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“La autodeterminación a quien más perjudica es a los trabajadores”

Nicolás Sartorius, durante un acto de la Fundación Alternativas

Gonzalo Cortizo

Se opuso a la consulta del 1-O con la redacción de un manifiesto que no consiguió su objetivo. A pesar de ello, Nicolás Sartorius (San Sebastián, 1938) insiste en que el conflicto catalán tiene una solución que pasa por el diálogo y la negociación para trabajar en un consenso que avance a una reforma de la Constitución en clave federal.

En el currículum de este abogado se cruza su origen aristocrático, su pertenencia al Partido Comunista, seis años en prisión durante la dictadura, su papel como fundador de CCOO y su experiencia como diputado en el Congreso durante la II, III y IV legislatura. En la actualidad ejerce de vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, desde cuyo despacho atiende la llamada de eldiario.es.

Usted firmó un manifiesto que pretendía evitar el 1-O. La consulta finalmente se ha realizado. ¿Cuál es su pronóstico de lo que va a suceder a partir de ahora?

Es un pronóstico muy difícil. Otra cosa es mi deseo, que sería que la Generalitat no fuera por el camino de la declaración unilateral del independencia y que se abriera el espacio de diálogo y de negociación en el Congreso de los Diputados que muchos partidos ya han aceptado.

¿No cree usted que el Gobierno de Rajoy podría hacer mucho más de lo que hace para provocar ese diálogo?

Yo creo que el Gobierno debería no quedarse estático. Debería tomar la iniciativa y ofrecer algo; hacer política. La iniciativa ahora la llevan los que están planteando la independencia. En el otro lado hay que ofrecer alguna respuesta más que el inmovilismo.

En nuestro manifiesto nosotros decíamos que entre el inmovilismo y romperlo todo hay un espacio muy grande para buscar soluciones, entre otras la reforma de la Constitución y muchas más cosas.

¿Cree que ese inmovilismo de Rajoy está motivado por un cálculo electoral?

No lo sé. No me atrevo a poner sobre alguien una irresponsabilidad tan enorme. Yo lo que creo es que Rajoy debe moverse y debe ofrecer y aceptar que ha llegado el momento en el que hay que dialogar. Dialogar, proponer, negociar, pactar y votar. Ese es el orden lógico que hemos aplicado para traer la democracia a este país.

¿Si no se hubiera recurrido ante el Constitucional el Estatut de 2006, estaríamos en donde estamos?

Creo que el recurso ante el TC para tumbar el Estatut fue una operación errónea, pero no creo que sea la única causa que nos ha traído hasta aquí. Me pareció siempre un error que un Estatuto que pasa por el Parlamento de Cataluña y que pasa por el Congreso y que está avalado por un referéndum, luego pueda ser modificado. Es un método erróneo y debe corregirse.

Pero ese episodio no es la única causa, es solo una de ellas. Yo veo más causas: la crisis económica y el tratamiento de la crisis en Cataluña, que hay que recordar que el primer Gobierno que empezó a hacer recortes fue el Gobierno de Cataluña con Artur Mas al frente. Y también hay que recordar que durante dos años el Gobierno de Mas y el Gobierno de la derecha aquí se apoyaron mutuamente. Es decir, nadie aquí es inocente.

¿Qué valor le otorga usted al dato que ofreció el Govern y que fijaba en 2,2 millones el número de catalanes que habían participado en la votación del pasado domingo?

Ninguno. No me parece un dato relevante, teniendo en cuenta que se incumplieron todas las normas que se deben dar en una votación: que haya un censo conocido, que haya personas de diferentes ideas que controlan la votación, que no se pueda votar en cualquier colegio... A mí me parece que cualquier parecido con una votación democrática y legal es pura coincidencia.

Le planteo la pregunta de otra manera. ¿Qué valor le da usted al hecho que haya habido muchos catalanes que hayan decidido participar en la consulta?

Eso es otra cosa. El hecho de que muchos catalanes, no sabemos cuántos, hayan ido a votar tiene el valor de una movilización importante de una parte de la ciudadanía de Cataluña que hay que tener en cuenta y que hay que escuchar. Es evidente que cuando una parte de la sociedad catalana se manifiesta una y otra vez, yo creo que un Estado inteligente debe escuchar. Eso no quiere decir que les tenga que dar la razón, pero tiene que escuchar y ver cómo resuelve el problema político que hay ahí.

¿Cómo valora usted la actuación de Policía y Guardia Civil durante el 1-O?

Yo creo que la actuación por parte de los responsables políticos ha sido muy criticable. Es para Premio Nobel, pero al revés: no consiguieron que no se votase y, además, han tenido que reprimir. Ha sido un error garrafal.

¿Cree que en otro país, el ministro del Interior hubiera tenido que dimitir?

Probablemente.

¿Qué mensaje trasladaría usted a la gente que está en la calle pidiendo la desconexión de Cataluña?

Mi idea es que lo mejor que ha hecho este país desde que se estableció la democracia lo hemos hecho juntos; primero la democracia, que la trajimos todos y después la Constitución, que la votamos todos y los que más la votaron fueron los catalanes. Entre los que redactaron la Constitución, la proporción mayor era de catalanes.

Es evidente que a esa gente que se está manifestando hay que decirles que hay una salida y es la reforma de la Constitución. Podemos ir hacia a un modelo federal. Podemos mejorar el autogobierno. Podemos entre todos mejorar nuestro sistema social, pero eso lo tenemos que hacer juntos. Si lo hacemos separados seremos derrotados sin duda, puesto que este elemento de autodeterminación a quien más perjudica es a los trabajadores.

Explíqueme eso.

Lo que está pasando en Cataluña es una revuelta burguesa, de clases medias. A los trabajadores los hunde en la miseria. En el caso de que hubiera independencia, les parte los sindicatos. Les parte la caja única de la Seguridad Social, que es el elemento de solidaridad común que garantiza las pensiones. Les parte los convenios colectivos. Les parte las relaciones laborales. Es decir, una catástrofe para los trabajadores.

¿Y la opción de un referéndum pactado?

¿Un referéndum pactado sobre qué? Si el referéndum pactado es sobre la independencia no cambia nada sobre lo que hay. Hablemos claro: lo que se está planteando es el derecho de autodeterminación. Si las únicas alternativas son sí o sí, no se está negociando nada, no hay pacto.

Lo que se puede votar en democracia es lo que se pacta, pero no pactar algo que ya está decidido previamente. Si el referéndum pactado es sobre una reforma de la Constitución, si lo que se plantea es que hay que pactar un estatuto mejor... eso es perfectamente negociable. Lo que no es viable y obliga a cambiar la Constitución entera, es un referéndum que plantee la autodeterminación. Ningún Gobierno nunca podrá pactar eso porque no está en su mano hacerlo.

Cuando uno establece una relación con otro, no puede tomar las decisiones solo una parte. Cuando se dice que es muy democrático que los catalanes decidan como se quieren relacionar con España. Si afecta al conjunto de los españoles cómo es que solo vota una parte. A no ser que se piense que una separación hipotética de Cataluña no nos afecta.

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