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De artesano zapatero a disecar cientos de tigres, leones o rinocerontes en un taller de Alicante

Ejemplares incautados en la operación.

Raúl Rejón

España es un nodo clave en el tráfico ilegal de especies animales. La ubicación geográfica y su peso comercial hacen que, no solo sea punto de destino sino escala crucial entre países exportadores y compradores. Un negocio cuyo mercado negro Naciones Unidas y la Interpol calculan que supera los 85.000 millones de euros anuales.

Solo en 2018 se realizaron más de 60 operaciones policiales contra este tráfico en España. El rango va desde el tráfico de reptiles, aves protegidas o tortugas. También las angulas de los ríos españoles son objeto del deseo: se incautaron varias toneladas con un valor comercial de 35 millones de euros destinadas al mercado asiático que las devora. Y, en un paso más allá, la Guardia Civil desmontó una línea de comercio de animales exóticos disecados ilegalmente con epicentro en Alicante. La operación taxideralia.

La investigación del Seprona, enmarcada en el Plan de Acción de Lucha contra el Tráfico de Especies Silvestres (Tifies) que encabeza el Ministerio para la Transición Ecológica halló unos 200 ejemplares “naturalizados” irregularmente: tigres, leones, rinocerontes, osos, leopardos de las nieves, rinocerontes, patas de elefante... salían de talleres ilegales de taxidermia y se vendían por internet.

Los anuncios en la red llevaron hasta el almacén de una empresa de construcción repleta de trofeos. ¿De dónde venía la mercancía? Los agentes han explicado que las pesquisas guiaron hasta un taxidermista que trabajaba sin regulación en Mutxamiel (Alicante). Un antiguo zapatero, han explicado los investigadores. El volumen de los embalsamamientos no era tan discreto como los anuncios de venta. En su almacén se encontraron más de 140 ejemplares de especies con protección legal por su delicado estado de conservación. “Habían sido cazadas en África y trasladadas a España”, detalla la Guardia Civil. También había ejemplares de caza autóctonos de España.

El Plan Tifies es un intento de taponar la puerta de entrada que España supone para este tráfico. Se trata de un negocio muy lucrativo. El taxidermista pirata podía llegar a vender, por ejemplo, un leopardo por 8.000 euros. Más costoso que contratar un safari legal para abatir uno de estos animales en África.

“No necesitamos marfil, no es de primera necesidad”

“Europa ha podido actuar como lavadora de productos ilegales como el marfil”, explica el jefe del Área de Conservación de Especies del Ministerio, Luis Mariano González. La ley permite comercializar marfil que ya estuviera en circulación antes de 1947. Luis Mariano González relata que “la cantidad de marfil de compraventa se ha hecho tan grande que dentro del legal se camufla el ilegal: llega a Europa y aquí recibía el certificado de que era anterior a 1947.”. La idea es que la Unión Europea, directamente, proscriba el comercial de cualquier marfil. “No necesitamos marfil, no es un producto de primera necesidad y así se cierran estos agujeros legislativos que los traficantes aprovechan”, remata el funcionario.

El tráfico ilegal de especies ofrece grandes incentivos. La demanda de productos con supuestos efectos medicinales, destinados a la gastronomía, exhibiciones, como mascotas o como trofeo ha creado este mercado negro de alta rentabilidad: un kilo de cuerno de rinocerontes oscila entre los 45.000 y los 90.000 euros. Uno de cocaína ronda los 35.000, según han expuesto los agentes del Seprona. “Traficar con cocaína conlleva duras penas de cárcel. Hacerlo con animales puede quedarse en una simple multa”, han concluido.

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