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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Defensa paraliza el protocolo contra el acoso sexual en el Ejército que prometió tras el caso Zaida Cantera

Morenés dice que hay tolerancia cero con el acoso sexual y UPyD pide su dimisión

Laura Galaup

“Si mi superior me viola, tengo que presentar una queja contra mi superior a través de mi superior”, explicó Zaida Cantera en el programa de televisión Salvados. Sus declaraciones contando las vejaciones a las que fue sometida por parte de sus superiores causaron un gran revuelo mediático. Irene Lozano, que fue la diputada de UPyD que había llevado previamente su caso al Congreso de los Diputados, instó al Gobierno a tomar medidas para que el caso de Cantera no se volviese a repetir.

En un principio el ministro de Defensa se mostró reticente, negando la existencia de casos de acoso en las Fuerzas Armadas cuando compareció en el Congreso, en marzo de este año. Días más tarde tuvo que rectificar y anunció la elaboración de un protocolo que pretendía evitar abusos de autoridad y vejaciones sexuales.

A finales de abril el Congreso aprobó una proposición no de ley en la que, sin establecer plazos, se solicitaba al Gobierno la elaboración de este documento. Fue a petición del propio Partido Popular, que solicitó al Ministerio de Defensa que elaborara estas medidas, una actuación que fue calificada de oportunista por los partidos de la oposición.

Sin embargo, han pasado más de seis meses desde que Morenés hizo este anuncio y el protocolo continúa siendo un borrador que todavía no se ha implementado en las unidades militares, según informan las asociaciones de profesionales del Ejército. Por lo tanto, los métodos denunciandos por Cantera continúan vigentes. “Es necesario que se apruebe lo antes posible porque siguen saliendo casos de acoso y hay que conseguir evitarlos”, apunta Mariano Casado, portavoz de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME).

Fuentes de Defensa aseguran a eldiario.es que el protocolo se aprobará en un Consejo de Ministros antes de que acabe la legislatura aunque no determinan fecha concreta. Añaden que “el programa de (Jordi) Évole -centrado en el caso Cantera- no ha tenido nada que ver con la elaboración de estas medidas” ya que, según afirman, la confección de este documento es un “empeño personal de Morenés”.

Estas mismas fuentes no aclaran qué partida presupuestaria se va a destinar para implementar las medidas que recoge este borrador: “Hasta que no se apruebe no podemos decir cuánto se va a destinar”. “Tememos que el anuncio de este protocolo haya sido una campaña de lavado de cara para beneficiar la imagen del ministro”, añaden varios portavoces de las organizaciones militares al ver cómo se demora su entrada en vigor. Por su parte, en el departamento de Morenés consideran que “seis meses es un tiempo brevísimo para que la Administración apruebe un procedimiento”.

“No se garantiza la confidencialidad al denunciar”

Una de las primeras medidas filtradas a la prensa fue la creación de una vía alternativa para denunciar por vejaciones al superior directo, así el departamento de Morenés se comprometía a que las militares acosadas ya no tendrían que recurrir, como denunció Cantera, al infractor de los hechos para iniciar una queja interna.

En el borrador de este documento presentado a partidos políticos y asociaciones, al que ha tenido acceso eldiario.es, se plantea que si el presunto acosador es el oficial directo se podrá informar al superior del infractor. Además, la queja será remitida directamente a la “cúpula del Ejército”, al Jefe de Estado Mayor de la Defensa, la Subsecretaría de Defensa o jefes de Estado Mayor de los Ejércitos.

Esta medida no fue bien acogida ni por Lozano, ni por Cantera, así como tampoco por las organizaciones. La asociación de militares de Tropa y Marinería (AMTM) que representa al destacamento donde hay mayor presencia femenina -el 16,9% son mujeres, cuando la media en el Ejército es de 12,4%- argumenta que si la queja se tiene que presentar ante la cadena de mando, se pierde la confianza y confidencialidad.

“Si una mujer tiene que denunciar a su superior ante otro oficial que toma café todos los días con la persona que le ha acosado, ¿cómo esperan que ella confíe en el amigo del infractor? Temen las represalias”, apunta un portavoz de ATMT. Por su parte, la exdiputada de UPyD defendió que las denuncias se tendrían que presentar ante un organismo independiente, “cuyos miembros no estén sujetos a la estructura jerárquica de las Fuerzas Armadas”.

El acoso sexual se incluye en el Código Penal Militar

Por ahora estas críticas no han servido para que Defensa altere esta medida. Este mes representantes del Ministerio se reunieron en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas con portavoces de las asociaciones para discutir las propuestas del borrador sin que les hayan confirmado esa modificación.

Según este documento, el Ministerio aboga por promover una educación con visión de género para las futuras generaciones de militares, así como la sensibilización en materia de acoso para los que actualmente están en activo. Además, apuestan por la creación de unidades de protección frente al acoso para atender y asesorar a las víctimas. Sin explicar qué partida presupuestaria se va a destinar para desarrollar estas medidas.

El caso que Lozano llevó al Congreso ha dejado huella este mes en el BOE, el pasado miércoles se publicaba el nuevo Código Penal Militar, por primera vez se incluye el acoso sexual y laboral como delito en las Fuerzas Armadas. Hasta ahora este tipo de vejaciones se juzgaban como abuso de autoridad con trato degradante.

“Esta inclusión no soluciona el problema que quedó al descubierto con el caso de la comandante Cantera. En época de paz estas situaciones tienen que ser juzgadas por los tribunales ordinarios”, criticó la exdiputada de UPyD. Su antiguo grupo parlamentario y las asociaciones militares han pedido en reiteradas ocasiones la supresión de los tribunales castrenses, consideran que hay numerosos casos que demuestran que sus sentencias no son imparciales.

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