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La dirección del PSOE reclama un espacio propio en la gestión de la crisis para frenar los ataques de la derecha

Pedro Sánchez junto a José Luis Ábalos y Adriana Lastra en una reunión de la Ejecutiva del PSOE.

Esther Palomera / Irene Castro

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¿Dónde está el PSOE? ¿Hay que limitar la presencia mediática de los ministros durante la crisis sociosanitaria? ¿Demasiados uniformes durante las comparecencias diarias del Gobierno? ¿Es acertada la política de comunicación de La Moncloa? ¿Ha llegado el momento de que la organización tenga un espacio propio en esta crisis? ¿Entrará la derecha en los acuerdos de reconstrucción nacional propuestos por Pedro Sánchez?

Estas y algunas otras preguntas sobrevolaron la reunión de la Comisión Permanente que el PSOE celebró el pasado lunes a través de una videollamada “semiclandestina”. No hubo convocatoria formal a los medios ni tampoco la rueda de prensa posterior que suele celebrarse tras estas citas, pero el núcleo duro de la dirección socialista entendió que debía retomar, tras cinco semanas en pausa, su actividad ordinaria e intercambiar impresiones sobre la evolución de la crisis de la COVD-19.

Desde el 9 de marzo, el núcleo duro la dirección no había vuelto a reunirse y, aunque la agenda del secretario general y presidente del Gobierno está ocupada las 24 horas con la gestión de la crisis, Ferraz decidió que era el momento de reactivar la organización e informar a los miembros de la Permanente de la estrategia “monclovita”. En ausencia de Pedro Sánchez -que esa mañana se reunió también telemáticamente con Pablo Casado y después con la Federación Española de Municipios-, fue José Luis Ábalos, en su doble condición de delegado del mando único durante el estado de alarma y secretario de Organización PSOE, quien expuso la firme voluntad del Gobierno de construir espacios de consenso con el resto de fuerzas políticas y, en especial, con los populares. Un marco del que recelan, pese al acuerdo ya alcanzado con el PP de crear una comisión parlamentaria, algunos miembros de la dirección socialista que no ven voluntad alguna de colaboración en Casado, a quien ven como “un líder sin escrúpulos que aprovechará cuanto pueda la coyuntura para erosionar al Ejecutivo”.

El entrecomillado es de un miembro de la dirección del PSOE, que pidió “una salida por la izquierda” de esta crisis a la que no cree que vaya a sumarse en ningún caso el PP de Pablo Casado, y mucho menos VOX. La preocupación por el clima de confrontación y crispación fomentado por las derechas fue motivo de comentario de varios miembros de la Permanente. A medida que transcurren los días y se suceden las declaraciones de los portavoces de Génova, los socialistas están convencidos de que aprovecharán el marco parlamentario y la comisión acordada entre Sánchez y Casado para examinar la gestión del Gobierno, y no para aportar soluciones a los gigantescos problemas económicos y sociales que afloran y que irán a más a medida que pasen las semanas.

Todas las intervenciones que se sucedieron en la reunión, que se prolongó durante más de cuatro horas, fueron para manifestar un cerrado apoyo a la gestión del Gobierno, si bien hubo voces que se alzaron en contra de la “sobreexposición” diaria de los ministros tanto en las ruedas de prensa telemáticas como en los medios de comunicación. Algunos miembros de la dirección socialistas lamentaron que el partido haya cedido todo el espacio mediático al Gobierno y reclamaron mayor presencia de la organización para frenar los continuos ataques de la derecha y la ultra derecha. Hubo también quien se quejó de la excesiva presencia de “uniformes” en las comparecencias diarias de los técnicos, en alusión a los militares y mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Ábalos explicó que el Ejército es una institución hoy bien valorada por los españoles que ha tenido además un papel nuclear en las labores de desinfección de las residencias de mayores, uno de los principales focos de contagios. Moncloa ha decidido finalmente prescindir de los uniformados en las ruedas de prensa diarias a partir de este domingo, si bien “volverán a comparecer de manera singular cuando sea necesario para transmitir las novedades de sus respectivas competencias”, según ha explicado este sábado el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. El secretario de Organización del PSOE no trasladó este cambio al resto de miembros de la dirección del partido.

Todos los integrantes de la Comisión Permanente cerraron también filas con la coalición de gobierno y con los socios de Unidas Podemos en respuesta a los continuos ataques de la oposición por la desconexión entre algunos ministros y el empeño de los de Iglesias en atribuirse la paternidad de algunas medidas sociales. “No hay más discrepancias que en un Gobierno monocolor”, aseguró el ministro Ábalos.

“El partido debe actuar más porque el Gobierno no llega a todo, no se puede desdoblar y no deben aparecer siempre cuatro ministros en un momento en el que la derecha ataca por tierra, mar y aire no solo al presidente del Gobierno, sino también a todos los alcaldes y presidentes regionales”, afirmó una de las voces intervinientes, cuya petición fue casi unánimemente compartida por sus compañeros, incluso por el propio Ábalos, que admitió que es necesario involucrar y reforzar la presencia en medios del PSOE. “Habrá que ir poco a poco retomando la actividad con los medios que disponemos, que no serán muchos hasta que no se levante el confinamiento”, defiende un portavoz socialista tras admitir que la política de comunicación de La Moncloa no es la más acertada para una crisis de esta envergadura.

No todos en Ferraz están, sin embargo, por la labor de crear un espacio propio para el partido. Algunas voces piden esperar hasta que se levante el estado de alarma. Los partidarios de mantener el modelo actual defienden que ahora es el momento del Gobierno y del Parlamento, lo que no impide en absoluto que desde los territorios “se pueda hacer pedagogía” sobre la acción de gobierno y una campaña de explicación sobre las medidas socioeconómicas implementadas desde que comenzó el estado de alarma.

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