Los senadores del PP organizan una misa de aniversario por la muerte de Rita Barberá
Media hora antes del inicio del pleno del Senado, los parlamentarios del PP tienen cita en la Iglesia de la Encarnación para celebrar una rápida misa aniversario con motivo de la muerte de Rita Barberá. Ha tenido que pasar un año para que el mismo Partido Popular que expulsó a la veterana política de sus filas, haya organizado el primer acto de recuerdo religioso relacionado con su muerte.
En las semanas previas a su fallecimiento, Barberá recorría los pasillos del Senado como diputada del grupo mixto y repudiada por los más jóvenes de sus compañeros que la evitaban en la cafetería común habilitada para senadores, funcionarios y periodistas.
La noticia de la muerte de Barberá se produjo al poco de iniciarse un pleno en el Congreso de los Diputados y poco después de que su formación de toda la vida la hubiera abandonado. Barberá murió en un hotel a apenas 100 metros de distancia del Congreso. Cuando el coche funerario aún no había llegado, sus compañeros impulsaban un homenaje en el hemiciclo en forma de minuto de silencio, que provocó el sonado abandono de Podemos.
La muerte forzó al PP a pasar del silencio y la crítica al homenaje y las acusaciones de que la presión de los periodistas había tenido relación directa con el fatal desenlace. La autopsia acabaría por revelar que la muerta de la política valenciana estaba directamente relacionada con un fallo hepático.
Un año después, el PP vuelve a revindicar a la que fuera alcaldesa de Valencia. “Es una misa de aniversario, organizada por sus compañeros del grupo parlamentario”, aseguran fuentes de la dirección del PP en el Senado. La afirmación tiene sus matices. El concepto “compañeros del grupo parlamentario” sortea una realidad que acompañó a Rita hasta el final de sus días: sentada en el gallinero del Senado y acompañada por otros compañeros, como los senadores de Bildu o de Compromís, con quienes compartía su nueva adscripción al Grupo Mixto.