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Las maniobras en la sombra de Ayuso lastran a Telemadrid: bajas sin cubrir y coberturas deportivas que desaparecen

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el director de Telemadrid, José Pablo López.

Elena Herrera

Siete años después del ERE que dejó en la calle a 861 trabajadores –más de un centenar han vuelto al ente en la nueva etapa– la polémica regresa a Telemadrid. El consejo de administración y la actual dirección denunciaron en un comunicado hecho público esta semana que la “gestión diaria” de la empresa se ve “sumamente dificultada” por la falta de personal y las carencias en las instalaciones, cuyo estado califican de “muy preocupante”. Además, reclaman que cese la “campaña de descrédito” del ente lanzada en los últimos meses desde “diversos sectores”.

Los representantes de los trabajadores coinciden en el diagnóstico y ven en esta situación el intento por parte del actual Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso de “minar” un modelo plural que consideran que por fin ha logrado sacudirse el estigma de la manipulación política que caracterizó las etapas de Esperanza Aguirre e Ignacio González. El actual director general de la cadena José Pablo López Sánchez, que antes trabajó en 13 TV y en La Sexta, fue elegido hace tres años con el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos y la abstención de Podemos.

En este texto, la cúpula de la corporación pública recuerda que reclamó el pasado 4 de diciembre por carta a Ayuso una reunión y que todavía no ha obtenido respuesta. Consultado por eldiario.es, un portavoz del Ejecutivo regional declina valorar el contenido del comunicado y asegura que será el director general de Medios, Juan Ignacio García Mostazo, quien se pondrá en contacto “en breve” con la dirección y el consejo de Telemadrid. En principio, por tanto, no habrá reunión con Ayuso.

Carencias de personal

Desde hace tres años, con la puesta en marcha de la nueva ley, todas las contrataciones laborales llevadas a cabo en el ente tienen que contar con la autorización previa de la Consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid. Lo que denuncian ahora trabajadores, dirección y consejo es que en los últimos meses han dejado de cubrirse las bajas laborales, lo que tiene “graves consecuencias” en una plantilla ya de por sí muy ajustada.

Estas restricciones a la contratación también han tenido efecto sobre la retransmisión de encuentros de deporte de base que se venía haciendo en las dos últimas temporadas. “Entre agosto de 2017 y octubre de 2019 se hicieron 270 retransmisiones. Más de un centenar de ellas, de deporte femenino. Pero a partir de esta temporada se dejó de autorizar la contratación del personal eventual que permite llevarlas a cabo”, denuncia Luis Lombardo, presidente del comité de empresa.

“Hasta 27 personas se han quedado sin contrato al tiempo que se ha acabado con unas retransmisiones que hacían una gran labor de servicio público y de cercanía”, dice José Ángel Jiménez, delegado de CGT y uno de los afectados. “El Gobierno regional no cree en este modelo plural que está recuperando el crédito y está haciendo todo lo posible por impedirlo”, añade Lombardo.

El otro gran hándicap del ente, coinciden dirección, trabajadores y consejo, son las carencias en las instalaciones y los equipos, que llevan sin renovarse casi diez años y cuyo estado califican de “muy preocupante”. En el citado comunicado, se denunciaba que “sigue sin aprobarse la financiación del plan de actualización tecnológica de la cadena” pese a que en la anterior etapa incluso se devolvían a la Comunidad de Madrid fondos procedentes de la asignación pública que no se llegaban a ejecutar.

“Campaña de descrédito”

Además de estas cuestiones de índole laboral, también está sobre la mesa la “campaña de descrédito” de la corporación para la que se utilizan como altavoz “terminales mediáticos al servicio de intereses espurios” así como “organizaciones con nulo arraigo en el sector audiovisual”, según detalla el texto hecho público esta semana. Trabajadores del ente consultados destacan que entre los primeros están medios digitales de carácter conservador en los que se critica a la “casta sindical” y la inacción del presidente y, entre los segundos, organizaciones como el sindicato SI en Telemadrid, creado hace dos años con un supuesto carácter “apolítico” y que es muy crítico con el actual comité de empresa.

En esa máquina del fango ha tenido un papel relevante uno de los asesores de cabecera de Díaz Ayuso, el que fuera secretario de Estado de comunicación con José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez. Aunque no está contratado en la Asamblea de Madrid, llevó la campaña electoral de la presidenta regional y ambos tienen una estrecha relación. Rodríguez puso hace unos meses a Telemadrid en el centro de sus críticas diarias en redes sociales.

Esa campaña coincidió con unas declaraciones en las que Ayuso afirmó que Telemadrid ya no era un “servicio público esencial”. “Vamos a ver cómo funciona y decidiremos”, avisó el en septiembre. El pasado miércoles, la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, reveló en una entrevista en Onda Madrid que se había reunido con Ayuso y con el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, para hablar de Telemadrid, si bien no dio detalles del encuentro. Fuentes de la Consejería Hacienda niegan la existencia de un encuentro a tres. Sí confirman que Lasquetty mantuvo una reunión extensa con Monasterio para tratar sobre los presupuestos regionales pero aseguran que no se abordó la situación del ente.

La formación de extrema derecha ha pedido en varias ocasiones clausurar el canal autonómico al considerar que se deben priorizar otras inversiones. Este viernes, Ayuso pidió a la corporación “austeridad y rigor en las cuentas”, mientras que el vicepresidente regional, Ignacio Aguado (Ciudadanos), defendió la gestión de Telemadrid y deslizó que políticos deben acostumbrarse que no mandan sobre la cadena.

Los datos que maneja la empresa pública muestran que durante los ejercicios de 2017 y 2018 se acumuló un superávit de 2.386.000 euros y que el coste que supone Telemadrid a cada madrileño asciende a 0,92 céntimos al mes. Por otro lado, en términos de audiencia, este verano ha sido el mejor de los últimos nueve años alcanzando un 6% de cuota de pantalla. Para encontrar datos similares hay que retrotraerse hasta el año 2011, dos años antes del ERE en la empresa.

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