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El salto a la política de Charito, concejala a los 95 años: “A las abuelas no nos escuchan y nos tienen que empezar a oír”

María del Rosario Testa, conocida como Charito, en la calle de su casa.

Marta Borraz

En Patones de Arriba un día cualquiera se ven más gatos que personas. Apenas hay gente por la calle en este pueblo de la sierra norte de Madrid del que se habla más que nunca en los medios. La atmósfera contrasta con la que se vive los fines de semana, cuando el lugar, declarado en 1999 Bien de Interés Cultural (BIC), se abarrota de visitantes. Los habitantes llevan tres días recibiendo a periodistas interesados en hablar con Charito, como la conocen allí, y sus vecinas se han convertido en improvisadas jefas de prensa. María del Rosario Testa ha sido elegida concejala del pueblo a sus 95 años.

Casi nada más entrar al pueblo una amiga “de toda la vida” nos conduce hasta su casa en un par de minutos y tras subir varias de las cuestas características del pueblo. Charito pasea y observa las macetas de flores que ha puesto frente a su vivienda, en una especie de plataforma en la que ha colocado sillas y una mesa. Allí es donde confabulan y se reúnen las siete mujeres, con Charito a la cabeza, que forman Abuelas por Patones, la candidatura que el pasado domingo logró 49 votos y una edil en las elecciones al Ayuntamiento del pueblo, formado por Patones de Arriba y de Abajo.

“Ya llevábamos tres años pensándolo, hasta que nos hemos decidido. Somos amigas de toda la vida, la más joven tiene 63 años”, ríe Charito, que desgrana su programa electoral en dos propuestas concretas: construir un parking para los turistas que visitan el conocido pueblo los fines de semana y ampliar la residencia de ancianos que hay en Patones de Abajo. “Muchas abuelas y abuelos acaban en residencias sin ver a familiares, pero en residencias que a veces no están en sus propios pueblos. Yo no quiero que eso pase aquí”.

Las personas mayores forman parte de su discurso porque a sus 95 años, recién cumplidos el pasado mes de abril, tiene constancia de una cosa: “A las abuelas no nos escuchan y nos tienen que empezar a oír”. Así responde a la pregunta sobre el motivo que ha llevado a estas mujeres a presentar una candidatura propia. Los comicios del pasado domingo, en los que votó el 100% de vecinos (447) han configurado un consistorio formado por 5 concejales del PSOE, que gobernará como ya hizo la pasada legislatura, uno del Partido Popular y otro más de Abuelas por Patones.

Las tres formaciones ya han hablado y han coincido en ir “de la mano” los próximos cuatro años, explica Charito, bilbaína que lleva 55 años viviendo en el pueblo. La mujer asegura que, entre sus expectativas, no se encontraba la de ser alcaldesa y que siendo concejala ya está “muy orgullosa” de lo que han conseguido. “Todavía no lo hemos celebrado, pero lo haremos”, anuncia al tiempo que aplaude que “todo el mundo esté hablando de Patones” y haya estado estos días en la agenda mediática. Por su casa, de hecho, han pasado más de 70 medios de comunicación.

“Todavía hay que seguir peleando”

Las “abuelas”, como ella las llama, vuelven a ocupar parte de la conversación y la nueva concejala de su pueblo reitera que no son tenidas en cuenta lo suficiente. “Las abuelas no solemos pintar nada, cuando damos todo. Cuidamos a los nietos y a las familias enteras, en realidad. La puerta de la abuela siempre está abierta, pero lo cierto es que la sociedad no lo reconoce”, lamenta. De hecho, se calcula que en España una de cada cuatro personas mayores (la mayoría mujeres) cuida habitualmente de sus nietos.

Charito, que ha enseñado su casa a todos los periodistas que han querido acercarse a ella, ofrece café para amenizar la conversación al tiempo que habla de la igualdad entre hombres y mujeres. Ella, que tiene cuatro hijos varones, apunta a que los avances de los últimos años son palpables y “se ve que hemos mejorado a pasos agigantados”, dice agarrada al bastón que le ayuda a caminar por las empedradas calles de Patones. Sin embargo, “todavía hay que seguir peleando. ¿Por qué vamos a ser desiguales?”, se pregunta. Habla de la brecha salarial, aunque no le pone nombre: “Ya es hora de que en los trabajos paguen lo mismo a ellas que a ellos. Es que no hay justificación para que haciendo los mismos trabajos, con las mismas carreras y en las mismas oficinas... que a uno le paguen más que a otra”. 

La nueva concejala de Patones rompe esquemas y su caso está revestido de un tono simbólico que traslada con sus reflexiones sobre la política y la presencia de las mujeres en el ámbito público. “Las mujeres hemos estado menos en política porque hemos estado en casa haciendo las tareas. El hombre estudiaba y trabajaba y nosotras teníamos que prepararles para ello”. Bromea incluso diciendo que si ahora tuviera hijas, “irían antes al colegio que ellos” y se imagina qué pasaría si en vez de 95 años tuviera unas décadas menos. “Si volviera a nacer saldría a trabajar fuera, ¡anda que iba yo a quedarme en casa! Por otro lado, nunca se nos ha pagado un salario por ello. ¿Tu sabes lo que es tener un trabajo que te ganas tú y no estar todo el día fregando cacharros? ¡Es como si fuera nuestra obligación!”.

Poli y Carmen aparecen entonces en escena. Son dos de las Abuelas por Patones y justo las dos vecinas, una a cada lado, de Charito. Las tres se quedan conversando, riéndose y celebrando su 'salto a la política': “Anda que no iba a cambiar yo si vuelvo a nacer...”, medita Charito.

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