Cospedal mantiene el control del PP desde un sillón del Consejo de Ministros
En la competición por ver quién acumula más poder en el Gobierno, si Soraya Sáenz de Santamaría o María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP ha logrado combinar dos mandos: el del partido y el de un ministerio de los llamados de Estado como es el de Defensa. La nueva ministra responsable de las Fuerzas Armadas confirmaba en su toma de posesión no solo que seguía como secretaria general, algo que se daba por descontado al menos hasta el próximo congreso que el PP ha de celebrar en los próximos meses. También contó que seguirá después, por lo que forma parte de un acuerdo con Mariano Rajoy.
En la hoja de servicios previa a la cartera de Defensa, Cospedal incluye uno destacado: el de quemar gran parte de su imagen en su defensa del PP y de Rajoy en materia de corrupción. “Es una mujer que nunca me ha dicho que no”, reconoció Rajoy durante un desayuno informativo poco después del estallido del caso Bárcenas. El agradecimiento de Rajoy por cubrir sus espaldas y las del PP se mantuvo a pesar del ya famoso error del “finiquito en diferido”.
Ella siempre ha defendido que eso le iba en el cargo aunque en las épocas más duras y antes de ampliar el número de caras con los vicesecretarios algunos lunes optó por no informar en rueda de prensa para no exponerse más. Aun así, siempre ha tenido a gala someterse a las ruedas de prensa sin parapetarse tras el cargo como Saénz de Santamaría.
Acompañada de su familia, medio Gobierno y la dirección del PP casi al completo, Cospedal pasó revista a las tropas por primera vez bajo la lluvia. Antes había dicho asumir el cargo tanto con “orgullo” como con “humildad” y apeló a la “ayuda de Dios” aunque había optado por la fórmula de prometerlo durante el acto de la mañana en el Palacio de la Zarzuela.
Tanto ella como su círculo más cercano y los miembros de la dirección del PP defienden que es perfectamente compatible y que no es la primera vez que sucede. A través de Fernando Martínez Maillo, vicesecretario de organización, Cospedal retiene el control del partido porque así lo ha acordado con Rajoy. De esta forma, mantiene una posición primordial cara a los próximos años, cuando el PP deberá abordar la sucesión de Rajoy.
Aunque al ministerio de Defensa no se lo considera una cartera de marcado perfil político, el sillón en Génova 13 y su acta de diputada sí le permiten combinar ambas facetas mientras tanto. A la vez, en Castilla- La Mancha sigue siendo presidenta del partido y sus miembros no lo ven como un problema.
Pedro Morenés, el ministro saliente, no tiene el carné del PP ni ha sido diputado durante la primera legislatura del Gobierno de Rajoy. A partir de ahora, la cartera de Defensa pasa a manos de la máxima autoridad del partido después de Rajoy, que lo preside.
