No recuerdan exactamente el año en el que empezaron a sumarse a las manifestaciones feministas del 8M, pero Irene, Paz, Belén y Nora son de las veteranas. “Desde los años 90 seguro”, exclama la última. Son amigas y aunque algunas pertenecen a colectivos y organizaciones, han venido juntas desde el barrio de Usera porque “sigue siendo imprescindible”. “Las cosas que reivindicábamos cuando éramos chavalas, las seguimos reivindicando ahora”, señala Irene mientras la manifestación avanza por la madrileña Gran Vía. Las cuatro consideran que este año el 8M mantiene el pulso, pero coinciden en que no en la misma medida que en los dos anteriores, cuando se convocaron huelgas feministas. En este sentido, aseguran que el ambiente “es más festivo que reivindicativo”, pero apuestan por la necesidad “de seguir en la calle”. “Solo el número de asesinas por violencia machista que llevamos este año es razón suficiente”, cree Nora. Informa Marta Borraz.