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La “compleja aplicación” de la vacuna de Pfizer supone un reto para los sanitarios, que piden “formación específica”

Vista de la preparación de una vacuna de Pfizer-BioTech contra el coronavirus en Seattle (EE.UU.), este 18 de diciembre de 2020. EFE/Stephen Brashear

Raúl Rejón

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“La vacuna es muy compleja de aplicar”. Así describe un director de centro de salud el suero de Pfizer/BioNTech con el que España iniciará la inmunización contra la COVID-19 el 27 de diciembre. Hay que descongelar los viales ultra-helados, diluirlos y obtener así cinco dosis que hay que extraer de ese mismo vial con cinco jeringas para cinco personas. “Se tarda casi una hora”, remata el sanitario. La Sociedad Española de Médicos de Primaria ha pedido este martes “formación” específica para realizar la campaña “con total garantía”.

En la SEMERGEN explican que “la mayoría de los profesionales” todavía no han recibido instrucciones sobre el proceso, aunque, es cierto que la primera fase se hará con residentes y trabajadores de residencias de mayores. Las vacunas irán allí. “Las unidades de asistencia a residencias sí han tenido alguna formación, al menos en Madrid”, explica el mismo director a elDiairio.es. La Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (SEMG) añade que “se está dando formación, pero falta información específica sobre cómo va a ser el plan de vacunación en Atención Primaria”.

La cuestión es que la vacuna diseñada por las empresas Pfizer y BioNTech impone una serie de indicaciones precisas para conservarse, prepararse y administrarse correctamente, según consta en una guía redactada por el Principado de Asturias que también manejan los directores de centros de salud madrileños.

Descongelar desde frío casi extremo

Desde un principio se supo que esta vacuna traía fuertes exigencias técnicas derivadas de su conservación a bajísima temperatura, pero el documento especifica los pasos necesarios desde que se reciban las dosis hasta inyectarlas en los brazos de los españoles como ya está ocurriendo en Gran Bretaña y EEUU.

Lo primero es que esos viales que se conservan en congelación a entre -60º y -80º C son “multidosis”. En cada uno va la cantidad necesaria para preparar cinco inyecciones. La descongelación puede realizarse de dos maneras, según la guía: trasladando esos viales a frigoríficos de temperatura entre 2ºC y 8ºC donde deben permanecer unas tres horas. En ese estado, siempre sin diluir más, duran cinco días (120 horas) dentro del frigorífico.

La otra fórmula es que los viales se dejen directamente a temperatura ambiente (siempre por debajo de 25º C). Así tarda 30 minutos en descongelarse y dura “únicamente dos horas”. Debe ser de “uso inmediato”.

El suero, que aplica la tecnología del ARN mensajero, es inestable y por eso necesita ese frío casi extremo para conservarlo. “Durante la conservación se debe minimizar la exposición a la luz de la habitación (…)”. “Una vez descongelada la vacuna no puede volver a congelarse”, aclara.

Dilución y extracción

Los viales deben alcanzar la temperatura ambiente antes de prepararse la dosis. Entonces, los sanitarios tienen que voltearlo diez veces sin agitar. A cada vial se le tiene que inyectar suero salino para diluir el preparado de vacuna. El envase del producto de Pfizer no incluye el suero. Una vez inyectados 1,8 mL de líquido “se debe igualar la presión dentro del vial retirando 1,8 mL de aire con la jeringa con la que se inyectó el diluyente”. Una vez diluida la vacuna se tiene que voltear de nuevo, anotar la fecha y hora en la que se hizo esta operación y mantenerla, como mucho, seis horas. Después hay que desecharla, recoge este documento.

Ese vial descongelado y con la vacuna diluida contiene cinco dosis de 0,3 mL cada una. Cada dosis tiene que extraerse de ese recipiente con una nueva aguja y jeringa con la que se saca esos 0,3 mL que pasarán a aplicarse. Cada vez que el sanitario haga esto debe desinfectar y dejar secar la embocadura del vial. Y después sacar otros 0,3 mL.

Esta vacuna se aplica de manera intramuscular en la zona del deltoides, es decir, en el hombro. En esto no difiere de muchas otras vacunas. Tras la inyección “se debe observar a la persona vacunada para detectar reacciones inmediatas. En todo caso, debido al riesgo hipotético de síncope, los vacunados deben evitar conducir vehículos a motor en los 15 minutos siguientes a la vacunación”.

Como ya ha trascendido, la vacuna no tiene contraindicación más allá de personas con hipersensibilidad a sus componentes. Con todo, esta guía repite que se recomienda posponer la vacunación en sujetos “con antecedentes de reacciones alérgicas graves”. Una enfermedad leve sin fiebre “no es una razón válida para posponer la vacunación”, recogen las indicaciones.

Todo este proceso se repetirá dos veces por persona en algo menos de un mes, ya que la pauta de aplicación es en dos dosis “separadas por 21 días”. El intervalo mínimo es de 19 días, si se aplicara una dosis antes de ese tiempo, se contabilizaría como si fuera la primera. “No hay evidencia de intercambiabilidad entre diferentes vacunas frente a la COVID-19 incluyendo las del mismo mecanismo de acción por lo que la pauta debe completarse con la misma de la primera dosis”.

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