El Gobierno huye del encontronazo con Aznar
Uno de los efectos colaterales de la entrevista de José María Aznar ha sido oscurecer una de las medidas estrella del Gobierno de Mariano Rajoy. El anteproyecto de Ley de Emprendedores, calificado como la reforma más ambiciosa por el Ejecutivo, ha quedado tapado por la carga de críticas del expresidente hacia Rajoy y su gabinete. Después de una prolija presentación por parte de la vicepresidenta de todas las iniciativas relacionadas con el anteproyecto que se acaba de aprobar, la mayoría de las preguntas que se le han dirigido en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros incluían en su formulación el nombre de Aznar. Soraya Saénz de Santamaría ha seguido el ejemplo de Rajoy y ha evitado por todos los medios la confrontación directa. El próximo lunes se celebra en el Congreso un acto de presentación de una colección de biografías editadas por FAES. La vicepresidenta ha jugado al despiste y se ha negado a avanzar su agenda, por lo que ha dejado en el aire si ambos coincidirán.
La ley de emprendedores fue una promesa de Rajoy en su discurso de investidura para los primeros 100 días de gobierno aunque ha costado 16 meses que el borrador llegara al Consejo de Ministros. El retraso de la norma, coordinada por la vicepresidenta pero que afecta a nueve de los ministerios, ha sido justificado por la “situación límite” que atravesaba España, la necesidad de evitar “el rescate completo” y la de aprobar otras normas y decretos por la vía de urgencia. Una vez en el Consejo de Ministros, el eco de la entrevista a Aznar ha podido más y la vicepresidenta ha visto con frustración cómo le preguntaban por ello hasta en siete ocasiones. Ha intentado no moverse de lo que opinó el día después de la entrevista para salir del paso. Es decir, que ella respeta todas las aportaciones pero que el Gobierno trabaja para salir de la crisis.
El contraste con la actitud de Zapatero
Los periodistas le han preguntado si la actitud de Aznar le pareció desleal, como opina gran parte del PP y del Gobierno, y si cree que volverá a la primera fila de la política. También, sobre cuáles han sido los motivos de Aznar para reaparecer en televisión con semejante carga de profundidad y el perjuicio que sus palabras pueden acarrear a la marca España, que tanto intenta vender el Ejecutivo. En varias de las cuestiones ha salido a relucir la actitud diametralmente opuesta de José Luis Rodríguez Zapatero en otra entrevista, en la que ha declarado que él nunca va a criticar a Rajoy “porque perjudicaría a España”. No ha habido forma. Sólo se ha avenido a responder a uno de sus comentarios, el referido a la “lánguida resignación” que Aznar atribuye al Ejecutivo. Saénz de Santamaría ha puesto como ejemplo la futura ley para intentar demostrar que no es esa la actitud que hay en Moncloa: “Le contesto con la Ley de Emprendedores porque la mejor forma de responder en ocasiones no es con palabras sino con hechos”.
El hecho de que la irrupción de Aznar pueda verse como un intento de canalizar el descontento de muchos votantes del PP ha servido a la vicepresidenta para recordar que su partido tiene mayoría absoluta y subrayar la estabilidad de la que disfruta en el Congreso “gracias al apoyo” del trabajo del grupo parlamentario que coordina Alfonso Alonso. Como era de esperar, se ha negado a comentar todas las polémicas relacionadas con la contabilidad del PP, incluidos los pagos a Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, que el PP explica como un error en sus apuntes contables.
Para responder a la insistencia de Aznar en bajar los impuestos “ahora” y la negativa del Gobierno a hacerlo, la vicepresidenta también ha intentado remitirse a la justificación que Cristóbal Montoro hizo desde la tribuna del Congreso el pasado miércoles. El titular de Hacienda insistió en que a él también le gustaría bajar impuestos pero “no hay margen” y confesó que él trabaja con cuentas y se deja para otro día “las añoranzas melancólicas”. Saénz de Santamaría ha insistido en que la Ley de Emprendedores supondrá un gran cambio para autónomos y Pymes porque no tendrán que adelantar el IVA antes de haberlo cobrado. Aunque el cambio sólo entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2014, la vicepresidenta ha destacado que la medida también supone “hablar de impuestos” y es “un cambio impositivo muy importante porque podrán acogerse 2.300.000 personas”.