Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Sánchez lanza la campaña catalana con la designación de Illa y ultima una crisis de Gobierno de alcance limitado

Salvador Illa y Carolina Darias durante una reunión del Consejo Interterritorial de Salud.

Irene Castro

30 de diciembre de 2020 22:14 h

20

Pedro Sánchez y Miquel Iceta decidieron a mediados de noviembre dar una patada al tablero electoral de Catalunya y presentar al ministro de Sanidad, Salvador Illa, como candidato a la Generalitat. El líder del PSC había madurado la idea desde el verano y también el presidente le había dado vueltas al leer las encuestas que situaban al otrora fontanero de la organización como uno de los políticos mejor valorados. Una vez aceptado el reto por parte de Illa, el desafío fue guardar el “milagroso secreto” hasta finales de diciembre para que nada empañara la aprobación de los Presupuestos ni se pusiese en cuestión la campaña de vacunación, que arrancó el pasado domingo. Una vez con las primeras dosis y todo en marcha, en Moncloa sostienen que el Ministerio, que ha necesitado refuerzos excepcionales durante los últimos meses, comienza una nueva fase. Es la justificación para abrir la puerta de salida para el “ministro filósofo”, como lo ha bautizado la derecha, el movimiento con el que Sánchez lanza la campaña catalana con un golpe de efecto que los socialistas catalanes sueñan con que les catapulte a la primera posición, pero que también obliga a una remodelación del Gobierno en los próximos días. Fuentes conocedoras de esos “relevos” apuntan a que serán puntuales y limitados a cubrir la vacante de Illa.

A pesar de la nueva etapa que en el Gobierno creen que se abre para el Ministerio ante el arranque de la campaña de vacunación, la pandemia está lejos de remitir. Unas horas después de que trascendiesen los planes de Sánchez y el PSC, el Ministerio de Sanidad hacía públicos los datos de contagios: 16.716 nuevos casos y 247 fallecidos. Casi al mismo tiempo en que se difundían los peores datos de la pandemia en mes y medio, el todavía ministro de Sanidad participaba en su proclamación como candidato del PSC ante el Consell Nacional.

La actual ministra de Política Territorial, Carolina Darias, se perfila como la sustituta de Illa al frente de Sanidad, según varias fuentes gubernamentales, que apuntan a que la responsable de administraciones lleva ya tiempo acompañándole en las reuniones del Consejo Interterritorial de Salud en las que el Gobierno y las comunidades coordinan la gestión de la pandemia. Esos mismos dirigentes apuntan a que la participación de Darias respondía ya a la preparación del relevo. No obstante, el primer encuentro al que asistió la titular de Política Territorial antes de hacerlo con carácter periódico fue el 14 de octubre –un mes antes de que la operación 'Vuelve Illa' se empezara a gestar en los despachos de la Moncloa–. Durante las últimas semanas y de forma repetida tanto Moncloa como el propio Illa han negado que estuviese en marcha una operación de este tipo

El cambio de Darias dejaría el puesto libre en el Ministerio que tiene atribuidas las relaciones con las comunidades autónomas con la resolución del conflicto político en Catalunya como el deber más acuciante. Sin embargo, Sánchez optó por colocar al ministro catalán 'más político' en Sanidad, al ser un departamento vacío de competencias, para que pudiera dedicarse a la negociación con la Generalitat. La pandemia dio un giro de 180 grados a ese guion. No obstante, en estos meses Illa ha participado junto con José Luis Ábalos y Adriana Lastra en los encuentros discretos que han mantenido los equipos negociadores de PSOE y ERC.

Con ese nuevo panorama, la idea de Sánchez es que sea Miquel Iceta quien se haga ahora con las riendas de Política Territorial. “Es la posibilidad más sólida”, dice una de las fuentes consultadas, que reconoce que no se están buscando otras opciones. El plan es, además, que los cambios en el Ejecutivo sean quirúrgicos. El presidente llamó a Pablo Iglesias tras darse a conocer la marcha de Illa y le garantizó que la remodelación del Gobierno tendrá un alcance mínimo y que, desde luego, no afectará a los ministerios de Unidas Podemos. “Máximo respeto a las decisiones del PSC y sobre quién tiene que ser su candidato. Aprecio a Illa y le deseo lo mejor en términos personales, aunque la mejor candidata es Jéssica Albiach, la candidata de los comunes y partir de ahora habrá una campaña electoral y cada uno defenderá a su partido”, expresó posteriormente el vicepresidente segundo en una entrevista en 'Las Cosas Claras' de TVE.

El nombramiento de Iceta como ministro tras su paso al lado le situaría donde Sánchez lo ha querido colocar en varias ocasiones: en la política nacional. El presidente propuso al dirigente catalán formar parte del Gobierno en dos ocasiones, pero las rechazó. El argumento de Iceta siempre ha sido que tenía que quedarse para hacer remontar al PSC. En el caso de la presidencia del Senado, sí lo aceptó, pero ERC se negó a designarle senador truncando el plan. A pesar del intento por llevarlo a Madrid -que en la práctica habría acarreado un proceso de renovación en el PSC-, en Ferraz han defendido siempre la candidatura de Iceta, que ahora cree que ha llegado el momento de ceder el testigo con la absoluta aquiescencia de Sánchez. “No necesitábamos un candidato sino un presidente para Catalunya. Y vi que ese candidato lo teníamos entre nosotros: era Salvador Illa”, ha argumentado el líder de los socialistas catalanes.

En las filas socialistas admiten que Iceta está más tocado que Illa tras varios procesos electorales y que no tiene mucho nuevo que ofrecer desde 2017. “Es una nueva etapa y hay que arriesgar”, señala una de las fuentes consultadas. Por el momento, Illa tiene mayor valoración que Iceta en los sondeos –tanto del CIS y como del Centro de Estudios de Opinión de Catalunya– y en el partido creen que tiene una mayor capacidad para “tender puentes” –la relación de Iceta con Oriol Junqueras es más tensa, por ejemplo, de cara a posibles pactos postelectorales en un momento en el que los socialistas ven un rayo de esperanza para que el tablero catalán cambie con la ruptura que esta legislatura se ha producido en el bloque independentista–.

“Mi obligación es proponer al mejor candidato en la actual coyuntura, que los catalanes y las catalanas perciban que el cambio es posible, que lo tenemos al alcance de la mano”, ha asegurado el socialista. “Hay que demostrar que queremos ganar, que queremos gobernar, que queremos presidir la Generalitat. Que vamos a todas”, ha expresado Iceta en la proclamación de su secretario de Organización como candidato ante el Consell Nacional. La jugada no es solo un “órdago al independentismo”, según reconocen en el partido, sino un intento por captar el máximo de voto de la posible debacle de Ciudadanos y, para los socialistas, Illa tiene mejor posición para ello. Su talante durante la pandemia le convirtió en una figura al alza en el socialismo y fue ya un reclamo electoral en las elecciones vascas y gallegas de julio.

“Soy un servidor público y he tratado siempre de estar donde podía ser útil, donde podía resolver problemas”, ha dicho Illa en su presentación. Ha sido una declaración de intenciones de quien ha tenido que lidiar con la pandemia y que fue duramente criticado al ser nombrado ministro por su falta de experiencia en materia sanitaria. Entonces sus defensores ensalzaron su capacidad de gestión al haber sido alcalde de su ciudad. Ahora Illa deja claro que su principal desafío será el conflicto catalán. “Quiero ser president de la Generalitat porque tengo esperanza y confianza en Catalunya”, ha expresado ante la plana mayor del PSC.

Críticas por la salida de Illa en plena pandemia

En Moncloa no ponen una fecha para el intercambio de carteras, aunque tampoco prevén que sea inminente por las fechas navideñas. No obstante, se arriesgan a que la bicefalia le pase factura en la antesala de la tercera ola. Las críticas por la salida del responsable de Sanidad en plena pandemia han sido prácticamente unánimes. El portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Jaume Asens, lo ha tachado de “temeridad”. El socio catalán de la coalición ha acusado al PSC de “priorizar los intereses de partido por encima de la gestión sanitaria”. “Necesitamos a alguien centrado solo en combatir la tercera ola de la pandemia”, ha señalado Iñigo Errejón en su cuenta de Twitter: “El Gobierno debe ser responsable”. En la misma dirección se ha pronunciada la candidata de JxCat, Laura Borràs, al criticar a Illa por “priorizar los intereses electorales al trabajo para la ciudadanía” relacionado con la pandemia: “Habrá que ver qué propone para Catalunya el ministro que centralizó la gestión de la pandemia”.

Un argumento similar han esgrimido en el PP, que, sin embargo, había pedido la dimisión del ministro en varias ocasiones. “La preocupación de Illa no era la salud de los españoles, era ser candidato a la Generalitat”, reprochó el número dos, Teodoro García Egea. “Se quita la mascarilla. Nunca fue su misión gestionar la sanidad, todo era un trampolín de cara a las elecciones catalanas”, ha dicho la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra. Los conservadores ya acusaron en otoño a Illa de hacer electoralismo con la pandemia al decretar el estado de alarma en la Comunidad de Madrid ante la falta de acuerdo con Isabel Díaz Ayuso. “Es muy sorprendente que Illa anuncie su salida del Ministerio justo en plena tercera ola de la Covid-19”, ha sido el reproche del candidato de Ciudadanos, Carlos Carrizosa: “Nos parece una autentica irresponsabilidad”. “En medio de la peor pandemia vivida en un siglo y con unos meses durísimos todavía por delante, el PSOE decide descabezar el Ministerio de Sanidad para presentar a Salvador Illa de candidato en Cataluña. Una irresponsabilidad. La única prioridad debería ser salvar vidas”, ha sido el mensaje de Inés Arrimadas.

Conscientes de que la maniobra de Illa persigue la pugna por la primera posición en los comicios del 14 de febrero, los republicanos catalanes también se han lanzado contra el recién elegido candidato socialista, pese a que no tienen mala relación. “Representa la apuesta del PSC por ir a buscar los votos de Ciudadanos. Estas elecciones habrá que elegir entre ERC y el PSC. Hemos ganado en las dos últimas elecciones y lo volveremos a hacer”, expresó Oriol Junqueras en Twitter. El PSC que soñó con la Operación Borgen lo hace ahora con que el 'efecto Illa' les lleve a la primera posición.

Etiquetas
stats