Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Las emisiones cero en 2050 pasan de objetivo utópico a imperativo para evitar los daños más severos del cambio climático

Una fábrica en Torrelavega (Cantabria).

Raúl Rejón

Lo malo del cambio climático es que las previsiones sobre su impacto se cumplen y, a menudo, adelantan los plazos. En 2013 se creó un proyecto, en ese momento vanguardista, llamado Descarbonización Profunda por el que 16 estados punteros colaboraban para ver estrategias que redujeran las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la generación de energía hasta un 56% en 2050. Esa visión ya se ha quedado vieja: este miércoles, la Comisión Europea ha aceptado que contener el calentamiento global implica que la economía de la UE produzca cero emisiones netas en ese año 2050 en su estrategia climática presentada este miércoles.

“Ya vamos tarde”, cuenta el responsable de Cambio Climático y Energía de Amigos de la Tierra, Héctor de Prado. De Prado considera que, lejos de ser una estrategia utópica, se queda algo corta en la próxima década: “Preocupa la débil acción climática hasta 2030 porque luego deja un salto al vacío para recuperar todo lo que no se haya hecho hasta 2050”. El plan de la Unión Europea es rebajar un 40% los GEI en 2030. Una meta volante que el Parlamento Europeo ya calificó de insuficiente al pedir que se elevara le rebaja al 55%.

La ONU coincide. Este martes explicó en su informe anual que los estados no paran de acumular retraso para cumplir el Acuerdo de París de lucha conta el cambio climático. “Si la brecha de emisiones no se cierra para 2030 es extremadamente improbable que se pueda alcanzar el objetivo de 2 ºC”, concluye el documento. La inercia hace que mucho de lo que va a ocurrir en la segunda mitad del siglo XXI se genere en los próximos diez años. El eurodiputado de Equo Florent Marcellesi ha remachado esta idea al conocer la postura de la Comisión: “No está tomándose en serio los datos de los expertos de la ONU, ninguno de los escenarios planeados es compatible con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC”. El también parlamentario comunitario Xabier Benito (Podemos) ha analizado que “para cumplir en 2050 habría que revisar al alza los acuerdos para 2030 o serán papel mojado”.

En octubre pasado, el Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC) avisó de las profundas diferencias que implica en cuanto a impactos contener el calentamiento global en 1,5ºC y no 2ºC. “Los esfuerzos de los países deberían ser cinco veces mayores a lo prometido hasta ahora”, ha explicado ONU-Medioambiente. Las emisiones globales de CO2 crecieron en 2017 tras tres años de parón, han calculado. España no ha sido ajena a esta tendencia y también registró un incremento de un 2% el año pasado.

Imagen y contradicciones

La estrategia presentada por el comisario europeo Miguel Arias Cañete “refuerza la imagen internacional de Europa como líder en la lucha contra el cambio climático con vistas a la cumbre climática de Polonia de diciembre”, recuerda Héctor de Prado. “Sin embargo luego resta ambición a la reducción de emisiones del transporte” contrapone Miriam Zaitegui de la organización Ecodes. La senda de mitad de siglo exige decisiones inmediatas. “Este tipo de contradicciones no pueden darse más. Si se quiere llegar al objetivo, las decisiones que se tomen ahora deben ser más fuertes. Se puede recortar más para 2030”, argumenta. Estos días se está negociando el primer límite de emisiones para los camiones y hay batalla entre países ambiciosos y conformistas.

“El informe del IPCC enfatizó que las emisiones tienen que ser recortadas con mucha más urgencia que la previamente anticipada”, reconoce la Comisión Europea. El responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, subraya que “con ese informe encima de la mesa no tenían más remedio que hacer esto”. Andaluz tampoco considera especialmente avanzadas las intenciones expuestas por Bruselas. “Nosotros creemos que para estar en línea con lo que dice la ciencia, las emisiones cero deberían adelantarse a 2040”. Y añade que “como declaración, lo de este miércoles está muy bien, pero lo que hace falta son medidas reales”.

En ese sentido, el director ejecutivo de la organización Transport & Enviroment, William Todts, señala a los países al asegurar que “ahora es el turno de que los Gobiernos nacionales apoyen la ambición de la Unión Europea” y recuerda que “las emisiones cero en 2050 implican que la era de los motores de combustión de coches y camiones debe tocar a su fin”. Hasta ahora, siete países de la Unión han avanzado algún plan para prohibir los nuevos coches de gasolina o diésel. El Ministerio para la Transición Ecológica español pretende incluir esta medida para 2040, según el borrador de ley de cambio climático que ha presentado.

Pero Todts señala un agujero negro en toda esta senda verde publicitada por Bruselas: el transporte marítimo y aéreo que viven ajenos a las estrategias de recorte de emisiones: “No pueden seguir aprovechándose de los esfuerzos de otros. Tienen que descabonizarse en los próximos 30 años”. Los aviones y buques no han parado de aumentar la cantidad de gases de efecto invernadero que lanzan a la atmósfera. Los reactores un 25% más entre 2013 y 2016. Los barcos han sido el segundo grupo con más crecimiento en lugar de tomar el rumbo para rebajar en un 63% lo que escupen sus chimeneas en 2050. Y ese cálculo se hizo para el ya obsoleto horizonte de los 2 ºC. 

Etiquetas
stats