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Unidas Podemos busca escenificar unidad en la campaña andaluza tras una negociación que deja cicatrices en el espacio

Irene Montero y Yolanda Díaz, el pasado abril.

Iñigo Aduriz

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Todos los esfuerzos de los seis partidos integrados en Por Andalucía –Podemos, IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde– están centrados en trasladar una imagen de unidad durante la campaña de las elecciones andaluzas del 19 junio. Los actos en los que coinciden dirigentes de cada una de las formaciones se multiplican para dejar atrás el convulso arranque de la coalición con reproches cruzados y desconfianzas mutuas en la negociación de la candidatura y, sobre todo, el error y las consecuencias económicas –principalmente, de acceso a subvenciones– que supusieron que finalmente la alianza encabezada por la aspirante a la Presidencia de la Junta Inmaculada Nieto se registrara sin el nombre de Podemos.

IU culpó entonces al partido de Ione Belarra, con el que a nivel estatal convergen en Unidas Podemos, de haber tratado de imponer a su candidato Juan Antonio Delgado –que ganó las primarias de Podemos– hasta el último minuto y de no haberse preocupado por trasladar sus firmas al resto de los socios para poder registrar la coalición en tiempo y forma el 6 de mayo, último día de plazo para registrar ese tipo de alianzas al proceso electoral andaluz. Podemos responsabilizó a IU de haber actuado “mal” al no inscribirle como parte de la coalición al borde de la medianoche del día en el que expiraba ese plazo, así como de plantear, durante la negociación, condiciones inasumibles respecto a la financiación de la campaña así como del reparto de las candidaturas.

Finalmente Por Andalucía se registró cuando apenas quedaban tres minutos para las doce de la noche de aquel día, después de que, gracias a la intermediación de la vicepresidenta segunda del Gobierno y coordinadora de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, Podemos aceptara como candidata del espacio a Inmaculada Nieto, de IU, que era la que contaba con el respaldo del resto de los partidos. Ante la brecha que generó esa tormentosa negociación por las numerosas descalificaciones y filtraciones interesadas a la prensa por parte de todos los implicados, la propia Nieto se vio obligada a pedir “disculpas” por lo ocurrido en el acto de presentación de la coalición, que tuvo lugar en Sevilla el 11 de mayo.

La candidata intenta desde entonces escenificar la unidad en todas sus intervenciones públicas. Pero esta semana, ya en medio de la campaña electoral, una decisión de la ministra de Igualdad y dirigente de Podemos, Irene Montero, volvió a remover las aguas principalmente dentro de Unidas Podemos. Un movimiento que, según distintas voces del espacio confederal, está relacionada con la convulsa negociación que dio paso a crear Por Andalucía.

“Cambio de etapa” o “ajuste de cuentas”

A petición de Montero, el Consejo de Ministros aprobó el martes el cese de Amanda Meyer como directora de gabinete de la ministra de Igualdad. Desde el departamento que encabeza Montero remarcaron que se trata de un “cambio de etapa” en cuanto a la dirección de gabinete para el último año y medio de legislatura, tras la aprobación de la Ley de Libertad Sexual en el Congreso, la conocida como ley del 'solo sí es sí'. Pero dirigentes del espacio confederal al margen de Podemos consideran que el cese de Meyer, andaluza y miembro de la Ejecutiva de IU, se debe a una suerte de “ajuste de cuentas” por parte del partido de Belarra, por lo ocurrido en Andalucía.

“Solo hay una lectura de lo ocurrido”, explicaba a este diario esta semana un importante dirigente de Unidas Podemos en el Gobierno. “Es por la negociación en Andalucía”, añadió. Así lo consideran, también, otras fuentes de IU consultadas por elDiario.es, aunque todas piden que no se desvelen sus nombres y apuntan a la necesidad de preservar la imagen de unidad que proyectan todos los actos electorales de Por Andalucía. Todo sucede, además, en un contexto en el que las encuestas apuntan a una desmovilización de la izquierda en la comunidad, de la que esta misma semana se responsabilizaron mutuamente en el Congreso el PSOE y Unidas Podemos, que, siempre según esos sondeos, facilitará la victoria del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla y hará crecer a la extrema derecha de Vox, posible llave de los populares para reeditar mandato al frente de la Junta.

Desde Podemos y el entorno de Irene Montero niegan en cambio esa tesis. “Amanda ha sido fundamental y esencial en el equipo del Ministerio de Igualdad y en todos los proyectos legislativos que ha impulsado el ministerio”, insistieron fuentes oficiales, que enmarcaron el cese en una “normalidad absoluta”. “Todos los ministros hacen cambios. Estamos muy agradecidas a Amanda, su labor y su trabajo y simplemente hay un cambio”, remarcan desde el equipo de Montero. La sustituta de Meyer será la hasta ahora jefa de prensa de la ministra y miembro del Consejo Ciudadano de Podemos, Lidia Rubio, que seguirá ejerciendo de contacto de Igualdad con los medios de comunicación.

El cambio en plena campaña ha reabierto la herida en la coalición de Unidas Podemos, aunque desde las delegaciones andaluzas tanto de IU como de Podemos se insiste en señalar que el problema está en las direcciones estatales de sus respectivos partidos y no en Andalucía. También durante la negociación final para conformar Por Andalucía esas representaciones territoriales señalaron a Madrid como el lugar donde se estaban produciendo las principales desavenencias. Y lo enmarcaron en un contexto en el que las relaciones entre Podemos y el resto del espacio –IU y En Comú Podem– no atraviesan por su mejor momento.

Actos conjuntos de Díaz y Belarra

Desde todas las partes se atribuye la situación a problemas de comunicación principalmente entre Yolanda Díaz y Ione Belarra, la líder de Podemos. Todo el espacio confederal, también Podemos, considera a la primera como su candidata a las próximas elecciones generales. Ella aún no ha decidido si dará el paso pero sí ha puesto en marcha 'Sumar', la asociación con la que pretende iniciar un “proceso de escucha” del que podría confirmarse su intención de concurrir a las generales y que celebrará su primer acto abierto a la ciudadanía una vez pasadas las andaluzas, el 8 de julio, en Madrid.

Pero la pretensión de Díaz de dejar en un segundo plano a los partidos para que esa escucha esté protagonizada por la sociedad civil se ha traducido, según dirigentes de Podemos, en que la vicepresidenta actúa por libre, sin comunicar ni consultar nada a la dirección de Belarra, cuyo partido es el que tiene implantación territorial y ostenta una mayor representación de la ciudadanía en el Congreso de los Diputados. Esa falta de comunicación, insisten en Podemos, se ha trasladado también dentro del Gobierno de coalición, donde ya se han producido discrepancias entre Díaz y Belarra sobre diversos asuntos, como el envío de armas a Ucrania rechazado por la ministra de Derechos Sociales y respaldado por la vicepresidenta segunda y la participación de los dirigentes del espacio en la cumbre de la OTAN que se celebrará en España a finales de mes.

Pese a todo y, en aras de la candidatura de Por Andalucía, ambas dirigentes tratan de ofrecer una imagen de unidad durante la campaña. Este sábado las dos han arropado a Inmaculada Nieto durante un mitin en Córdoba. La vicepresidenta dijo durante el mismo estar “dispuesta a dar un paso por España.

Y el próximo martes Díaz y Belarra, a quienes se sumará el líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, volverán a compartir escenario en otro acto electoral en Dos Hermanas (Sevilla). La creación de la coalición andaluza supuso además un hito para Podemos, ya que tras el cisma de 2019 supone el reencuentro con Más País, el partido que Íñigo Errejón creó después de su marcha por las discrepancias con el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias. Por el momento no está previsto que Errejón comparta mitin con Belarra, aunque sí lo hará este domingo con Díaz, en Málaga.

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