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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Nunca es tarde para echar una mano al fiscal sacudiendo a Trapero

Vista general de la Sala de Plenos del Tribunal Supremo en los primeros días del juicio del procés.

Iñigo Sáenz de Ugarte

La declaración del exjefe de los Mossos Josep Lluís Trapero provocó una buena conmoción en el juicio con proyectiles dirigidos tanto a la acusación como a las defensas. Sin duda, no dejó en buen lugar a la idea de que los Mossos eran un cómplice necesario de la presunta rebelión. Quedaba por declarar este lunes un mando policial relevante y no desaprovechó la oportunidad de seguir lanzando sospechas sobre Trapero.

Era el turno del comandante N29100C de la Guardia Civil, el número dos del teniente coronel Daniel Baena, que tantos titulares dio hace unas semanas. Ambos se ocuparon de las investigaciones que se iniciaron mucho antes de la convocatoria del referéndum del 1-O. Entre los elementos nuevos que aportó está un email de César Puig, número dos de Interior, al entonces conseller Joaquim Forn. “Vemos que la figura de Trapero es imprescindible en la estrategia independentista”, fue la conclusión del comandante tras mencionar el correo de Puig en el que avisaba que si Trapero no obedecía al coronel Pérez de los Cobos, enviado por el Ministerio de Interior, “podría haber acciones contra él y lo podríamos perder”.

Nunca se planteó en público esa posibilidad. Los mandos policiales anteriores han descrito en el juicio una y otra vez a Pérez de los Cobos como un “coordinador”, por tanto alguien que no podía dar órdenes a Trapero, función que sólo podían tener el fiscal y más tarde la magistrada Armas del TSJC. Ahí sólo cabe especular con que quizá en ese momento la Conselleria de Interior temía medidas contra Trapero bien por su repercusión en la labor de los Mossos ante el referéndum o por la humillación política que supondría para la Generalitat.

A preguntas del fiscal, el comandante destacó la carta que Carles Puigdemont envió a Trapero el 20 de octubre de 2017, cuatro días después de que el mayor tuviera que declarar como imputado en la Audiencia Nacional. Ahora sabemos que a finales de septiembre Trapero y la cúpula policial habían reclamado al presidente de la Generalitat que no se celebrara el referéndum. La carta es por tanto un documento posterior a los hechos que se enjuician ahora.

El comandante de la Guardia Civil quería exprimir a tope la misiva con su interpretación. Dijo que en la carta “se ve la sinergia y la connivencia” entre ambos. El magistrado Marchena le paró en ese momento. La sinergia es un concepto jurídico dudoso cuando no se respalda con pruebas, sino con la valoración personal de un testigo de parte, de ahí que el juez enfriara su afán de hacer más valoraciones.

El testigo sacó a colación otro correo intervenido a los Mossos que decía que “hay que estar vigilantes porque la Fiscalía y la Guardia Civil con unas fotografías y la actitud de unos mossos el 1 de octubre hacen un delito de sedición”. Esto puede interpretarse de dos maneras: preocupación por ocultar un delito o preocupación por un error que pueda presentar la conducta policial como lo que no es. El guardia civil no dio más pistas.

La agenda incautada por la policía

El registro del domicilio y despacho de Josep Maria Jové, secretario general de Economía de la Generalitat, fue el gran golpe de la investigación policial del procés antes del referéndum. A fin de cuentas, es poco realista pretender conseguir una condena dura ante un tribunal con hechos que todo el mundo ha leído en los medios de comunicación. Hay que esperar que la Fiscalía se presente en el juicio con eso que se llama pruebas.

La detención de Jové, muy cercano al vicepresident Oriol Junqueras, permitió a la policía acceder a dos documentos: su agenda personal escrita en un cuaderno Moleskine y una copia en papel de un 'power point' titulado 'Enfocats', de los que ya se ha hablado en este juicio. Al igual que Baena, el comandante N29100C dio todo crédito a 'Enfocats', a pesar de que no sabe quién lo escribió. Su explicación: “'Enfocats' sería un documento estratégico, de visión, y la Moleskine (la agenda de Jové) sería un documento ejecutivo con nombres y decisiones”. No ha habido en el juicio una trazabilidad documental en el caso de 'Enfocats', y sí comentario de texto. La pregunta que hay que hacerse es si lo segundo sirve como prueba en un juicio en el que se juegan largas penas de prisión.

La Fiscalía –también Baena y su segundo– han descrito a Jové como el arquitecto de algunas de las fases organizativas del procés, siguiendo órdenes de Junqueras. El material incautado incluye un listado de 42 decretos pendientes de aprobar para el día después del referéndum. Toda una arquitectura de ficción del nuevo Estado que nunca llegó a plasmarse en nada, pero que ahora sirve para acusar a los responsables políticos que hablaban en esas reuniones, mientras Jové tomaba nota.

La agenda de Jové sirvió al comandante para intentar presentar su análisis sobre el papel de ANC y Òmnium, la apuesta final de la Generalitat por la “unilateralidad” y su capacidad de presionar al Gobierno central con movilizaciones. “No encontramos nada sobre organización del referéndum”, dijo, lo que no es extraño, ya que la agenda acaba en los últimos meses de 2016.

A pesar de toda la información que dio, el guardia civil demostró una extraña ignorancia sobre algunos puntos. Por ejemplo, dijo que desconocía que Junqueras era vicepresident de la Generalitat cuando empezó a investigar en 2016, algo que hubiera sabido comprando un periódico o leyendo las noticias en internet. “¿Y entonces por qué ponían el nombre de Oriol Junqueras?” (en las diligencias), preguntó su abogado, Andreu Van den Eynde. Respondió que las investigaciones “tienen que ver con personas que hacen cosas” y comentó que al principio no se centraron en los cargos políticos.

Insistió mucho en la importancia de la presencia de Carme Forcadell, a la que denominó “el canal para poder tramitar leyes” independentistas. Cualquiera que conozca un Parlamento sabe que un partido o coalición con mayoría absoluta pacta las leyes importantes mucho antes de que lleguen a la mesa del presidente de la Cámara.

Por eso, la abogada de Forcadell preguntó al comandante en cuántas reuniones había participado ella en las más de cien citadas en la agenda de Jové. “En dos”, respondió.

Lo que también aparecía en la agenda de Jové

De lo que no habló el comandante es del contenido de la agenda que confirma las relaciones difíciles entre Junts pel Sí y la CUP, y entre ERC y CDC. Dejaría en mal lugar la idea de un proceso en el que todo estaba preparado para conseguir el objetivo de la independencia. La acusación se ve obligada a presentar a un adversario poderoso y delictivo, y no vale uno lleno de dudas internas, desconfianzas mutuas y con la tendencia a improvisar para obtener el apoyo parlamentario de la CUP.

Más que como un plan perfectamente medido y con garantías plenas de victoria, Jové lo describe como un “escenario incierto” en septiembre de 2016.

Meses después, la situación era muy distinta y los dirigentes de la Generalitat se lanzaron de cabeza a un referéndum unilateral en el que sólo votaron sus partidarios y que llevó a los responsables del Govern al banquillo de los acusados o el exilio. Si Jové dejó por escrito ese camino que desembocó en el fracaso, no hay constancia en el sumario de este juicio.

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