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ENTREVISTA | Divulgador científico

Jordi Pereyra: “Hay una ignorancia general sobre cómo funciona la ciencia, y es ahí cuando aparece gente como los antivacunas”

El escritor y divulgador científico, Jordi Pereyra, durante la entrevista con eldiario.es.

Daniel Sánchez Caballero

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“No es un libro de curiosidades, de 25 preguntas inconexas”, advierte Jordi Pereyra, ingeniero mecánico de formación y divulgador científico de profesión. “Intento explicar fenómenos de manera rigurosa, detallada”. Presentación hecha. Respuestas sorprendentes a preguntas cotidianas (Paidós) es el tercer libro de Pereyra, con el que trata de acercar la ciencia a la calle. “Con prólogo de Javier Santaollala, ¿sabes quién es? Es una figura de la divulgación”, apostilla orgulloso.

Autor también del blog Ciencia de Sofá, Pereyra habla rápido. Mucho. Los 25 minutos de charla equivalen a una entrevista de una hora. En ese rato, el divulgador lamenta el poco conocimiento científico de la sociedad en general, aunque cree que hay más vocación de la que nos venden, advierte contra el retroceso en ciertos debates científicos y reivindica como vacuna una mayor inmersión en la ciencia y el método científico desde la escuela.

España tiene un problema de vocación científica, apenas un 16% de los estudiantes valora las carreras científicas como una opción de futuro. ¿El sistema educativo despierta vocaciones?

Creo que el sistema educativo no nos inculca una curiosidad por las cosas que ocurren alrededor, las cosas que tienen explicación científica. Entonces, sí, creo que si de pequeños se enseñara más cuál es la aplicación de todo lo que vemos en clases, se enseñaran más experimentos, la gente tendría mayor interés por ello de mayor. Creo que por ahí se podría mejorar.

¿Cómo de ignorantes somos como sociedad a nivel general científico?

Creo que para una sociedad que depende tanto de la tecnología como la nuestra deberíamos estar más familiarizados todos con la ciencia y la tecnología, porque hay una ignorancia general sobre cómo funciona la ciencia. Deberíamos saber por qué los científicos son más válidos que otras personas para decir ciertas cosas... Es así cuando aparece gente como los antivacunas, gente que cree que el calentamiento global no existe... Gente que se aprovecha de la ignorancia científica en ciertos campos para esparcir sus creencias basadas en ideas políticas o en lo que sea.

¿Hay una regresión en estos temas? Da la sensación de que estamos volviendo a tener debates que ya estaban superados, como el terraplanismo.

Parece que sí. O el tema antivacunas. Cuando las vacunas salieron, la gente hacía cola para vacunarse y tenía muy claro que estaban funcionando porque veían un efecto directo en la sociedad. Veían cómo se pasaba de un mundo en el que la gente moría de polio o de enfermedades prevenibles a, de repente, tener esa herramienta mágica, como las vacunas, que permitía prevenirlas. Ahora, por suerte y gracias a las vacunas, ya no tenemos estos problemas y como parece que no existen, hay gente que asume que no sirven para nada, cuando es al contrario: precisamente porque sirven están evitando que estos problemas ocurran. Parece una regresión, damos por hechas muchas cosas.

¿Tiene solución esto? Porque parece que a veces con dar los datos o que un experto explique algo no es suficiente, la información no acaba de llegar.

La solución es enseñar bien desde pequeños cómo funciona el método científico y por qué es una manera fiable de entender el mundo, de descubrir información sobre el mundo y por qué el consenso científico de toda la comunidad científica sobre un tema en concreto tiene más valor que lo que diga una persona individual sobre un tema. Puede salir un doctor en particular que diga que las vacunas nunca las respetaría. Y es doctor, pero es una persona sola. La inmensa mayoría lo siguen recomendando. Si hay un consenso es precisamente porque se ha evaluado la evidencia en este caso y se ve que son seguras. Y esto es algo que a lo mejor no queda claro del todo durante nuestro paso por el colegio, el funcionamiento del método científico y por qué es fiable.

Le quería preguntar por la relación entre mujeres y ciencia en España.  ¿Realmente les falta vocación o les estamos vendiendo que no tienen que tener esa vocación?

Es un tema súpercomplejo que no he abordado. La única experiencia que tengo es haber estado la universidad y ver que en mi carrera de Ingeniería Mecánica éramos muchísimos más hombres que mujeres.

¿Pero hay muchas mujeres divulgadoras, por ejemplo?

No conozco la proporción exacta, la verdad. Hay, pero siguen siendo una minoría respecto a los hombres.

El libro trata de fenómenos –y alguna curiosidad– que suceden en la Tierra. ¿Hay fenómenos que suceden en el planeta que no hayamos conseguido descifrar aún?

En el libro hay un capítulo que va de la humedad y de por qué sentimos más frío o más calor. Y es curioso, porque en el caso del frío no se sabe exactamente por qué es. Por ejemplo, si coges a un grupo de gente y los metes desnudos en una cámara donde hay mucha humedad y otra con poca humedad y baja la temperatura, no notas más frío cuando están en un sitio húmedo que cuando estás en el sitio seco. Y es curioso, porque parece que un fenómeno tan cotidiano como sentir ese efecto no está claro por qué ocurre. Hay varias hipótesis: hay quien sugiere que las pequeñas gotas de agua que se forman en el aire cuando hay mucha humedad se ponen sobre la terminaciones nerviosas que te señalan el frío y, por tanto, da la sensación de que tienes más frío; hay quien dice que se mete dentro de la ropa y eso hace que al humedecerse te robe calor más rápido tu cuerpo. Es un fenómeno curioso y no se conoce al cien por cien. Aunque pistas hay, obviamente, no es algo que sea completamente desconocido.

¿Y el caso contrario? ¿Una creencia popular muy arraigada que sea errónea?

También hay un capítulo en el que hablo sobre si nos afecta la luna tanto como dicen, por qué existe la creencia de que la luna afecta al comportamiento humano, de que haya más accidentes, que la menstruación se sincroniza... cosas que están muy metidas en el inconsciente colectivo. Pero en cuanto coges los datos crudos ves que no existe esa relación. Somos seres humanos, tendemos a buscar patrones a nuestro alrededor y de ahí estos sesgos de observación, que en el fondo son inventados. En cierta manera son espejismos, fruto de nuestro sesgo de observar la realidad buscando patrones.

¿No es un poco contradictorio que en esta época, cuando más informados tendríamos que estar, haya tanta desinformación?

Internet es una herramienta que facilita mucho la información, pero también da acceso a la desinformación. Lo comentábamos antes: si la gente no tiene muy claro cómo funciona el método científico y cree que es fiable la opinión de una persona aleatoria, es más fácil que caigan en esta desinformación que va circulando por ahí. A veces es más fácil encontrar desinformación que la información fiable.

¿Cuál es la pregunta que más le ha gustado contestar del libro?

Me gusta mucho responder a la de si se puede hervir un huevo en el Everest, sobre todo por el proceso de resolver la pregunta. A muy grandes rasgos: la temperatura a la que hierve el agua varía según la altitud. A nivel del mar son 100 grados, en el Everest son 70 grados, y esto es porque tiene menos presión del aire, el agua tienen menos aire descansando por encima. En el libro explico por qué ocurre esto. Este capítulo me hizo gracia porque cuando estaba buscando información pensaba que tenía que haber alguien que haya hecho un paper súper detallado, explicando, haciendo experimentos. Y había un tipo que había estado intentando encontrar el huevo hervido perfecto y la masa y el diámetro y lo hervía a tiempos distintos. Una locura super detallada, pero seguía sin encontrar una respuesta exacta.

Al final acabé mandando emails a empresas que suben gente al Everest y una me dio una respuesta muy detallada en la que me decían que sí se puede hervir un huevo en el Everest, pero tardas como el doble de tiempo porque la temperatura de ebullición del agua es menor. Me comentaron un montón de cosas curiosas, como por ejemplo que pueden hacer té y café también, o que allí se llevan ollas a presión para poder cocinar mucho más rápido y aprovechar el tiempo. Este fenómeno, que es el que trato –el hecho de que el estado en el que se encuentra una sustancia (sólido, líquido) dependa de la temperatura, pero también de la presión– determina que el núcleo externo de nuestro planeta esté en estado líquido. Y como el núcleo externo metálico está líquido, eso permite que el planeta tenga un campo magnético que nos protege de la radiación del sol y viento solar, mejor dicho, y eso permite que la tierra haya vida. Entonces me gustó mucho lo redondo que quedaba este capítulo.

Vamos a hablar un poco del universo, otro de los campos que domina. Sin irnos a imposibles como averiguar si hay vida extraterrestre, ¿cuál es el mayor reto astronómico que tenemos?

No sé a nivel ranking global de retos, pero diría que obtener información de lo que ocurrió antes o durante el Big Bang sería uno de ellos o poder descubrir si el universo es finito o infinito. Por ejemplo, ahora las últimas mediciones que se han hecho del universo, si no me equivoco, indican que como mínimo es 500 veces más grande de lo que podemos observar. Pero no sabemos si es finito o infinito. Tenemos información desde el principio, justo después de que empezara el Big Bang. Bueno, tenemos información observacional desde 300.000 años después del Big Bang y luego, a través de las bases de la física podemos remontarnos hasta el instante justo después del Big Bang, pero no sabemos qué ocurrió en el momento justo, qué era lo que produjo el Big Bang. Sabemos por las singularidades que el universo está condensado en un espacio pequeño, pero no se sabe cuáles son las propiedades del universo en ese instante. Estas son las dos grandes incógnitas en astrofísica o física que me vienen a la cabeza.

Termino con una duda casi personal que siempre he tenido. Leí en algún sitio, no recuerdo dónde, que hay más planetas en el universo que granos de arena en las playas de todo el mundo. ¿Es plausible?

Esa cifra la ha escuchado, no sé si la dio Carl Sagan. Esto tampoco es muy loco. Tenemos la Vía Láctea que tiene entre 100.000 y 200.000 millones de estrellas. Creo que los últimos datos dicen que hay un planeta por cada estrella, más o menos. Y hay cientos de miles de millones de galaxias. No sé cuál es el orden de magnitud de granos de arena en el mundo, pero puede ser que ande por ahí.

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