Más de 3.500 millones de aves cruzan EE. UU. en primavera y hasta los satélites lo están notando

Más de 3.500 millones de aves cruzan EE. UU. en primavera y hasta los satélites lo están notando

Héctor Farrés

28 de mayo de 2025 13:36 h

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Una columna verde empezó a expandirse en la pantalla del radar, primero suave, después más intensa. Parecía un error de lectura, como si el sistema hubiese interpretado mal una nube o el reflejo de una antena. Pero los puntos se multiplicaron, se movían en una misma dirección y ocupaban cada vez más espacio.

Desde los centros de control nadie buscaba lluvia, ni tormentas. Lo que apareció era otra cosa. Cuando se compararon las imágenes con datos en tiempo real, quedó claro que se trataba de miles de aves atravesando el cielo del noreste estadounidense, en plena migración nocturna.

Lo que parecía una interferencia en el radar era en realidad una migración masiva 

El paso de aves por el continente americano alcanza su punto máximo en primavera, especialmente entre abril y mayo, cuando se estima que cruzan Estados Unidos más de 3.500 millones de ejemplares en busca de alimento y zonas de cría más cálidas. El volumen de este movimiento es tal que, en determinadas noches, puede detectarse con tecnología pensada para observar fenómenos meteorológicos.

Entre las 20:10 del lunes y las 5:30 del martes 13 de mayo, más de 1,4 millones de aves sobrevolaron el condado de Albany, en el estado de Nueva York. La magnitud del movimiento fue tal que los radares meteorológicos registraron el fenómeno como si fuera una masa de precipitación.

En una publicación en redes sociales, Steve Caporizzo, meteorólogo principal de News10 Albany, explicó que estas aves suelen iniciar su vuelo poco después de la puesta de sol y que alcanzan alturas medias de unos 1.400 pies. Las imágenes que compartió mostraban manchas verdes brillantes que se expandían en el radar a partir de las 21:00.

Aunque parezcan anomalías técnicas, estos reflejos no solo son precisos: son una de las formas más eficaces de observar en masa el comportamiento migratorio de las aves.

El equipo de BirdCast, una plataforma que rastrea estas migraciones mediante tecnología radar, confirmó que durante esa noche atravesaron la región especies como la oropéndola de Baltimore, la reinita rojiza, la tangara escarlata y el atrapamoscas crestado.

Migrar de noche tiene ventajas, pero también las expone a nuevas amenazas

Gracias a los patrones que dejan en el radar, los expertos pueden distinguir tanto el volumen como el tipo de aves que pasan por una zona determinada. Esta información resulta fundamental para prevenir riesgos, ya que la migración conlleva varios peligros asociados.

Cada año, miles de millones de aves se desplazan en busca de alimento y zonas de cría más cálidas. La mayoría lo hace por la noche, cuando el aire es más estable y hay menos depredadores. Sin embargo, el vuelo nocturno también las expone a otras amenazas.

Una de las más preocupantes es la contaminación lumínica. Las luces artificiales alteran su orientación y provocan colisiones contra edificios o estructuras humanas. Se calcula que más de mil millones de aves mueren al año en Norteamérica por este motivo, sobre todo en zonas urbanas durante los periodos de mayor migración.

Detectar los picos migratorios en una región concreta ayuda a planificar medidas de conservación

El radar se ha convertido en una herramienta fundamental para detectar estos movimientos y establecer medidas preventivas. Durante la Segunda Guerra Mundial, los operadores británicos comenzaron a observar reflejos extraños que no coincidían con las condiciones atmosféricas.

No fue hasta 1958 cuando un estudiante de secundaria en Estados Unidos identificó el origen de esas señales: eran bandadas de aves. Desde entonces, los científicos han perfeccionado esta técnica hasta convertirla en una fuente fiable para el estudio de los desplazamientos masivos.

Saber cuándo pasan no solo importa a los científicos, también ayuda a protegerlas

Andrew Farnsworth, investigador del Centro de Estudios de la Población de Aves del Laboratorio de Ornitología de Cornell, destacó la utilidad de esta tecnología para tomar decisiones estratégicas durante los momentos críticos del año. En su análisis sobre la importancia de conocer estos periodos concretos, explicó que “puede informar a la gente de qué días es especialmente importante participar en el apagado de luces para reducir el riesgo de colisión y otros peligros provocados por la contaminación lumínica para las aves migratorias”.

Más allá del interés científico, la observación de este fenómeno también tiene un valor práctico. Identificar el pico de migración en una región concreta permite anticiparse a los impactos que puede tener sobre infraestructuras, tráfico aéreo o conservación del entorno.

Lo que empieza como una mancha luminosa en una pantalla puede transformarse en una alerta útil para proteger a millones de aves en su trayecto. En ocasiones, verlas cruzar el radar no solo es impresionante; también es una señal de que hay que actuar.

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