan Catalunya, y otros partidos soberanistas como el BNG y los nacionalistas escoceses del SNP. De hecho, Oriol Junqueras es vicepresidente de ALE (EFA, en sus siglas en inglés).

“Se ha retirado la petición”, ha dicho la copresidenta de los Verdes, Ska Keller, “y ya está cerrado el asunto. El proceso ha sido largo”.

Contradicciones. Los nacionalistas flamencos de la N-VA, principales aliados en Bélgica de Puigdemont y Comín y quienes les recibieron en su estreno de eurodiputados el 20 de diciembre, están en el grupo ultraconservador ECR, que alberga a los tories británicos, los ultras polacos del PiS y la extrema derecha española de Vox. Pero, también, la N-VA es parte del partido ALE.

¿Y qué problema hay? Por un lado, los Verdes se consideran progresistas, y la política migratoria de la N-VA es próxima a Vox y opuesta a los comunes catalanes, miembros de los Verdes también (Ernest Urtasun), por ejemplo. Y, además, el copresidente de los verdes en la Eurocámara, Philippe Lamberts, es francófono y valón, la antítesis de los flamencos, lo cual ayudaba muy poco a Puigdemont y Comín.

Así, la votación de este miércoles se presentaba complicada para Puigdemont y Comín. Pero su renuncia ha evitado ese trance en el grupo Verde.

Por un lado, están los 7 eurodiputados de ALE (ERC, escoceses), más los piratas (son 12), que se han mostrado a favor en el debate mantenido por los Verdes este miércoles, defendiendo que se trataba de un asunto de “valores democráticos por encima de todo”. Al igual que los verdes franceses y checos.

Pero tanto los presidentes del grupo, Keller y Lamberts, como la mayoría de los eurodiputados, se han expresado en contra de la incorporación de Puigdemont y Comín, por “las diferencias políticas”.

Las cuentas, aproximadamente, estaban con un tercio a favor y dos tercios en contra.

Las gestiones de ERC. La eurodiputada Diana Riba ha pedido en enero por escrito la incorporación de Puigdemont y Comín al grupo, una vez que fueron reconocidos por el Parlamento Europeo como eurodiputados tras la sentencia del 19 de diciembre. Pero en el entorno de Junts consideran que la presión podría haber comenzado meses antes, tras las elecciones europeas. Las relaciones complicadas de las principales fuerzas del independentismo catalán también han tenido su traslación en Bruselas.

Por ejemplo: ERC ha rechazado hacer declaraciones este miércoles sobre el caso, y afirman que se han enterado por la prensa de la retirada de la petición de Puigdemont y Comín. “Presentaron la petición a través de ALE y ahora la retiran escribiendo a los Verdes, que son los que nos han reenviado la carta. Nosotros veníamos a una votación que ya no se ha producido”, han dicho fuentes de ERC en la Eurocámara.

La copresidenta de los Verdes, Ska Keller, ha afirmado a la salida de la reunión: “Nuestros miembros siempre han defendido el diálogo en Catalunya [dentro del grupo están Urtasun, de los comunes, y Riba, de ERC], que todos puedan sentarse en la mesa, y en nuestras conversaciones con Puigdemont hemos constatado que su estrategia es otra”.

¿Y ahora? Puigdemont y Comín siguen en los No Inscritos. Es una situación no deseada por los eurodiputados. Son los miembros del Parlamento Europeo que no forman parte de uno de los grupos políticos reconocidos. Ahora mismo están, con los independentistas catalanes, el Partido Brexit de Nigel Farage, apurando sus últimas horas en la Eurocámara, el M5S italiano y el KKE griego, por ejemplo.

Ser parte de un grupo es fundamental, porque facilita la presencia en los órganos de gobierno de la Eurocámara, en las comisiones, ayuda con las listas de voto –una de las cosas más complicadas del trabajo parlamentario–, personal técnico compartido, recursos económicos, capacidad para presentar resoluciones, no pueden ser ponentes, ni asistir a la conferencia de presidentes de la Eurocámara, además de estar sentados en un extremo del Parlamento. En definitiva, afecta a la visibilidad física y política.

Eso sí, se requiere un vínculo político e ideológico: los grupos de conveniencia, como el Grupo Técnico de Independientes, que han existido en el pasado, ya no están permitidos.

¿Podrían formar un grupo propio? Las cuentas están complicadas. Porque para que se forme un grupo parlamentario son necesarios al menos 25 eurodiputados de al menos siete Estados diferentes.

¿Llamarán a otra puerta? Es difícil que Puigdemont y Comín hagan más movimientos de forma oficial salvo que tengan asegurada la entrada. De momento, como dijo Puigdemont en una entrevista con eldiario.es, está totalmente descartado su intento de ir con sus aliados de la N-VA al ECR. Además de que Vox haría todo por impedirlo, la contradicción sería imposible de digerir para todos.

Hay otro grupo, el GUE/NGL, el de la Izquierda Unitaria, con alguno de cuyos miembros Puigdemont y Comín han tenido sintonía. Por ejemplo, con Die Linke. El partido de la izquierda alemana les ha apoyado mucho en Alemania, del mismo modo que siempre han mostrado su solidaridad partidos del GUE/NGL como EH Bildu, Sinn Fein o el Bloco de Esquerda portugués.

¿El problema? Que la cultura política del PDeCAT y Junts poco tienen que ver con la tradición marxista o comunista de los integrantes del GUE/NGL.

¿Y el suplicatorio? La pertenencia a un grupo presupone estar arropado por una comunidad. Pero no necesariamente garantiza ganar o perder un suplicatorio. La alianza pro independentista catalana en la Eurocámara es transversal. Hay partidos y diputados de todos los grupos a favor y en contra.

“Creo que tenemos un caso potente para defender su inmunidad”, ha dicho Keller.

Por otro lado, el sistema dos suplicatorio en el Parlamento Europeo tiene diferentes fases. La primera, es un paso por la Comisión de Asuntos Legales, que examinará el caso y en la que intervendrán los diputados afectados, independientemente de su pertenencia o no a un grupo.

Después de esa fase, en función de si la Comisión da vía libre el procedimiento, se produce el voto en el pleno. Y el voto no será sólo sí o no a su entrega a la justicia española, o sí o no al independentismo: los eurodiputados sabrán que si votan sí al suplicatorio pueden estar enviando a Puigdemont y Comín a la cárcel al menos 12-13 años por el 1-O, en función de la sentencia del procés del Supremo.

Pero, aún en el caso de que la Eurocámara aprobara el suplicatorio, aún quedaría pendiente la aprobación de la euroorden por parte de la justicia belga.

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