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Entrevista Exsenador del PNV

Iñaki Anasagasti: “Tenemos un poder judicial monárquico y de derechas que no va a hacer nada contra Juan Carlos I”

El exsenador del PNV Iñaki Anasagasti.

Iñigo Aduriz

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Autor de dos libros sobre la Casa Real española –Una monarquía nada ejemplar (La Catarata, 2014) y Una monarquía protegida por la censura (La Foca, 2009)– cuya publicación, según explica, trataron de frenar desde distintas instancias del Estado, Iñaki Anasagasti (Cumaná, Venezuela, 1947) considera ahora que las investigaciones abiertas contra Juan Carlos I por su supuesto enriquecimiento ilícito y evasión fiscal han acabado por darle la razón.

El histórico dirigente del PNV ya dijo en 2014 que el rey emérito era “un corrupto”, unas palabras que le costaron duras críticas por parte de analistas y cargos políticos, pero que según él estaban justificadas por los relatos de distintas personalidades que conocían de cerca las actividades del padre de Felipe VI. Tras apartarse de la primera línea política en 2015, cuando acabó su mandato como senador, Anasagasti sigue siendo muy activo en las redes sociales y mantiene un blog en el que analiza la actualidad, siempre desde un punto de vista crítico. El político nacionalista atendió esta semana a elDiario.es por teléfono.

En 2014 usted dijo que Juan Carlos I era “un gran corrupto”. En ese momento, ¿qué datos tenía para sostener esa acusación?

Datos directos no tenía, pero tenía conversaciones con gente que había estado en esos viajes oficiales. La impunidad con la que andaba Juan Carlos era propia de un señor que se sentía muy protegido por las estructuras del Estado. Y viajaba con su amante, que era una lobbista. Yo recibía comentarios de gentes que me decían que era vox populi y un escándalo que en sus viajes todo el mundo sabía quién era Corinna, lo que hacía y el tipo de intervención que se hacía.

¿Qué críticas recibió usted entonces?

Me consta que algunos partidos estuvieron barajando denunciarme. Pero no llegaron a eso porque, claro, yo era aforado en ese momento y eso hubiera significado un levantamiento del aforamiento con un suplicatorio que iba a originar un debate político en el que ellos no querían entrar. Vieron que era demasiado evidente que no me iba a arrugar.

¿Considera que las investigaciones abiertas contra Juan Carlos I han acabado por darle la razón?

Sí, y además me indigna mucho sobre todo la actitud de personalidades como el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo, con el que tuve el último desencuentro fuerte. Él iba de súper monárquico y de súper demócrata y decía que era de extremo centro. Yo le pregunté por esos viajes del entonces rey, y me los negó en sede parlamentaria. ¿Cómo es posible que en sede parlamentaria, en un país democrático, se pueda mentir y no pase absolutamente nada? A los quince días, en El Mundo él mismo reconocía que en uno de esos viajes del rey emérito iba Corinna. Pero a mí, en sede parlamentaria me lo negó. Esta gente que va de súper lista, súper demócrata y súper chévere, a la hora de la verdad han sido los grandes encubridores. El mayor daño que nadie le ha podido hacer a Juan Carlos, a parte de sus no cualidades personales, han sido todos estos cortesanos que le han protegido. Ha sido terrible, porque no han permitido que la democracia funcione, con la gran contradicción de que se les llena la boca diciendo que esto es una monarquía parlamentaria y yo siempre recuerdo que es monarquía y parlamentaria, pero aquí el Parlamento no puede actuar contra la monarquía, luego ¿qué monarquía parlamentaria es esta? Eso les irritaba mucho.

Se habla últimamente también del blindaje de algunos medios a la figura del rey emérito.

Sí, por supuesto. Recuerdo una frase que dijo Juan Luis Cebrián: 'La monarquía española no resiste un editorial de El País'. Era una exageración, pero era muy gráfico. He leído el último artículo que ha publicado él en El País alabando la importancia de la monarquía. Es decir, que no se ha bajado del burro. Los medios del grupo Prisa han sido los grandes responsables del encubrimiento del rey emérito, porque a nada que hubiera habido una postura mucho más crítica se hubieran tentado las ropas. Pero la impunidad se basaba en la censura, y la censura la ejercen los medios, que han estado callados. Cuando yo dije que la monarquía española no servía para nada incluso editorializaron contra mí.

¿Considera que el Estado está en condiciones de tratar el caso de Juan Carlos I con todas las garantías jurídicas?

No, en absoluto. Tenemos un poder judicial muy monárquico y muy adscrito a la derecha y tenemos siempre la amenaza de que no se puede desestabilizar más un país y mucho menos en una situación como la que vivimos de pandemia y de crisis económica, y con un Gobierno de coalición con Podemos. Por tanto, no van a hacer absolutamente nada. Van a hacer maquillaje.

¿Cómo cree que puede concluir la situación procesal de Juan Carlos I?

Si todavía no hay una sentencia del Tribunal Constitucional sobre el tema del aborto, puede pasar lo mismo. Lo pueden dilatar, Juan Carlos tiene 82 años y llegará el momento en el que este señor, como todo ser humano, acabe sus días y no se habrá seguido adelante con este tema.

¿Le parece razonable distinguir, como está tratando de hacer parte del Gobierno y el PP, la figura de Felipe VI de la de su padre y desvincularla completamente de todo lo que se está conociendo?

Lo entiendo políticamente porque es el jefe del Estado. Pero no lo entiendo desde el punto de vista de una democracia sana y con valores. Que digan que Felipe no se enteró absolutamente de nada es como lo de su hermana Cristina, que no se enteró de nada de lo que hacía su marido, Iñaki Urdangarin. No me lo creo.

¿Augura que estas investigaciones puedan desembocar en un debate sobre el modelo de Estado, entre República y monarquía?

Indudablemente esa imagen impoluta de la monarquía está muy tocada. La prueba está en que el CIS no quiere hacer preguntas que puedan dar pábulo a ese debate. Pero la democracia es un régimen de opinión pública, y la opinión pública actual no tiene nada que ver con la de hace diez años, cuando estábamos todos narcotizados. Entonces era la institución más valorada. Ahora no es la institución más valorada. Creo que si se plantea la pregunta sobre cuál es la institución menos valorada, sería la monarquía. Se lo han ganado a pulso. Felipe VI, que actuó con semejante celeridad con el tema catalán, con esto está dejando pudrir el tema esperando cómo se van sucediendo los tempos.

Una parte del Gobierno se declara abiertamente republicana. ¿Cree que se dan las condiciones para que se puede abrir el melón constitucional?

No lo creo. La Constitución lo ató y bien ató, lo cerró y muy cerrado está. Para cambiar una monarquía tiene que ser por la revolución o por alguna cosa exterior muy fuerte. De momento, el PSOE va a actuar en las claves del PP y Ciudadanos en este tema y eso blinda al actual monarca.

¿Hay algo que pueda hacer Felipe VI para limpiar la institución?

Sí, en primer lugar debe salir ante la opinión pública, como salió con el tema del procés y decir: 'Es mi padre, yo le tengo respeto y cariño, pero con los indicios que hay parece que no es una conducta ejemplar'. Y ante una conducta no ejemplar, para que no haya confusión entre la jefatura del Estado y las cuestiones personales, en primer lugar debería quitarle el título de rey emérito, porque si se lo puede dar, se lo puede quitar y no pasa nada. En segundo lugar, tiene que lograr que su padre entre en el silencio más absoluto, que no aparezcan fotos de él en cacerías ni en francachelas, porque la opinión pública no se lo toleraría. El Tribunal de Cuentas no puede inferir para nada en la Casa Real, y eso que recibe dinero público. Hay Presupuestos Generales del Estado en los que se aprueban partidas de más de ocho millones de euros, pero no se tiene ninguna información. Así como en Inglaterra se sabe lo que gasta la reina Isabel en sombreros y en peluquería, aquí no se sabe nada, todo es opaco. Felipe tendría que dar un paso de gigante situando a la Casa Real como lo más transparente, dando a conocer todos los gastos. Todos esos regalos, esos debates sobre si le habían regalado un Ferrari, son un escándalo impropio de un país serio, democrático y con valores. Además, el actual rey debe tener una conducta ajustada a derecho.

En una entrevista en elDiario.es, el presidente Sánchez planteó que se retocara la inviolabilidad del rey para que mantuviera el mismo trato jurídico que el resto de cargos públicos.

A cualquiera que está aforado siempre se le puede denunciar y se le puede solicitar el suplicatorio. El rey tendría que tener el mismo aforamiento que Pedro Sánchez. Lo que pasa es que aquella Constitución que se aprobó en 1978 lo cerró de tal manera porque tenía pecado. Nacía con el pecado de meternos la monarquía de matute y de lo que había venido por detrás, de la jefatura del general Franco. Por eso se le blindó al rey. De ahí se entiende la frase 'atado y bien atado', pero eso hay que desatarlo.

¿Se debería realizar una revisión histórica del papel de Juan Carlos I en la Transición o en episodios como el del 23F?

La Constitución dice claramente que el rey modera y arbitra. Yo como portavoz del PNV durante 30 años no he visto que el rey haya moderado ni arbitrado absolutamente nada. En todo caso, había que moderarle a él. Fui varias veces al Palacio de la Zarzuela para pedirle que moderara a Aznar, por ejemplo, cuando inició aquella campaña contra el PNV tratando de unir al PNV con ETA. No hizo nada. Su papel en el 23F es un papel del que no tenemos toda la información y fue uno de los grandes culpables porque todos los sublevados lo hicieron en nombre de su majestad el rey, por tanto el rey sabía todo lo que iba a ocurrir y no lo impidió en origen. Va a quedar en entredicho que fue el motor del cambio y todo ese tipo de cosas.

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