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El Congreso aprueba el polémico nombramiento de Enrique Arnaldo con once votos menos de los esperados

Enrique Arnaldo en su comparecencia en la Comisión de Nombramientos del Congreso.

Iñigo Aduriz

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El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves el nombramiento de cuatro nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, entre ellos el del polémico Enrique Arnaldo, propuesto por el Partido Popular, que en los últimos días había dividido a la izquierda por su demostrada vinculación a los populares. Esa relación había generado un fuerte malestar entre los socios parlamentarios del Gobierno y también en sectores del PSOE –que pactó los nombramientos con el PP– y en Unidas Podemos, aunque finalmente la inmensa mayoría de los diputados de los dos partidos del Ejecutivo de coalición han apoyado su nombramiento.

Pero de los 243 escaños que suman PSOE (120), PP (88), Unidas Podemos –teniendo en cuenta que aún no se ha sustituido a Alberto Rodríguez, por lo que el grupo confederal tiene ahora 34 diputados– y Foro (1) –que también respaldó los nombramientos–, en la votación de Arnaldo, que ha sido telemática y secreta, ha habido 232 votos para el magistrado, por lo que faltaron once. Tal y como establece la Constitución, la elección de los miembros del Constitucional por parte del Congreso exigía el apoyo de tres quintos de la cámara, que suman 210 diputados, y para alcanzar esa mayoría reforzada eran necesarios los votos de los partidos que llegaron al acuerdo –PP y PSOE–, pero también de Unidas Podemos.

Pese a ser secreta la votación, los socialistas exigieron a todos sus diputados un comprobante de que habían votado, como siempre hacen en el caso de las votaciones telemáticas, en el contexto de una renovación que ha incluido la designación de otros tres miembros del Constitucional, la elección como Defensor del Pueblo del socialista Ángel Gabilondo y el nombramiento de los nuevos integrantes del Tribunal de Cuentas.

Uno de los que no ha apoyado al polémico letrado ha sido precisamente el diputado socialista por Gipuzkoa Odón Elorza, que ya había mostrado su rechazo al nombramiento y que finalmente no le ha votado según ha anunciado él mismo en un mensaje de Twitter. “Tras una reunión con la dirección del Grupo Socialista en la que he explicado mi posición de cara a la votación, he efectuado con responsabilidad el voto telemático en el que NO he apoyado al Sr. Arnaldo, en defensa del prestigio y la dignidad de las instituciones del TC y Congreso”, ha asegurado.

Elorza sí ha votado a los otros tres candidatos acordados entre PP y PSOE que también han resultado elegidos magistrados del Constitucional: Concepción Espejel (238 votos, seis más que Arnaldo) –propuesta por el PP y también rodeada por la polémica– y Ramón Sáez Valcárcel e Inmaculada Montalbán (con 240 votos para ambos, ocho más que Arnaldo), los dos propuestos por el PSOE. La dirección del PSOE “estudiará en los próximos días” la ruptura de la disciplina de voto de Elorza ante una posible sanción “y tomará una decisión al respecto”.

Del resto de los disidentes se sabe que el exministro José Luis Ábalos votó en blanco por error y que a otro diputado socialista, Mariano Sánchez, se le dio por nulo su voto por equivocarse en el orden de los nombres. Pero de los otros ocho se desconoce su filiación política, y si ha sido por estar en desacuerdo con la elección. Quienes no han participado en la votación han sido el PNV y los partidos independentistas, que han mostrado su rechazo al reparto de puestos entre PSOE y PP. Entre duras críticas, tampoco apoyaron los nombramientos Vox –que pidió a los diputados a romper la disciplina de voto– y Ciudadanos, mientras Navarra Suma ha votado en blanco. Compromís y Más País apoyaron la mayoría de nombramientos pero no los de Arnaldo y Espejel.

“Han entrado en las malas prácticas del bipartidismo”, denunciaba Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos. “Se les tiene que caer la cara de vergüenza. No se suban nunca más a dar lecciones”, insistía, dirigiéndose a la bancada de PSOE y PP. “Hoy el Congreso huele a amaño, huele a obscenidad, huele a escándalo, por eso muchos diputados han necesitado esta pinza para votar”, añadía, por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, enseñando una piza en el atril del Congreso. “Posiblemente el señor Arnaldo sirva para hacer negocios pero no sirve para estar en el Constitucional”, concluía. “Hoy se van a votar candidatos que no son idóneos, por diputados que saben que Espejel no es idónea y que Arnaldo no es idóneo”, agregaba después Íñigo Errejón, de Más País.

Unidas Podemos: “Espejel y Arnaldo nunca debían haber sido propuestos por el PP”

“Hoy tenemos una votación difícil”, reconocía el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Antón Gómez-Reino. A su juicio, Espejel y Arnaldo “nunca debían haber sido propuestas por el PP”, porque “implícitamente son dirigentes del PP sin carné”. No obstante, ha justificado el apoyo de su grupo a su nombramiento para desbloquear la renovación de las instituciones. “Solo había dos opciones, un acuerdo mejor o peor de tres quintas partes de la Cámara o continuar el bloqueo de las instituciones”, añadía. “Nuestro voto nunca va a ser un voto a favor de Arnaldo o Espejel, es en contra del secuestro de las instituciones por parte del PP”, matizaba.

El PP, en cambio, habló del “prestigio” de los candidatos y reafirmó su apuesta por “instituciones fuertes”. A juicio de Vicente Tirado, el diputado popular encargado de participar en el debate, su acuerdo con el PSOE “responde al compromiso de elegir a profesionales de conocido prestigio” y remarcó el “sentido de Estado” de su partido. Para el PSOE el pacto con el PP “es la responsabilidad de gobierno por encima de los intereses de partido”.

La polémica generada por la elección de Arnaldo como candidato propuesto por el PP se debe a que su nombre ha aparecido en sumarios de corrupción, de los que salió indemne, pero que mostraban su cercanía a los cargos populares, con los que hacía negocios o trataba de influir en los nombramientos judiciales. El letrado colaboró con la Fundación FAES y llegó a estar vinculado a algunas de esas causas como Palma Arena –causa en la que llegó a estar imputado– o Lezo.

El propio Pedro Sánchez reconocía este miércoles en el Pleno del Congreso que no le gustaban “algunos” de los candidatos del PP al Tribunal Constitucional, en clara alusión a Arnadlo. A renglón seguido, sin embargo, Sánchez alababa la posición de PSOE y Unidas Podemos al secundarlos para “salvar el acuerdo” con Pablo Casado.

El más crítico con los nombramientos había sido el diputado Elorza, que cargó contra la designación del letrado el miércoles de la semana pasada, en la comisión consultiva de nombramientos del Congreso. Además, en un artículo publicado en El Periódico de España, dos diputadas de Unidas Podemos, Meri Pita y Gloria Elizo –que es además miembro de la Mesa del Congreso– y un exparlamentario del grupo confederal, Eduardo Santos, insinuaron este miércoles que ellas votarían en contra de la designación de Arnaldo, un aspecto que no ha podido ser confirmado por este diario. “Cada voto afirmativo es una ignorancia deliberada”, sostuvieron, tras recordar algunas de las últimas noticias conocidas acerca del letrado y su vinculación con el PP y la corrupción.

Tras casi tres años de bloqueo

Los nombramientos de este jueves se han producido 1.073 días después de que se agotara el mandato de cuatro jueces del Tribunal Constitucional y tras casi tres años de bloqueo por parte del Partido Popular. La renovación, fruto del acuerdo entre PSOE y PP suscrito el pasado 14 de octubre también alcanzó al Tribunal de Cuentas, en este caso en situación de interinidad desde julio.

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