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Bermejo, el crítico de Ciudadanos desde los tiempos de Rivera, encuentra hueco en la lista de Edmundo Bal

Juan Carlos Bermejo, en una imagen de archivo.

Carmen Moraga

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No desfallece. Si algo caracteriza a Juan Carlos Bermejo (Madrid, 1971) es la perseverancia. De hecho, en los siete años que lleva militando en Ciudadanos ha sido aspirante a distintos procesos de primarias hasta en cuatro ocasiones, aunque en una terminó retirándose. Y no logró ganar en ninguna de ellas porque sus rivales no fueron cualquiera: nada menos que Albert Rivera e Ignacio Aguado.

Tampoco pretendía vencerles. Su intención, según aclara ahora, era “protestar” y “denunciar situaciones internas” que no le gustaban “nada” dentro de un partido que rozó gloria –hubo encuestas que llegaron a pronosticar su llegada a la Moncloa– y que, sin embargo, ha ido derrumbándose a velocidad de vértigo hasta terminar dividido y con dos bandos enfrentados: el de Inés Arrimadas y el de Edmundo Bal, en el que Bermejo ha decidido integrarse alimentando con ello su fama de eterno “crítico”. “Soy crítico, sí, y muy peleón. Un verso suelto porque nunca me he callado y he dicho lo que me parecía”, reconoce.

El economista y empresario se afilió en 2015 a la formación fundada por Albert Rivera. Lo hizo en Las Rozas, la localidad madrileña donde reside y allí, en el partido, se responsabilizó de la política municipal. Ciudadanos por entonces no tenía estructura fuera del ámbito de Catalunya –donde nació–, ni cuadros orgánicos de los que tirar. Pero a Bermejo no le importó y se dedicó en cuerpo y alma a trabajar por un proyecto en el que creía y consideraba “muy necesario, porque podía regenerar la vida política española”, ser la alternativa al “bipartidismo” y también frenar el incipiente ascenso de Podemos, la otra fuerza emergente en aquel momento.

Con el tiempo, sin embargo, Bermejo pasó del más absoluto anonimato a convertirse en habitual tertuliano de televisiones afines a la extrema derecha como El Toro TV o DistritoTV, desde donde no ha escatimado críticas tanto al Gobierno de Pedro Sánchez como al PP y teoriza sobre la situación económica. Pero también ha cargado contra su propio partido cuando le ha parecido bien. “Yo voy donde me llaman. Digo lo que pienso y no tengo discursos incendiarios”, explica, para justificar su presencia en esas emisoras de ideología ultraconservadora.

Primera incursión contra Rivera

Su primera incursión en unas primarias data de 2017. Fue cuando Ciudadanos decidió dar un giro ideológico y abandonar la “socialdemocracia” para pasar a definirse simplemente como un partido “liberal progresista”. La decisión, según desvela, la tomó a finales del 2016, tras participar en un Consejo General previo a la IV Asamblea en el que se acordó cambiar el modelo “y la esencia con la que el partido nació”. “Me pareció un grave error ir en contra de los principios del Movimiento Ciudadano [el embrión de la formación]. A Albert Rivera lo estaban traicionando, llevándolo a un puro slogan de marketing. Así que, a modo de protesta, decidí concurrir a las primarias previas a esa Asamblea General para presidir Ciudadanos. ¡Claro que sabía que no iba a ganar, pero me daba igual!”, se ríe ahora.

Al final hubo tres candidaturas: la de Rivera, la de él y la del andaluz Diego de los Santos –al que algunos consideraron como “un satélite” de la propia dirección–, del que después nunca más se supo. Como se esperaba, Rivera arrasó en esas elecciones internas. Lo que resulta más curioso es que el entonces todopoderoso líder de Ciudadanos jamás intentó conocer a sus dos oponentes. Evidentemente, tampoco accedió a hacer un debate durante una campaña interna que, según Bermejo, “fue un paripé”. “

“Albert nos ninguneó e ignoró por completo. Jamás he logrado hablar con él en sus años de presidente del partido. Ni entonces ni nunca. Yo le mandaba wasaps, pero él no me contestaba. Eso ya me dio idea del modelo de partido que él quería, jerarquizado y en el que la militancia no le importaba nada, solo le servía de forma instrumental”, resumo. Bermejo lamenta, además, que “la acumulación de talento que fue llegando al partido poco a poco fue desechada por su guardia pretoriana para evitar que alguien le hiciera sombra”. “Ciudadanos terminó siendo un partido igual que el resto”, concluye.

La segunda vez que Bermejo decidió concurrir a primarias fue dos años después, en 2019, con la intención de disputarle la candidatura a la Comunidad de Madrid a Ignacio Aguado, al que Bermejo ya conocía de algún acto en Madrid. “Me recibió con indiferencia y noté mucha beligerancia contra mí, tanto por parte de la dirección regional como de la nacional”, señala. “Me pateé la Comunidad de Madrid para dar a conocer mi proyecto alternativo. Pero cuando me acercaba a las carpas de Ciudadanos muchos afiliados me decían que habían recibido la orden de no hablar conmigo o me pedían que no subiera a las redes fotos con ellos para no perjudicarles”, recuerda con enfado.

El exdirigente madrileño tampoco accedió a un debate con su rival. Y Bermejo volvió a perder aquellas primarias, no sin denunciar después ciertas “irregularidades” que le parecieron flagrantes. El economista impugnó ante un juzgado de Madrid todo el proceso al considerar que hubo “pucherazo” durante la votación. Además, según él, Aguado incumplió las normas electorales del partido. “Hizo campaña el día de reflexión y hubo una total falta de imparcialidad de toda la dirección, que se manifestó a su favor, además de un gran desprecio a la democracia interna”, sostiene. La denuncia se admitió a trámite.

Ciudadanos por entonces ya había entrado en declive, al pasar en las segundas elecciones generales repetidas en 2019 de 57 a 10 diputados, lo que obligó a Albert Rivera a dimitir. Inés Arrimadas tomó su testigo también tras unas reñidas primarias con Francisco Igea, al que ganó por goleada. Pero el estallido de la pandemia lo paralizó todo. También los juzgados y hasta principios de 2021 no se fijó el juicio de Bermejo contra Aguado, tras finalizar los estados de alarma.

En ese periodo el partido había sufrido ya varias y duras sacudidas. Una de ellas, la fracasada moción de censura de Murcia de Ciudadanos contra el propio gobierno de coalición que formaba con el popular Fernando López Miras, que desencadenó la ira de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta regional destituyó entonces a todos los consejeros de su gobierno de Ciudadanos, incluyendo al propio Aguado como vicepresidente, y anunció el adelanto electoral en Madrid para mayo.

Nuevas primarias para competir contra Aguado

Bermejo decidió nuevamente postularse para las primarias de esas elecciones autonómicas y rivalizar por segunda vez con Aguado, pese a que ya se rumoreaba que Arrimadas no quería que se presentara. Así lo anuncio en su perfil de Twitter, vehículo que utiliza para estos menesteres. “Hablamos los militantes de Cs; ya sabéis que más que nunca es necesario un partido como Ciudadanos que sepa sus valores y que mantenga las instituciones lejos de aquellos que quieren usarlas en beneficio propio como hasta ahora”, comentó en su vídeo de presentación, el 14 de mayo.

La decisión de Arrimadas de sustituir a Aguado por Edmundo Bal trastocó sus planes. Lo primero que hizo fue retirar la demanda que se mantenía viva contra el exdirigente regional de Ciudadanos. “Lo consulté con Bal como jurista y así lo acordamos dado que ya el propio Aguado había dimitido de sus cargos”, explica. También se retiró de la contienda y anunció que ya no optaba a primarias. Así lo había adelantado días antes en la red social. “Si Edmundo Bal diera el paso de presentarse a las Primarias de Madrid, retiraría mi candidatura y le daría mi total apoyo. Si la alternativa son Aguado o Garrido, daré la batalla hasta el final”, advirtió.

A ese tuit siguió otro ratificando que no rivalizaría con Bal. “Me alegro que Edmundo haya dado el paso. Cumplo con mi palabra. Retiro la candidatura. Tiene todo mi apoyo y confianza. Muchas gracias a todas las personas que me habéis alentado estos difíciles días. Esto puede ser el final del principio”, afirmó. Le contestó Begoña Villacís, agradeciéndole el gesto: “Gracias Juan Carlos, dice mucho de ti”, le dijo la vicealcaldesa. El portavoz adjunto de Ciudadanos también le alabó: “Bal me dijo que creía que personas como yo teníamos que formar parte del proyecto”, desvela. Sus relaciones con Bal desde entonces se intensificaron.

Candidato a la Asamblea de Madrid

Pero su vocación como aspirante a primarias no finalizó ahí. El pasado 19 de septiembre de 2022 Bermejo volvía a la carga y se apresuraba a anunciar por enésima vez en su cuenta de Twitter su decisión de volver a presentarse a unas primarias –que están aún sin convocar– para encabezar la candidatura a las elecciones de la Comunidad de Madrid de mayo de 2023. Según cuenta, previamente se lo anunció a Begoña Villacís, a la que le insistió en que Ciudadanos necesitaba “una cara en Madrid contra Ayuso, que está en un balneario”.

“Begoña siempre me ha tratado muy bien, y me dijo que hiciera lo que quisiera como hago siempre”. Y así lo hizo, desplegando sentido del humor, dado sus antecedentes: “Diréis que ya está aquí Juan Carlos, el de siempre. Sí, soy el de siempre y lamentablemente el que siempre ha tenido razón”, afirma en el vídeo explicativo con las razones que le han llevado a dar ese paso. “Nuestro partido y este proyecto se la juegan. Si me dais vuestro apoyo devolveré la confianza y la representación que tenía Ciudadanos en la Asamblea de Madrid”, promete a los afiliados.

A día de hoy nadie ha anunciado su intención de concurrir a esas primarias para el cargo, lo que le da bastantes opciones a convertirse en el candidato a la Comunidad de Madrid de un partido que da sus últimos estertores y encima ha entrado en una deriva cainita.

Lo curioso es que cuando grabó ese mensaje, Bermejo ni sospechaba la que se le venía encima al partido. O eso mantiene. El día que Bal anunció que iba a presentar su propia candidatura para disputarle la presidencia a Inés Arrimadas no lo dudó y se situó del lado del abogado de Estado. De hecho, se ha integrado en su lista y le defiende. No obstante, previamente, también se había ofrecido a ser “el candidato de consenso” entre ambos dirigentes. “Estoy dispuesto a liderar una candidatura de unidad cuya guía sea las conclusiones de la Refundación, que recupere a los afiliados perdidos, la confianza de los españoles y la utilidad del partido. Sometida a Primarias. Hablemos @InesArrimadas @BalEdmundo”, les retó en Twitter.

Ahora lo tiene claro. “Edmundo no ha hecho esto para presentarse como líder, lo ha hecho para evitar que la refundación fuera una farsa. Está intentando salvar al partido porque con Inés las posibilidades de hacerlo son cero”, opina. El economista y tertuliano sostiene que el de Arrimadas es “un perfil parecido a Rivera”, “muy soberbio” y con tendencia al “hiperliderazgo”, pese a reconocer que con ella al menos ha intercambiado algunas impresiones. “Aunque también me ninguneó durante un tiempo”, lamenta.

“Si gana la lista de Edmundo, mi objetivo sería recuperar a los casi de 40.000 afiliados que tenía Ciudadanos, porque ese es el ejército que necesitamos para recuperar a los votantes”, adelanta. “Pero, si no ganamos, me quedaré, y mientras tenga salud, Ciudadanos no morirá jamás. No tengo prisa. El partido debe seguir teniendo su activismo para resurgir como los liberales alemanes, que se recuperaron. Los que quieran irse que se vayan”, invita Bermejo, para después añadir que no quiere que Ciudadanos “se convierta en un partido de apesebrados o resentidos”. Él desliza que es consciente de que algunos de los que apoyan a Bal entran dentro de esa categoría.

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