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El acuerdo en Andalucía abre el camino a Yolanda Díaz pero refleja las dificultades internas del espacio confederal

Yolanda Díaz, el jueves, junto a representantes de Podemos, IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde en la Feria de Abril de Sevilla.

Iñigo Aduriz

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El acuerdo entre Podemos, IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde para concurrir en la coalición Por Andalucía a las elecciones andaluzas del 19 de junio se alcanzó in extremis, al borde de la medianoche del viernes y, por tanto, solo unos minutos antes de que concluyera el plazo para registrar coaliciones. Durante la negociación se evidenciaron múltiples diferencias entre el partido que dirige la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el resto del espacio confederal. Y aún está por aclarar el embrollo jurídico que generó que la firma de Podemos no figurara en el registro por un error que se atribuye a que se lograra el pacto en el último minuto, si bien la Junta Electoral rechazó las alegaciones del partido. Con matices, todas las partes destacan, sin embargo, como “muy positivo” que finalmente seis partidos que se sitúan a la izquierda del PSOE concurran juntos a las andaluzas.

La iniciativa, pese a su dificultad, allana el camino al proyecto de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de cara a la formación de una candidatura única para las próximas generales con la unión de todos los partidos de esa izquierda, abriéndola incluso a otras sensibilidades más transversales. Pero también ha reflejado las dificultades que existen dentro de Unidas Podemos entre sus distintos miembros por el cruce de reproches que se produjo el mismo viernes, antes de cerrar el acuerdo, responsabilizándose unos y otros de un posible fracaso de la unión, que finalmente sí salió adelante.

Hubo una pugna durísima por el cabeza de lista. Finalmente Podemos cedió y aceptó a la candidata de IU, Inma Nieto, tras tratar de imponer al suyo, Juan Antonio Delgado, hasta el último momento, pese a que IU es la fuerza mayoritaria del espacio en Andalucía y a que Nieto concitaba el consenso en el resto de partidos. Pero minutos antes de suscribir el pacto, Podemos responsabilizaba a IU de plantearle una propuesta que, según el partido, minusvaloraba su presencia en la coalición, tanto en los puestos de salida como en los órganos parlamentarios, mientras le obligaba a aportar la mayor parte de los recursos económicos para la campaña. Y la formación del ministro de Consumo, Alberto Garzón, acusaba a la de Ione Belarra de tratar de buscar excusas para hacer fracasar las negociaciones al considerar que Podemos no quería en realidad un acuerdo en el que estuviera incluido Más País por las consecuencias que esa alianza podría tener a nivel estatal, donde ambos partidos tratan de conservar su independencia tras el cisma que supuso en Podemos la salida de Íñigo Errejón y la fundación de su propia formación política, en 2019.

Las rencillas internas persisten, pero todo el espacio confederal coincide ahora en destacar que finalmente pudieran superarse esos problemas para la candidatura conjunta en Andalucía. Sobre las 23.00 horas del viernes, apenas una hora antes de que se cerrara el plazo para registrar la coalición, fue el equipo de Yolanda Díaz el que, ante un posible fracaso, decidió tomar las riendas de la negociación. Todas las partes reconocen su labor de mediación entre Podemos e IU, a través de llamadas que realizó la propia vicepresidenta pero también su jefe de Gabinete, Josep Vendrell, que acabaron con el desbloqueo de la situación.

El acercamiento de Díaz a Más País

El entorno de Díaz trata de remarcar en conversación con elDiario.es que la vicepresidenta se limitó a mediar, pero que no exigió nada a ninguna de las partes ni impuso a la candidata, Inma Nieto, con la que la también ministra de Trabajo paseó esta misma semana agarrada del brazo por la Feria de Sevilla. La intervención de Díaz se produjo, según su equipo, al constatar que podía no salir la coalición, lo que a su juicio “no se merecen” los andaluces que se identifican políticamente a la izquierda del socialismo.

La “principal novedad” para el entorno de la vicepresidenta, y uno los “éxitos” del acuerdo –más allá de las rencillas entre las partes– es que “por primera vez” desde la ruptura Podemos y Más País concurrirán a unas elecciones en una lista conjunta “gracias a la mediación” de Díaz. En las últimas semanas, la ministra de Trabajo se ha fotografiado en distintos actos tanto con Errejón como con las líderes de Más Madrid, Mónica García y Rita Maestre, en un claro intento de acercar posiciones para atraer a ese partido a su futuro proyecto, para el que tiene previsto iniciar el “proceso de escucha” este mes o el que viene.

Lo ocurrido en Andalucía, apuntan desde el equipo de Yolanda Díaz, es un “primer paso importante” para la configuración de su candidatura para las generales, por lograr que se presenten “todos juntos”: Podemos, IU y Más País, además de las otras tres fuerzas con menor peso representativo. Pero fuentes de la vicepresidencia segunda señalan que, de cara a las generales, su pretensión es conformar un espacio “mucho más amplio” y “transversal” en el que no tengan tanto protagonismo los partidos, como ha ocurrido en la negociación andaluza, sino que todo pivote en la “escucha” a la ciudadanía y a distintas organizaciones sociales.

Desde Podemos justifican las diferencias evidenciadas en Andalucía en que “las negociaciones siempre son complejas”. Pero aseguran que tanto el que era su candidato, el diputado por Cádiz José Antonio Delgado, como la dirección estatal del partido que se involucró en la negociación –fue relevante el papel de la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, que tomó las riendas del diálogo el viernes– estarán ahora “a tope” durante la campaña para intentar lograr un buen resultado para la izquierda e impedir que el actual presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, repita en el cargo con la previsible ayuda de Vox.

“A partir de ahora, unidad”, es un mensaje que tratan de trasladar todas las partes, que confían en que pese a haber aireado las enormes dificultades de la negociación andaluza a partir de ahora se pueda fortalecer la coalición Por Andalucía y se convierta en alternativa con opciones al menos de ser decisiva para la gobernabilidad de la comunidad.

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