Aznar defiende una justicia independiente en Guatemala como mejor arma para combatir la corrupción

“Libertad de expresión y justicia independiente”. Es la receta de José María Aznar para luchar contra la corrupción en Guatemala, donde su amigo Otto Pérez Molina se vio forzado a abandonar la presidencia en septiembre y acto seguido fue encarcelado por su presunta relación con una trama corrupta.

“El Estado debe tener claro que la ley es la misma para todos”, dijo Aznar en una conferencia pronunciada este jueves en la capital del país. El presidente de honor del PP y de FAES pronunció estas palabras durante el Encuentro Nacional de Empresarios en Guatemala, un acto organizado por Fundesa, “un centro de pensamiento privado conformado por empresarios a título personal”, según la descripción de su cuenta oficial de Twitter.

Aznar siempre ha mantenido una estrecha relación con las fuerzas conservadoras de Guatemala. El expresidente español fue invitado personal de Otto Pérez Molina en su toma de posesión en 2012. Pérez Molina ha acabado en prisión donde espera la celebración de juicio bajo la acusación de liderar la red de corrupción aduanera “La Línea”. Acaba de solicitar al juzgado un ordenador para escribir sus memorias desde la celda. Roxana Baldetti, vicepresidenta de Pérez Molina, también está encarcelada por esta misma trama.

El 21 de agosto, la Fiscalía ordenó la detención de Baldetti y solicitó al Congreso el procesamiento de Pérez Molina por varios delitos. El 1 de agosto, el Congreso le retiró la inmunidad y un día después el presidente presentó la dimisión. 

Ana Botella, esposa de José María Aznar y por aquel entonces alcaldesa de la capital de España, le concedió en 2013 al ahora expresidente guatemalteco la llave de oro de la Villa de Madrid. En aquella visita al país, Pérez Molina fue recibido por el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Botella le devolvió la visita antes de abandonar el cargo: en enero de 2015 la todavía alcaldesa realizó un viaje oficial a Guatemala de cuatro días.

Las relaciones se extendieron a FAES: tras la toma de posesión de Pérez Molina como presidente, el think tank que preside Aznar eligió Guatemala como sede de su campus para Centroamérica y Caribe de 2012. La diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo fue la encargada de coordinar la reunión y Aznar de clausurarla.

Guatemala también fue el destino escogido por Javier Fernández Lasquetty, uno de los hombres de confianza de Aznar. El exconsejero de Sanidad en Madrid y secretario general de FAES fichó en 2014 como vicerrector por la universidad Francisco Marroquín. Dicho centro universitario es conocido por su inclinación hacia el liberalismo como receta para la recuperación económica. 

El foro empresarial hizo hincapié en la labor política de Aznar como privatizador durante su época como presidente del Gobierno. “Gracias a las liberalizaciones y la competencia (...) se crearon en España casi 5 millones de puestos de trabajo”, reza el currículum elaborado por la organización para promocionar la conferencia.

Aznar recordó su etapa de gobierno durante la conferencia: “Bajamos impuestos en España por la informalidad tan alta”, afirmó el expresidente, para asegurar a continuación que es esencial “reducir la pobreza y ampliar la clase media y el acceso a más oportunidades para todos”.

Aznar era uno de los principales reclamos de la organización del encuentro (su cara podía verse en carteles que inundaban las calles de Ciudad de Guatemala) para un evento cuya entrada alcanzaba el precio de 1.000 quetzales, casi la mitad del salario mínimo mensual del país (2.000-2.200 quetzales). 

Durante su intervención, aseguró que la libertad “de sufragio de los ciudadanos no solo se ejerce el día de las elecciones”. “Las buenas políticas son las que generan buenos resultados”, continuó el presidente de FAES. Aznar fue más allá y aseguró que cuando “cuando todos los ciudadanos tienen que ganar se dan los procesos de desarrollo”, según las declaraciones recogidas en el Twitter de Fundesa. 

Los empresarios que prestaban su jet

Además de su relación con el presidente caído y encarcelado, Aznar tenía ya un estrecho trato con el empresariado de Guatemala. Se trata de relaciones que no oculta y que en una ocasión sorprendieron a periodistas y compañeros de partido. 

Es lo que ocurrió en junio de 2008. El PP celebró en Valencia un Congreso en el que el liderazgo de Rajoy estaba en la cuerda floja, tras perder por segunda vez contra Zapatero en las elecciones generales. Aznar apareció en el aeropuerto de Valencia a bordo de un jet privado. Estuvo muy poco tiempo en los actos del PP, lo justo para criticar a Rajoy y dejar para los archivos el gélido saludo que le dedicó a su llegada. Ese gesto se llevó las portadas del día siguiente pero Aznar dejó ese día otra pregunta en el aire: ¿de quién era ese avión?

El jet, modelo Grugmman, pertenecía a Dionisio Gutiérrez, un empresario guatemalteco considerado el poder en la sombra en ese país. Gutiérrez lidera un emporio alimenticio alrededor de la marca Pollo Campero, con más de 30.000 empleados a sus órdenes. Es además miembro de la Junta Fiduciaria de la Universidad Francisco Marroquín, el centro académico que encontró hueco para Lasquetty en 2014 y que nombró al propio Aznar doctor Honoris Causa en 2006.