Jorge Barrero: “Hay que reconocer y remunerar mejor los trabajos que no pueden hacer las máquinas”
Buena parte de los trabajos actuales serán desarrollados en el futuro por robots: quienes hayan conseguido formarse para otros empleos estarán bien pagados, mientras el resto ocupará trabajo precarios. La clase media desaparecerá y el resultado será una sociedad polarizada entre ricos y pobres.
Ese es el diagnóstico sobre el futuro inmediato contra el que lucha la Fundación Cotec -una fundación privada sin ánimo de lucro-, que ha lanzado una campaña para que los políticos abran un debate sobre una profunda reforma en el sistema educativo. La campaña está apoyada en dos vídeos que llevan más de 450.000 visualizaciones y en una carta abierta que pide, entre otras cosas, “que el sistema educativo fortalezca las habilidades que nos hacen ser mejores que las máquinas” o evitar “que las máquinas cometan abusos contra nosotros en vez de estar a nuestro servicio”.
Jorge Barrero, director general de Cotec y experto en gestión de I+D+i, advierte en esta entrevista de que si no se actúa ya, la automatización del trabajo no destruirá empleo, pero sí que habrá una división social entre quienes estén bien preparados para ese cambio y quienes no, que estarán abocados a los empleos peor pagados. Dibuja una sociedad en que por un lado estarán los riders de Deliveroo y del otro, los ingenieros informáticos expertos en algoritmos con sueldos muy elevados, sin que haya nada en medio. Desde su fundación apelan a un cambio en la enseñanza que incida en las capacidades que no tienen las máquinas mientras reclaman que se pague mejor aquellos trabajos que no pueden ser desarrollados por robots.
¿A qué se dedica Cotec? ¿Cuál es su principal cometido?
Cotec es una organización que se dedica al análisis y a la promoción de la innovación en España. Durante muchos años lo hizo con un formato de think tank clásico. Básicamente lo que hacía Cotec era producir información sobre el sistema de innovación en España. Desde hace cuatro años cambiamos mucho la manera de trabajar, entre otras cosas porque ampliamos nuestra propia definición de objeto de estudio del fenómeno. Cotec ha superado digamos una visión muy empresarial y tecnológica de la innovación para hablar de todo cambio basado en el conocimiento que genera valor.
Ya no nos conformamos con describirlo y analizarlo sino que queremos formar parte o acompañar los cambios que creemos que necesita nuestro país. Dentro de nuestra agenda los temas son muy diversos, pero hay uno muy particular y muy interesante que tiene que ver con el futuro del empleo. Dentro de la actividad que realiza Cotec, que tiene ahora mismo abiertos como 40 proyectos y diez de ellos o doce tienen que ver con el impacto de las tres transiciones en el empleo, desde análisis del futuro de los sindicatos hasta cuestiones relacionadas con el futuro de la fiscalidad, etcétera.
Dentro de todo este programa de trabajo y tras casi cuatro años de análisis, hemos querido compartir esta reflexión con la ciudadanía. Dentro de ese esfuerzo destaca en este momento el vídeo que hemos producido y la campaña que estamos haciendo para recoger firmas en torno a este tema.
En ese vídeo se habla de la cuarta revolución industrial. ¿Qué es exactamente?
La primera revolución industrial tiene que ver con la máquina de vapor; la segunda, con la electricidad. Se considera que la tercera revolución industrial se produce con la llegada de los ordenadores y cómo cambia esto la economía. Y la cuarta tiene un paso más y está relacionada con un conjunto de tecnologías emergentes pero que están teniendo un gran impacto en el ámbito de la automatización como la inteligencia artificial avanzada, y también aspectos que tienen que ver con la comunicación entre máquinas, lo que se llama Internet de las cosas. Todo este panorama tecnológico supone un salto que todos los expertos consideran que tiene, como mínimo, el mismo rango de importancia que las anteriores revoluciones industriales y en opinión de muchos expertos es muchísimo más profunda. Y eso también pervive.
En el vídeo se incide, sobre todo, en las consecuencias que va a tener que los robots hagan cada vez más tareas que hasta ahora desarrollaban los humanos, pero este no es un problema nuevo. ¿Por qué no se ha hecho nada hasta ahora?
La mente humana tiene muy poca capacidad para estudiar fenómenos exponenciales, nos cuesta muchísimo, no estamos acostumbrados, de manera que puede que estemos al borde de un tsunami y no seamos capaces de percibirlo. Tú puedes anticipar fenómenos que están acelerándose, pero la idea de un cambio exponencial es difícil de asimilar para la mayoría de las personas, incluso para los expertos.
Pero si analizas lo que está pasando desde muchas perspectivas tiene esa dinámica exponencial. Claro que no es nuevo. Los robots no son nuevos. La propia inteligencia artificial es un concepto que cumple 50 años ya, pero está evolucionando la tecnología a una velocidad espectacular. Y el impacto que está teniendo ya es muy grande. Yo creo que a nadie se le escapa que el debate está en la calle. Hay muchos ciudadanos preocupados por lo que escuchan en los medios de comunicación, todo tipo de informes sobre la posibilidad de que un robot les sustituya en su trabajo, etc. Esto tampoco es nuevo.
En realidad, desde Cotec no estamos preocupados por el impacto de esta tecnología en la cantidad de empleo. Hay tantos informes que hablan de destrucción de empleo como de creación de empleo. Nos parece irrelevante porque, pase lo que pase con la cantidad de empleo, lo que tenemos muy claro es que su naturaleza va a cambiar y en eso nos estamos enfocando. No parece que vaya a haber un problema de cantidad de empleo. De hecho, países como Estados Unidos, que está muy robotizado, roza el pleno empleo, pero sí que hay cambios sustanciales tanto en su naturaleza como en la distribución de los ingresos. Y probablemente estemos asistiendo a un fenómeno de polarización de la sociedad.
Si no hacemos esfuerzos de todo tipo, si no desplegamos políticas para corregirlo, lo que sí está pasando es que se están creando empleos para élites bien formadas que nunca han tenido más oportunidades que ahora para trabajar. Y también mucho empleo precario, y parte del empleo de clase media en todos los países industrializados está cayendo.
Comentaba que hay muchos trabajadores que pueden percibir que un robot les puede sustituir en sus tareas. Esto ya pasaba en otras revoluciones industriales, que generaban a veces movimientos contra la tecnología. De hecho, se menciona en el vídeo que una de las reacciones puede ser contra esa tecnología, ¿cómo se puede evitar que se dé esa reacción?
Si yo soy un trabajador de una industria y veo que sustituyen 50 puestos de trabajo por un robot, pues igual lo primero que pienso es que el robot sustituye a mi empleo. Ha pasado en todas las revoluciones industriales. A corto plazo pueden producirse bolsas de desigualdad, hay ganadores y perdedores. Ahora se habla de los luditas como “pobrecitos, no entendían la relevancia de lo que estaba pasando”. Tenían toda la razón para preocuparse. Aunque todos estamos de acuerdo en que gracias a las revoluciones industriales hemos llegado a unos estándares de vida que nunca antes se había disfrutado. Por supuesto que hubo personas y también territorios que durante un tiempo sufrieron las consecuencias negativas de esa transición.
Yo creo que la respuesta es claramente la política. Pensamos siempre que el buen político es aquel que se ocupa de nuestros problemas. Es verdad. Pero el político perfecto además de preocuparse de lo que entendemos que son nuestros problemas tiene que ser capaz de anticipar cosas que no conocemos bien, y que van a ser un problema si no las abordamos en la agenda política. Esta es la clave, no intentar introducir en la agenda política solamente aquello que preocupa a la ciudadanía, como las pensiones, la corrupción o los problemas identitarios y los nacionalismos, sino una cuestión que es de gran alcance y que el ciudadano todavía no considera que es algo de lo que se tiene que preocupar. Pero sí que debemos exigir que nuestros representantes políticos se encarguen, porque hay suficientes datos como para como para demostrar que este es un reto.
En el vídeo, algunas partes se dedican a hablar sobre el sistema educativo, a criticar algunos de sus métodos. ¿Por qué se ha llegado a este tipo de sistema educativo? ¿Es por inercia, por comodidad?
El sistema educativo moderno ha tenido un gran éxito. Y yo creo que el vídeo también explica bien eso. Nuestra visión no es para nada catastrófica, el sistema educativo moderno es una respuesta precisamente a la primera y la segunda revolución industrial. Pasamos de un modelo de producción basado sobre todo en artesanos que son capaces de conocer y de ejecutar todo el proceso de producción de determinado bien. Un alfarero sabe o conoce las arcillas, sabe remodelarlas, sabe cocerlas y sabe venderlas. Este es el modelo de producción artesanal.
Cuando llegan las revoluciones industriales lo que hacemos es segmentar esas tareas porque tenemos máquinas que nos ayudan a hacerlas mejor. Pasamos de un modelo de profesionales artesanales a empleados especializados en cada una de ellas, y para especializar a los trabajadores se construyen sistemas educativos modernos. Toda nuestra educación está basada en la especialización para realizar una serie de tareas.
El problema es que ahora han llegado unas máquinas que además de ejecutar bien esas tareas son capaces de planificarlas y diseñarlas, y de tener una flexibilidad muy parecida a la que puede tener un operario especializado.
¿Y cómo hay que responder a esa transformación?
Lo vemos como una oportunidad para dedicarnos a aquello que verdaderamente nos hace diferentes y mejores que las máquinas, habilidades que una máquina todavía no es capaz de replicar y que además tiene mucho más que ver con nuestra naturaleza humana. La creatividad, el pensamiento crítico, la capacidad de improvisar o la empatía. Todo esto son habilidades que las máquinas no tienen todavía. Y ahí es donde habría que enfocarse la educación.
Eso por un lado. Por otro lado, también hay que reconocer mejor y remunerar mejor trabajos que tampoco pueden hacer las máquinas y que ahora mismo están, digamos, muy poco valorados: cuidar a las personas, cuidar a nuestros hijos, a nuestros mayores, atenderlos adecuadamente.
Hay muchísimos trabajos que tienen que ver con interacción o algunos que combinan habilidades manuales y habilidades intelectuales. Todo eso para una máquina es difícil porque los robots son buenos pero en un rango determinado de tareas.
Durante la campaña a las elecciones generales apenas se ha hablado sobre propuestas de Educación, ¿por qué?
Me gustaría que todo esto que he comentado, dado que son habilidades que nos distinguen de las máquinas, nuestros políticos también las exhibieran. Porque a veces, viendo los debates, podría parecer que cualquier algoritmo es mejor que ellos debatiendo. Justamente por eso, porque porque estamos seleccionando un perfil de político poco creativo, poco empático, con poca capacidad de demostrar pensamiento crítico y con poca capacidad improvisar. O sea, todo en lo que se supone que somos mejores que la inteligencia artificial.
Y luego también hay un concepto que es el de la 'ventana de Overton'. Esto es una teoría de Comunicación Política que dice que en cada momento de la historia sólo hay un rango de temas que son políticamente discutibles: si no entras dentro de ese rango, no se habla de ese tema. No es que no se pueda discutir, es que te puede dejar fuera de juego. Los políticos se cuidan mucho siempre de estar dentro de esa ventana. Esto se nota mucho cuando los partidos entran en el ámbito institucional, hay cosas de las que hablaban los partidos cuando estaban fuera del Congreso que cuando entran dejan de hacerlo. Es porque quieren estar dentro del juego de lo que se acepta. Saben que les puede penalizar no hacerlo y esto pasa con políticas del futuro.
En Cotec intentamos abrir esa 'ventana de Overton' a temas que nos parecen importantes y que no están en la agenda. Este es un poco el objetivo de la campaña.
Uno de los problemas de llevar este tema al debate público es que no es una amenaza que se perciba en el día a día. ¿Cómo se conciencia a alguien sobre una amenaza a la que no se enfrenta en su vida diaria?
No tenemos una respuesta. No hay una receta mágica, pero creemos que parte pasa porque la gente conozca mejor la realidad en la que vive, y ese es un trabajo que intentamos hacer con este vídeo. Hasta que llegue ese político perfecto que es capaz no sólo ocuparse de lo que a ti te preocupa, sino de aquello que debería preocuparte y no te preocupa, hasta que llegue ese ser mitológico, lo que tenemos es que colocar a la gente en la situación de que esto le preocupe. Que conozca que esto va a pasar, y por eso hemos utilizado todo tipo de lenguaje audiovisual cercano.
Qué más se puede hacer. Bueno, tenemos evidentemente otras ideas porque además nuestra campaña no se acaba en el vídeo, es el punto de partida. Cuando seamos capaces de tener una masa crítica suficiente trabajaremos por supuesto con los partidos políticos. Ya hemos iniciado conversaciones, pero vamos a intentar hacer que esto sea un tema del que no puedan evitar hablar.
La educación es uno de los temas que más enfrenta a los políticos. Supongo que para llevar a cabo un cambio de esta envergadura hay que ponerles a todos de acuerdo y eso va a ser lo más difícil de todo.
Una cosa es llevar este debate a la política y que se hable de él y luego sacarlo quizá de la lucha partidista. Hay mucho trabajo que se hace fuera de los focos y de eso también somos muy conscientes.
Hemos impulsado una plataforma en Cotec con prácticamente todo el arco parlamentario y con asociaciones de profesores, de padres... prácticamente todos los agentes que tienen algo que decir en el sistema educativo forman parte de esta red. Y cuando tú quitas del debate tres o cuatro temas que son los verdaderamente peliagudos, hay espacios para consenso. No creo que haya gran diferencia de opinión entre los expertos educativos, vengan de donde vengan. No tenemos por qué esperar a que se produzca un pacto para poder ir avanzando en estos otros temas.
Yo creo que hay un consenso respecto a por qué somos incapaces de entender ciertos problemas. En los resultados de nuestra encuesta sobre la percepción social en temas de innovación hemos notado que hay un incremento de la preocupación del ciudadano español respecto a la tecnología como factor de generación de desigualdades y también el impacto potencialmente negativo que puede tener la tecnología en el empleo.
Estas dos preocupaciones han crecido en el último año, pero cuando tú le preguntas a los españoles: “¿Usted cree que puede ser sustituido por un robot?”, mayoritariamente te dicen que no. Siempre piensan que es algo que les pasa a los demás, pero no a ellos. Supongo que esto también es un sesgo psicológico habitual y por eso también hay que luchar.
Lo que el vídeo y la campaña proponen es una revolución bastante completa del sistema educativo. ¿Es realmente viable y se puede llegar a tiempo a hacerla antes de que se produzca esa polarización de la sociedad?
Casi todo lo bueno todo lo que se cuenta en el vídeo ya está pasando, pero está pasando porque hay profesores e instituciones educativas que lo hacen, que son más responsables. La respuesta que hemos tenido por parte de cientos de profesores, en colegios, institutos y universidades de todo el mundo ha sido muy positiva.
Hay profesores que están intentando contar esto en sus claustros, explicar esto a sus alumnos, a los padres de sus alumnos y que se han sentido muy apoyados por el vídeo, y ya lo están proyectando en sus clases. Tenemos que intentar escalar esto que se produce de manera puntual y que sea una reflexión sistémica. No es tanto que no haya gente trabajando en esta línea como que esta no es la línea dominante y desde luego que las estructuras no la facilitan. No la facilitan en absoluto.
Hasta cuándo tenemos para corregir esto. Pues no sabemos el tiempo que tenemos para revertir la situación. Es probable que, de hecho, ya no se pueda revertir, pero desde luego tenemos que trabajar para que el impacto sea el mínimo posible.
En estos contactos que habéis iniciado con grupos políticos, ¿la recepción de vuestras propuestas cómo ha sido?
De nuevo depende más de las personas que de las ideologías. Puede ser hasta una oportunidad para que podamos hacer de la cuestión un tema de Estado. Precisamente no está en la agenda ni de la izquierda ni de la derecha, y sin embargo hemos tenido contactos con partidos políticos de todo el espectro y hay personas sensibles a esto. Por ejemplo, dentro del tejido empresarial, educativo o sindical. Hemos tenido contactos también con los sindicatos y la reflexión es hasta ahora a nivel más personal que institucional. Pero bueno, el trabajo de Cotec es precisamente que los cambios se produzcan a gran escala y estructurales.
Hay un punto de la carta abierta que dice que “debe evitarse que las máquinas cometan abusos contra nosotros”. Esto suena un poco a ciencia ficción.
Las cuestiones éticas son muy relevantes. Yo creo que van a ser incluso más relevantes de lo que estamos pensando en el ámbito de la inteligencia artificial. No se refiere a que una máquina te haga daño, no tiene que ver con un robot armado que te dispare. No es un Robocop ni un Terminator. Ahora mismo hay algoritmos tomando decisiones en política económica que puede que no estén incorporando sensibilidades que sí que tendría un ser humano a la hora de trabajar las decisiones de inversión. Para un ser humano no es lo mismo invertir en una vacuna que invertir en un misil, para ningún ser humano, ni siquiera para los más belicistas.
Si un algoritmo no se programa adecuadamente lo que buscará es el máximo beneficio y punto. O sea que eso también es hacer daño.
Comentaba antes que la campaña de firmas está teniendo bastante éxito, el vídeo también registra muchos visionados, ¿ahora cuál es el siguiente paso?
Como te decía al principio, el trabajo de Cotec es no tanto la generación del conocimiento como el acompañamiento para que impacte, y siempre decimos que el lugar donde debe estar el conocimiento para que impacte es muy variado. Los periódicos, los colegios, los programas electorales, las estrategias de las compañías... hay muchos lugares donde debe estar el conocimiento para que impacte esta campaña particular.
Es una campaña abierta a toda la ciudadanía y es una de las herramientas necesarias, pero no es la única. Estamos trabajando ya con la comunidad educativa, tratando de ver de qué manera podemos introducir en los currículum estas reflexiones. Tenemos previsto hacer una reunión de sindicatos sobre el futuro del empleo antes del verano con varios sindicatos europeos, trabajamos con profesores de Derecho Laboral que están analizando cómo deberían cambiar las políticas laborales o las políticas fiscales. El vídeo es solamente una manera de abrir nuestro trabajo al conjunto de la ciudadanía, pero nuestra agenda tiene otros muchos proyectos en este campo.