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PERFIL

Pepa Millán, la negacionista de la COVID que ascendió en Vox hasta ser portavoz en el Congreso gracias a la ley de paridad

Pepa Millán, portavoz de Vox en el Congreso.

Fátima Caballero

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Negacionista de la COVID-19, ultracatólica y taurina. Son tres de los adjetivos que definen a María José Rodríguez de Millán, más conocida como Pepa Millán (Córdoba, 1995), quien ha sido elegida por Santiago Abascal para ser la nueva portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados tras la brusca salida de Iván Espinosa de los Monteros de la formación ultraconservadora.

Licenciada en Derecho y de 28 años, la meteórica trayectoria de Millán dentro de Vox tiene paradójicamente el sello de la ley de Igualdad de José Luis Rodríguez Zapatero. La norma obligó al partido ultra a designarla hace un año senadora por Andalucía de carambola ya que los de Abascal, que preferían a un hombre para ese puesto, tuvieron que cumplir con los cupos exigidos por ley para las instituciones y elegir a una mujer. La escogida, como alternativa no deseada, fue Millán. Y esa experiencia en la Cámara Alta la ha llevado ahora a la primera línea de la política nacional.

Posiblemente contraria a esos “privilegios de género”, según define el partido de extrema derecha las políticas que promueven la paridad en las instituciones y en las empresas privadas, en Vox reconocen que sus intervenciones en el Senado han sido claves para que Abascal se haya decantado por ella para sustituir a Espinosa de los Monteros en el Congreso y tratar de zanjar así la polémica y el ruido que ha provocado la salida de uno de los fundadores del partido tras los malos resultados del 23J: perdió 19 escaños y 600.000 votos.

Ambos dirigentes se habían distanciado por el cambio de estrategia de la dirección de la formación dando más peso al ala más ultra del partido representada por Jorge Buxadé. El hasta hace poco mano derecha de Abascal decidía entonces dar un paso al lado y dejar la política argumentando “motivos personales”, cuando el choque con la dirección era ya un secreto a voces.

La despedida de Espinosa de los Monteros ha llevado a los titulares a Pepa Millán, hasta hace unos días una absoluta desconocida para el público. Millán, una de las diputadas más jóvenes de esta nueva legislatura, toma ahora el protagonismo en el Congreso para representar a Vox por delante de figuras como Javier Ortega Smith, otro de los fundadores del partido, que tampoco destacará especialmente en el Ayuntamiento de Madrid, donde es también concejal tras la mayoría absoluta de José Luis Martínez-Almeida.

Algunos dentro del partido critican en privado la elección de Millán por tratarse de nuevo de un giro estratégico respecto a los inicios de Vox, cuando, argumentan, se apostaba por perfiles con trayectorias en la empresa privada. Es una experiencia profesional de la que Millán carece: empezó a trabajar en la formación como asesora en el Parlamento andaluz con 25 años. Su vida laboral comenzó por tanto con el partido de extrema derecha y desde entonces no ha dejado de crecer dentro de la organización hasta ocupar el puesto número cinco en la lista por Madrid que lideraba Abascal en las elecciones del 23J.

La hornada de los 90

La recién elegida portavoz del grupo parlamentario pertenece a una nueva generación de jóvenes líderes de Vox nacidos en la década de los 90 y que han comenzado a ganar relevancia en el partido. El primero fue Juan García Gallardo (1991), vicepresidente de Castilla y León. El mismo año nació el número dos del Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco.

De esa misma hornada es Millán, que durante esta última campaña ha ido obteniendo protagonismo. La andaluza fue una de las políticas que tomaron la palabra en el último mitin que se celebró en la plaza de Colón (Madrid) junto con alguno de los fundadores del partido como el propio Espinosa, Rocío Monasterio, Ortega Smith o miembros de la dirección actual como María Ruiz y Jorge Buxadé.

En el partido ultraconservador destacan que se trate de una mujer, después de negar sistemáticamente en todos los acuerdos de gobierno autonómicos y municipales alcanzados que exista la violencia de género. Vox es también la formación con menos paridad en el Congreso: solo un tercio de sus parlamentarias son mujeres. Su nombramiento es por tanto un guiño al electorado femenino, ya que fuentes de la formación reconocen que desde la marcha de Macarena Olona han tenido problemas para que sus mensajes, con un marcado carácter antifeminista, penetren en este sector de la población.

Negacionista de la pandemia

Declarada fan orgullosa del papa Juan Pablo II, Millán representa a la perfección los valores de Vox: negacionista, xenófoba y antiabortista, como ella misma ha dejado negro sobre blanco en algunos artículos de prensa publicados en La Razón o la revista ultracatólica La Iberia, medios en los que colaboraba antes incluso de su vinculación con Vox, en 2015. Su primer artículo en el periódico conservador en noviembre de ese año critica la gestión de los atentados terroristas de París y alerta de una “guerra” contra Occidente.

Una de sus posiciones más polémicas se vio durante la pandemia de la COVID-19. En uno de sus artículos sobre la crisis sanitaria publicado en 2022 en la revista religiosa, Millán defendió que la gestión de la pandemia fue “un experimento para la verificación del grado de sumisión alcanzado por la sociedad”. La diputada de Vox señaló también a los medios de comunicación a los que acusó de promover un “miedo infundado” y dijo que los telediarios practicaron “terrorismo informativo”. “Ninguna de las medidas que se tomaron siguieron un criterio sanitario sino político”, defendió. Y sentenció: “En realidad, si apagas la televisión ya no hay pandemia”.

Este mismo artículo negando la gravedad de la enfermedad que se cobró decenas de miles de vidas en todo el mundo fue publicado el 14 de marzo de 2022, dos años después del inicio de la pandemia y solo un par de semanas después de la invasión de Ucrania por parte de Vladímir Putin. En el escrito también había guiños para Rusia: “La hipocresía de los países alrededor del virus podría resumirse en que hoy a Djokovic se le prohibiría jugar si fuera ruso, y no por rechazar la inoculación. O que ahora las grandes plataformas como Facebook o Twitter permiten que se incite a la violencia contra los rusos mientras se nos prohíbe decir que China tiene que pagar por la expansión del virus”.

Sus intervenciones en el Senado contra el Gobierno de Pedro Sánchez han ido en la tónica del partido, pero en Vox destacan su contundencia a la hora de expresar el sentir de la organización y la califican de “talento emergente”. En la primera de ellas, en septiembre de 2022, acusó al Ejecutivo de coalición de ser un “problema” para España y de estar llevando al país a un “suicidio nacional” por sus medidas para hacer frente a la crisis económica y energética. Millán comparó la excepción ibérica que Sánchez logró en Europa y que supuso el descenso de la inflación y el cheque a la cesta de la compra, a una “cartilla de racionamiento”.

Ya como portavoz del Congreso, Millán tuvo la oportunidad la semana pasada de hacer su primera intervención ante los medios. La cordobesa agradeció la “extraordinaria labor” de su predecesor Espinosa de los Monteros, quien también se deshizo en elogios sobre ella en su cuenta en la red social X. Millán acusó a Sánchez de “seguir rompiendo la convivencia de España”. Una crítica nada novedosa por parte de una portavoz de Vox.

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