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Podemos reclama a Yolanda Díaz una “negociación bilateral” sobre la candidatura para las generales

Ione Belarra y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

Iñigo Aduriz

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Podemos no quiere que su marca se diluya en el proyecto político que está poniendo en marcha la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, si finalmente decide presentarse a las próximas elecciones generales. Apenas un mes después del arranque de Sumar, el proceso de escucha tras el cual la también ministra de Trabajo decidirá si es candidata a la Moncloa, la dirección del partido que encabeza la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que considera a Díaz como su candidata, ha tomado la decisión de no integrarse en las siglas que cree la vicepresidenta sino de establecer una “alianza electoral” con las mismas.

Esto implicaría, como adelantó El País este lunes, la negociación de las candidaturas entre el espacio que construya Díaz y Podemos, de forma que esta última pueda situar a sus dirigentes en puestos de salida de las listas y dejando clara su militancia en el partido. Se trata de una dinámica similar a la que se empleó, por ejemplo, en la candidatura andaluza Por Andalucía, en la que todos los partidos implicados –Podemos, IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz– negociaron para colocar a sus candidatos.

El objetivo de la dirección de Podemos es poner en valor la fuerza política y orgánica así como la implantación territorial que mantiene el partido en todo el Estado de cara a una “negociación” para la futura candidatura de Díaz, si es que al final confirma esa aspiración. La formación de Belarra quiere que esa relación sea “bilateral”. Los contactos serán, por tanto, entre “todo lo que sea” el proyecto de la titular de Trabajo y Podemos, la fuerza política más importante en el espacio a la izquierda del PSOE.

El equipo de Díaz resta importancia a la decisión de Podemos. El entorno de la vicepresidenta considera que la determinación de Belarra se basa “en premisas electorales” en las que asegura no estar Yolanda Díaz. E insiste en que “Sumar es una asociación para organizar el proceso de escucha” tras el cual la vicepresidenta decidirá si da el paso. Su idea es confirmar o no su candidatura a finales de año. Pero, además, ha encargado a la “sociedad civil” la elaboración de un nuevo “contrato social” que se hará público en 2023 y que pretende diseñar un “nuevo proyecto de país” con la mirada puesta en la próxima década.

Pero la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, insistía este martes que la vicepresidenta segunda, de cara a las generales, “es la mejor candidata”. “Su proyecto es nuestro principal aliado electoral para nuestro objetivo que es ser ser la fuerza principal en el Gobierno”, ha asegurado en una entrevista en RNE en la que ha confirmado que su partido no se integrará en el nuevo proyecto de Díaz, sino que será su aliado. “El ciclo electoral de 2023 es fundamental para el país y las comunidades autónomas porque va a ser el ciclo de consolidación del cambio”, ha remarcado, para destacar que su partido va a “trabajar” para que en todos los lugares Podemos tenga “las candidaturas más fuertes posibles”.

“Tenemos claro que Sumar es el aliado electoral de Podemos”, aseguró la secretaria de Estado de Agenda 2030 y secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, hace ya dos semanas, durante una mesa de los cursos de verano del partido que compartió precisamente con Díaz. Podemos va a ir “sí o sí con” el proyecto que ponga en marcha la vicepresidenta, pero “no en” esa plataforma, coalición o partido. Será, apuntan las fuentes consultadas, un “aliado imprescindible” de la vicepresidenta, pero no se integrará en la nueva marca como el equipo de Belarra cree que sí harán otros partidos de Unidas Podemos, como IU y los 'comuns'.

Diferencias por el papel de los partidos

Díaz siempre ha dejado claro que, al menos durante el proceso de escucha, no quiere dar protagonismo a los partidos sino a la sociedad civil, pese al malestar que genera en Podemos que la vicepresidenta insista tanto en desvincularse de las fuerzas políticas que la apoyan, siendo el que dirige Belarra el que tiene una mayor implantación territorial y, sobre todo, la fuerza electoral más importante en el grupo de Unidas Podemos en el Congreso.

Estas diferencias sobre el papel que deben tener los partidos que se sitúan a la izquierda del PSOE en el futuro proyecto de Díaz se evidenciaron el pasado 18 de julio precisamente en la conferencia que compartieron la actual vicepresidenta del Gobierno y Verstrynge. “Los partidos han de estar pero no han de ser. Tienen que estar en el movimiento ciudadano pero no deben ser ese movimiento ciudadano”, aseguró Díaz.

A renglón seguido, Verstrynge replicó, reivindicando el papel de los partidos políticos y, en concreto, del suyo. “Necesitamos que Podemos esté en las mejores capacidades y lo más fuerte para aportar a este proyecto”, apuntó. “La cercanía a los movimientos sociales es una característica inherente a Podemos, y creo que debe mantenerse así en el futuro, abriéndose a unos actores y referentes de la sociedad civil”, añadió, además de reconocer que “las organizaciones políticas y lo que se articule dentro del panorama político debe ser poroso”.

En la decisión de la dirección de Podemos de no integrarse en la plataforma de Díaz también pesa el intento por dar “tranquilidad” al partido en todos los territorios, para remarcar que la fuerza política mantiene su marca y darle un impulso de cara a la vuelta de verano, cuando comenzarán a celebrarse las primarias para elegir los respectivos candidatos de las distintas agrupaciones de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2023. La intención del partido es convocar también primarias a nivel estatal y que, en base al marco que resulte de ese proceso interno, se ponga en marcha la “negociación bilateral” con el proyecto de la vicepresidenta.

Iglesias: “Creo que Podemos tiene razón”

Preguntado por el “rol” que debía jugar Podemos en ese futuro partido o coalición de Díaz, el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, que fue quien sugirió a la titular de Trabajo como candidata de Unidas Podemos para 2023, considera que en su opinión “de un militante de base”, está “de acuerdo” con la estrategia de la dirección de la fuerza política que él contribuyó a fundar en 2014. “Creo que Yolanda Díaz ha construido una propia plataforma, con toda legitimidad, que tiene una serie de características políticas propias muy diferentes a Podemos”, aseguró, el domingo, en una entrevista en Jacobin.

“Podemos es un partido y Sumar algo que quizás se convierta en partido o no. Y creo que Podemos tiene razón al plantear que, siendo cosas distintas, tienen que entenderse y presentarse juntas a las elecciones, respetando sus distintos estilos y sus diferencias de diagnóstico. En estos meses hemos visto muchas diferencias, como por ejemplo sobre el envío de armas a Ucrania u otros temas. Pero en lo fundamental, en lo programático, creo que hay amplios acuerdos y además creo que Podemos es muy generoso al plantear que, aunque Yolanda Díaz no sea la líder de Podemos sino de otro espacio que se está construyendo, puede ser la mejor candidata de todos, de un espacio en el que Podemos esté junto a Sumar y a los sectores que se integren a Sumar”.

“Yo creo que eso es lo más positivo y lo más razonable: sumar la diversidad de actores que hay, que Sumar pueda construir en torno a Yolanda Díaz o a una serie de otros actores —el PCE, Izquierda Unida y otros sectores que puedan venir del mundo sindical o de otros lugares— para formar un nuevo partido, una plataforma o como se quiera llamar, con los estilos que determine Yolanda, y que al mismo tiempo Podemos contribuya a una coalición electoral para llevar a Yolanda como candidata de todos”, zanjó.

La tensión en Andalucía y los recientes ceses

En la estrategia de Podemos pesa el convulso proceso de negociación para la creación de Por Andalucía, la candidatura de unidad para las elecciones andaluzas, que estuvo marcado sobre todo por el error y las consecuencias económicas –principalmente, de acceso a subvenciones– que supusieron que finalmente la alianza encabezada por Inma Nieto –de IU y apoyada por Yolanda Díaz– se registrara sin el nombre de Podemos cuando apenas quedaban tres minutos para que concluyera el plazo para presentar coaliciones. Esto hizo que el nombre del partido de Belarra no pudiera aparecer en la papeleta de Por Andalucía, un fallo que se reprocharon los dos partidos, IU y Podemos.

En las últimas semanas se han producido dos ceses que han enrarecido las relaciones entre ambas partes. Primero fue el de Amanda Meyer, dirigente de IU y del PCE, que hasta junio fue la jefa de gabinete de la ministra de Igualdad y secretaria de Acción de Gobierno de Podemos, Irene Montero, que prescindió de ella en plena campaña de las andaluzas. Más recientemente, a mediados de julio, IU perdió a otro de sus principales activos en el Gobierno, el líder del propio PCE, Enrique Santiago, a quien Belarra destituyó en su cargo de secretario de Estado de Agenda 2030 sustituyéndolo por Verstrynge.

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