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España no endurecerá las restricciones para Semana Santa a pesar del repunte de casos

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, flanqueada por el minsitro del Interior, Fernando Grande Marlaska y el de Política Territorial, Miquel Iceta.

Raúl Rejón

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España no añade restricciones extra para Semana Santa al plan de medidas comunes acordado hace dos semanas por Sanidad y las comunidades autónomas. En un contexto de incremento de contagios y, a pesar de los sondeos previos al Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles sobre limitar el horario comercial a las 20.00 del 26 de marzo al 9 de abril, esta propuesta no ha aparecido en la reunión.

El temor a que llegue aceleradamente una cuarta ola de la panemia de COVID-19 ha provocado que el Ministerio de Sanidad haya explorado la posibilidad de añadir alguna nueva restricción para los días de Semana Santa. La incidencia acumulada a 14 días, que marca la intensidad de los contagios entre la población, lleva tres días consecutivos en ascenso y se situó este miércoles por encima de los 130 casos por 100.000 habitantes. Además, la variante británica del virus, que se ha demostrado más contagiosa, ha ganado terreno y es la predominante en varias comunidades autónomas.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha admitido que “observamos un posible cambio de tendencia. Tenemos que revertir esta tendencia”. Sin embargo, de este Consejo no ha salido una actualización de posibles medidas adicionales. Darias ha afirmado que las acciones coordinadas que se acordaron el 10 de marzo se adoptaron “hace dos semanas, cuando estábamos descendiendo en la incidencia”. A pesar de que las ha calificado de “claras y contundentes”, se ha referido a ellas, de nuevo, como “de mínimos. Un marco común de obligado cumplimiento”. Y ha insistido en que “cada comunidad puede establecer medidas más restrictivas en función de su situación epidemiológica”. La posible inversión de la marcha, de descenso a repunte, al que se ha referido Darias no ha servido para añadir alguna acción común para abordar el repunte de contagios. La ministra ha argumentado que “ya hay comunidades que han tomado medida más restrictiva” que las previstas en el plan común de Semana Santa.

Las horas previas al Consejo han servido para que varios dirigentes regionales del PP avisaran de que no estaban por la labor de restringir las horas de apertura de comercios, bares o restaurantes. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha mostrado muy contraria a ampliar cualquier tipo de restricción. Ayuso dice que así se fomentan “las fiestas ilegales” y “sube el virus”. El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, también calentó el ambiente horas antes del Consejo al criticar un posible un cierre más temprano de los negocios: “No es necesario ahora mismo esa reducción de horarios en el ámbito de la hostelería, la restauración o la actividad no esencial”. Moreno Bonilla ha ofrecido como argumento que la incidencia “es muchísimo menor” a la registrada durante “el pico de la tercera ola”. Otro presidente autonómico del PP, Fernando Mañueco, de Castilla y León, añadió poco antes del encuentro entre Ministerio y comunidades que “no se puede ir improvisando. Había un plan que parece que ahora hay que cambiar. Queremos criterios comunes que las comunidades autónomas vayamos adaptando a nuestras circunstancias”.

Lo que de antemano no se podía retocar era el toque de queda nocturno. El decreto de Estado de Alarma establece el intervalo horario durante el que puede activarse esta restricción de movimiento: el toque es posible a partir de las 22.00 horas. Modificar ese horario requeriría cambiar el decreto de Estado de Alarma como quedó patente con el intento del Gobierno de Castilla y León de establecerlo a las 20.00 en enero pasado y que fue suspendido un mes después por el Tribunal Supremo.

El consenso “de mínimos”

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron el pasado 10 de marzo un paquete común de medidas para intentar evitar un repunte explosivo de la pandemia tanto en el puente festivo de San José y como durante la Semana Santa. “Un acuerdo de mínimos”, según ha insistido estos días repetidamente la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

En ese foro se pactó que el toque de queda nocturno común fuera a las 23.00 horas y que los grupos de reunión tuvieran un tope de seis personas en espacios públicos abiertos y cuatro en locales a cubierto. También se limitó a los convivientes las reuniones en espacios privados cerrados, es decir, en domicilios.

Además, en ese Consejo Interterritorial se estableció el cierre perimetral de las comunidades autónomas, excepto las Islas Canarias y Baleares, para evitar desplazamientos. La medida ha teminado por generar una polémica generalizada al sí estar permitida la entrada de turistas de la Unión Europea. El Ejecutivo ha argumentado que el movimiento de personas en la UE sigue permitido y que los que llegan a España están sujetos a las mismas restricciones que los residentes. Este mismo miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido que responder a preguntas sobre este asunto en la sesión de control parlamentaria. Sánchez ha repetido que solo deben viajar personas con motivos justificados, a pesar de que se han hecho evidentes las visitas turísticas de ciudadanos, por ejemplo, franceses a Madrid y los hoteles en Baleares se han preparado para la llegada de turistas, eminentemente alemanas, para los próximos días.

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