Fallece Rayito, el cojón humorista parlante

¿Fallo cardiaco o tragedia premeditada? En la mañana del Lunes 24 de junio ha sido encontrado muerto en su residencia Rayito, el cojón humorista parlante. Tanto los rumores como los homenajes no se han hecho esperar hasta inundar la web. El famoso cojón, cuyo momento de mayor gloria se produjo a mediados de los noventa coincidiendo con el despliegue de las televisiones privadas, hacía tres años que no tenía ninguna presencia pública.

“Ha sido un referente para el humor en nuestro país”. “Ya era la polla cuando escribía humor gráfico en el Papus, desde su columna Tocada de Huevos y más tarde en El Jueves, con su sección Por Cojones, pero cuando lo petó de verdad fue cuando empezó a salir en la televisión a diestro y siniestro, pasandose por el forro todo lo que pillaba... Un maestro”. El Señor Barragán, Bigote Arrocet, Arévalo, Quequé, Marianico el Corto, Flo, José Mota...Todos sus compañeros se expresaban con extrema condolencia a la entrada del tanatorio. “Su estilo, el nabo-humor, lo llevamos todos dentro, como un jodido ADN...”, afirmaba Torrente casi entre sollozos. Espeluznante.

Pero el momento que Españñña lleva a fuego en su retina y que forma parte ya de nuestro acervo popular lo recordó el mismísimo Rockefeller, el cuervo de José Luis Moreno, quien se mostraba asimismo consternado mientras graznaba: “Ese testículo era un cabrón, se ponía delante de una pantalla, decía aquello de: ”Sois todos...“ y diecisiete millones de españoles respondían a la vez desde casa y desde el plató: ¡¡Unos hijos de puta!!”, creo que no hay que explicar mucho más, era una puta catarsis colectiva“.

“La huella de su humor es icono de la cultura popular. Las figuras de su hacer humorístico son la materia prima de nuestro humor patrio, como una seña de identidad, sin su putafobia, anofobia o la chanza de la mujer bella pero de escaso sesoputafobiaanofobia, no puede pensarse ya el humor español. ¿Quién no ha dicho alguna vez. ”Eso es muy rayito“?”, nos comentaba el académico de la lengua, Buenaventura Poyato Poyo, estudioso de referencia internacional del humor de Rayito. “Desde la RAE estamos valorando la posibilidad de incluir en nuestra próxima edición el adjetivo Rayitesco, que como valleinclanesco, velazqueño o ramoniano homenajea las miradas de los más grandes artistas celtibéricos. Él nel chiste puro es una cosa de hombreso ha de ser menos”.

Su última aparición pública, sin embargo, estuvo marcada por la polémica. En una entrevista con Julia Otero en un popular programa de Televisión Española afirmó: “Es normal que no haya más mujeres humoristas, tienen menos gracia. O bueno, tiene una gracia distinta. La gracia del cotilleo, del rumor, eso que se lleva tanto ahora de la ironía, pero el chiste puro es una cosa de hombresel chiste puro es una cosa de hombres”. La propia cadena tuvo que emitir un comunicado disculpando el ramalazo sexista de Rayito. Un patinazo lo tiene cualquiera.

Más allá de los homenajes, los rumores apuntan a un “Rayito” mucho menos amigable. “Casi siempre quería estar solo, no se le conocen parejas y amigos cercanos...pues tampoco”, nos dice su biógrafo y amigo Manel Fuenabuente. “Era un testiculo y cómo tal vivía atormentado y esos tormentos salían a la luz en sus sketches, que de alguna manera expresan un determinado periodo histórico...Claro, claro, afortunadamente, ya superado desde la transición”, nos recalca.

Sin embargo, decenas de humoristas gráficos, monologuistas, revistas satíricas y programas de humor se han sumado, como decimos, al homenaje en bloque que toda la sociedad está demandando. Muchos nabo-compañeros se unirán para producir un espectáculo que se titulará Enculados donde replicarán los diferentes números del corpus Rayito. El más celebre: “Puta y mil veces puta”, aún no se sabe quién lo encarnará. Desde la productora apuntan que: “No hay que tomárselo al pie de la letra, es cacofónico y un tanto vintage. El humor no puede ser políticamente correcto. Molestarse por una broma es un síntoma de falta de inteligencia. ¿No? Descanse en paz, cojones.