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Baleares avanza las guarderías del futuro: 1,5 metros cuadrados por niño y sin luz natural obligatoria

Imagen de archivo de una guadería

Angy Galvín

Poco a poco, están llegando nuevos modelos para cuidar a los más pequeños. La Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación del Govern balear está a punto de regular las guarderías asistenciales que acogen a niños de 0 a 3 años. Estos centros actúan como una segunda red, pues ya existen escuelas públicas y privadas, aunque obtener una plaza en ellas es tan complicado que han proliferado las escoletes privadas que ofrecen un servicio meramente de custodia infantil.

El borrador de decreto, al que ha tenido acceso eldiario.es, establece que las guarderías asistenciales no tengan por qué desarrollar un proyecto educativo y tampoco obliga a que haya fuentes de luz natural. El proyecto de norma establece una superficie mínima para las salas de tan solo 1,5m² por niño. Si hubiera siete bebés, la sala sería de 10,5m². Además, los espacios pueden estar separados por barreras y conformar un mismo espacio acústico.

El plan va un poco más allá en la regulación de este tipo de servicio que ha sido abordado también por La Rioja y la Región de Murcia. Vicenç Arnaiz, psicólogo especialista en primera infancia, critica este concepto de guardería “low cost” ya que teme que “vaya la gente pobre que no puede pagar una plaza en la pública” o que se queda sin ella.

Para el psicólogo, miembro del Observatorio de la Infancia y la Familia de Menorca, este paso es fruto de no abordar la situación educativa del segmento de edad entre 0 y 3 años (una cuestión común a muchas regiones al no caer en la educación obligatoria). “La situación es resultado de la dejadez de la administración autonómica durante tres décadas. No ha hecho ninguna política para los niños de 0 a 3 años”. Y remata: “Los hijos de las familias que no tienen plaza acaban en garajes o pisos. El Govern no quiere incentivar la creación de escoletes, ya sean públicas o privadas. En vez de hacer política pública, legaliza estos antros para que nadie pueda decir que faltan plazas”.

Una parte del ámbito educativo –especialmente las escuelas infantiles– critica la iniciativa. Argumentan que rebaja las condiciones de los establecimientos, con el consecuente perjuicio para el desarrollo y salud de los niños. Además, consideran que los menores con menos recursos acabarán acudiendo a estos centros sin proyecto educativo, ahondando en la brecha social entre infantes. Incluso, dicen que favorece la precariedad laboral de los trabajadores.

En este sentido, las exigencias de personal cualificado de los centros asistenciales son menores y el convenio que los regula hace que sus educadores cobren alrededor de un 30% menos. Tampoco es obligatorio que un centro asistencial cuente con un profesor, puede funcionar con cuidadores.

Otra alternativa: madres de día

Arnaiz explica que los centros asistenciales también están regulados en La Rioja y en Murcia, si bien en esta última comunidad las condiciones son “mejores”.

Otro de los aspectos que se aborda en este documento es el de las personas que, individualmente cuidan a niños en su domicilio. Las llamadas madres de día. Jaume Blasco, investigador de políticas de primera infancia, explica que “son populares, sobre todo, en países anglosajones”. Sin embargo critica que puedan servir únicamente para facilitar la conciliación familiar. Carolina Viñas, de la red de madres de día, comenta que estas figuras están reguladas en Madrid y Navarra, y que existe un proyecto en Catalunya y en Murcia.

Blasco pormenoriza que este servicio depende de si está dotado de mayor o menor contenido. En Catalunya, analiza, deben contar con un proyecto sociopedagógico y se pide una titulación específica como puede ser tener magisterio en Educación Infantil. En ese sentido, movimientos como al que se abre la puerta ahora en Baleares son un paso más para que se regule este tipo de actividades.

Blasco piensa que el proyecto de las Islas Baleares es un “tipo de reformas que facilita la función de conciliación en detrimento de la educativa. Hay menos personal, menos cualificado y peor pagado. Vas a asegurar que estos niños estén bien y seguros, pero los menores, para los cuales esta primera etapa puede ser importante a nivel educativo y social, los hijos de familias desfavorecidas, son los que más se van a resentir. Es una política socialmente regresiva”.

Por su parte, la consellera responsable del plan balear, Fina Santiago, defiende la regulación de los centros asistenciales: “Estamos poniendo dificultades para que, si alguien quiere la licencia y abrir una guardería, tenga que cumplir el decreto”. Asimismo, comenta que desde el 2010 las guarderías asistenciales no están reguladas y que no paran de crecer. “Tenemos más regulado el bar al que van los padres”, comenta. Santiago no rechaza estudiar las condiciones establecidas en el decreto y modificarlas. Además, el Govern no promocionará ni financiará estos centros asistenciales.

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