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Juan Trinidad: el discreto dirigente de Ciudadanos que un día intentó encerrar a los diputados madrileños para aprobar la ley del suelo

Carmen Moraga

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La polémica suscitada este jueves por la decisión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de sacar adelante como fuera la controvertida reforma de la ley del Suelo tras un bronco debate en la Asamblea de Madrid, ha puesto en el punto de mira al presidente del Parlamento regional, Juan Trinidad, de Ciudadanos. Trinidad pretendió 'encerrar' dentro del hemiciclo a los diputados de la oposición en un desesperado intento para que hubiera quorum suficiente para la aprobación del texto.

Al final, pese al plante de los parlamentarios socialistas, de Más Madrid y de Unidas Podemos, se dio por aprobada la reforma entre acusaciones de presunta “prevaricación”. El caso amenaza con terminar en los tribunales.

En la Asamblea algunos diputados de la oposición relacionan ese empeño de Trinidad por que saliera adelante esta reforma del suelo a su pasado laboral y a las presiones que pueda haber sufrido. Juan Trinidad (Granada,1973) llegó a Ciudadanos en 2014 procedente del sector privado y sin experiencia política. Licenciado en derecho y con un máster de Asesoría Jurídica, trabajó como asesor legal de OHL, la empresa constructora del empresario Juan Miguel Villar Mir.

Nada más aterrizar en el partido, pronto se forjó un“ círculo de confianza” entre Ignacio Aguado, Cesar Zafra y Miguel Gutiérrez con los que “formó una camarilla”, según cuentan algunos compañeros de filas. Por su origen granadino también se le vincula a Fran Hervías, el entonces todopoderoso secretario de Organización de Ciudadanos, que sigue estando en el máximo órgano del partido -el Consejo General- y acaba de ser nombrado senador por designación del parlamento de Andalucía.

En las elecciones autonómicas de 2015 Trinidad fue incluido en la lista a la Asamblea de Madrid como número 8, saliendo elegido diputado. Aguado le propuso para ocupar la vicepresidencia primera de la mesa de la Asamblea, cargo que ocupó encantado.

Trinidad es hijo de militar, cuerpo por el que siente verdadera admiración y así lo refleja en su cuenta de Twitter desde la que celebra sus efemérides. A esa ascendencia le atribuyen su carácter “disciplinado” y “muy fiel al partido” en el que, sin embargo, no tiene ningún cargo orgánico.

Durante su mandato como vicepresidente de la Asamblea fue muy estricto con la decisión de su partido de evitar cualquier tipo de privilegio o prebenda a los diputados. Hasta el punto de que, según cuentan en su propio partido a elDiario.es, en un principio no le gustó que la entonces presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados, del PP, pusiera un coche oficial a disposición de la diputada de su grupo, Dolores González Pastor, que atravesaba un momento delicado de salud, para que la llevara a su domicilio tras las maratonianas sesiones de la comisión de investigación sobre la corrupción que ella presidía. Fuentes del gabinete de comunicación del grupo parlamentario de Ciudadanos niegan rotundamente que eso sea cierto.

En las siguientes elecciones autonómicas celebradas hace poco más de un año, en mayo de 2019, Juan Trinidad ascendió al puesto sexto de la lista de Aguado y se convirtió de inmediato en presidente de la Asamblea de Madrid con los votos del PP, su partido y los de Vox.

Trinidad desde entonces se esforzó en evitar brocas en la Cámara regional adoptando un tono conciliador y suave en las formas. De hecho, han sido varios los debates en los que ha tenido que llamar al orden a sus señorías por sus duros cruces de descalificaciones e insultos, algunos muy gruesos, llegando a confesar que tras algunos de estos rifirrafes se marchó a su casa “triste, realmente triste”.

Sin embargo su interpretación del Reglamento le ha suscitado muchas críticas. La primera cuando tras ser elegido en el cargo, decidió que el socialista Ángel Gabilondo, ganador de las elecciones regionales, no tuviera la oportunidad de intentar una investidura, alegando que no tenía apoyos suficientes. Además, convocó un primer pleno sin ni siquiera haber resuelto quién iba a ser el aspirante a gobernar Madrid para evitar que corrieran los plazos de dos meses mientras los partido negociaban, lo que habría precipitado la convocatoria unas nuevas elecciones.

Según denuncia la oposición, la interpretación que ha hecho esta vez Trinidad del Reglamento de la Cámara para sacar adelante la ley del Suelo ha traspasado todas las “líneas rojas” por lo que han anunciado que recurrirán su aprobación por considerar que puede haber cometido “un fraude de ley”.

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