Este antiguo palacio murciano, una de las joyas del patrimonio andalusí, volverá a ser restaurado para mejorar el uso ciudadano
El Castillejo de Monteagudo, un antiguo palacio de recreo árabe, está situado a unos cinco kilómetros al noreste de la ciudad de Murcia, muy cercano a su pedanía de Monteagudo. Fortificación construida sobre una pequeña elevación, desde donde se controla buena parte de la planicie circundante y los fértiles campos de la vega del Segura, este antiguo palacio es considerado por expertos en la materia como una de las joyas del patrimonio andalusí. Forma parte del vasto complejo monumental conocido como ‘Las fortalezas del Rey Lobo’. Y, tras una gran restauración llevada a cabo anteriormente, las ruinas de este palacio-castillo fortificado, catalogadas legalmente como Bien de Interés Cultural, van a volver a ser restauradas.
De origen islámico, la construcción murciana ha sido identificado tradicionalmente como la residencia de verano de Ibn Mardanis, una figura histórica conocida en las crónicas cristianas como el “Rey Lobo”. Tras la caída de los almorávides, Ibn Mardanis se hizo con el poder en 1147, consolidando una importante taifa y estableciendo a Murcia como su capital durante casi un cuarto de siglo en el siglo XII. Durante el emirato de Ibn Mardanis, que abarcó el tercer cuarto del siglo XII, Murcia llegó a ser la capital del Xarq al-Ándalus, un estado independiente que acuñaba su propia moneda de oro, considerada una de las más apreciadas en Europa.
El conocido como Rey Lobo en las crónicas cristianas transformó a Murcia en una de las ciudades más importantes del Occidente musulmán, dotándola de una gran cantidad de palacios y fortificaciones, entre las que destaca el complejo monumental de Monteagudo. Precisamente, en la falda del castillejo, el Rey Lobo mandó edificar su almunia o finca palatina de recreo de la élite, concebida como un palacio fortificado de retiro. Los arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han estado trabajando en este emplazamiento, apoyados por el Ayuntamiento de Murcia y la Comunidad Autónoma, abarcando las excavaciones un área de 5.000 metros cuadrados.
Los hallazgos recientes han descubierto a los pies del Castillejo de Monteagudo un palacio real del siglo XII. Este conjunto monumental se asocia a una gran alberca palatina de 14 x 14 metros y a un gran jardín de crucero. La configuración e implantación en el paisaje de este conjunto es de una gran singularidad, cuyo único precedente en el Occidente musulmán lo encontramos en la ciudad áulica de Medina Azahara de Córdoba, que data del siglo X. De ahí que los investigadores señalan que este sería un edificio único, dado su carácter intermedio en la evolución de la arquitectura hispanomusulmana, entre la califal-taifa y la nazarí.
La extensa finca de recreo del palacio disponía de numerosas huertas, acequias, pabellones, albercas y jardines. Gracias a las fuentes árabes se sabe que el palacio formó parte de una amplia finca de recreo que contaba con un gran estanque o laguna artificial, que se alimentaba de aportes irregulares. Los resultados de la investigación también han revelado la existencia de un tramo de acueducto de 32 metros de longitud compuesto por nueve arcos, así como diferentes estructuras que parecen pertenecer al frente norte de la laguna artificial que, con unas dimensiones de 160 x 220 metros, es un tercio más grande de lo estimado inicialmente, equiparándose a la gran alberca del Agdal de Marrakech y siendo, por lo tanto, la primera laguna árabe de todo el Mediterráneo.
A pesar de la relevancia arqueológica, cultural, patrimonial y turística del sitio, el Castillejo y la Alberca de Larache, conocida como “el Hondón”, eran la única parte del complejo de Monteagudo que permanecía en propiedad privada. La expropiación de El Castillejo, con una superficie de 34.532 metros cuadrados y un presupuesto de adquisición de 1.311.293 euros, fue un paso fundamental en el proyecto de recuperación. Esta obtención culmina la adquisición pública de todas las fortalezas del complejo de Monteagudo, una medida urgente dado que el sitio se encontraba en un estado de conservación muy deficiente, a la intemperie, plagado de maleza y roedores, lo que motivó su inclusión en la Lista Roja del Patrimonio en 2021.
La culminación de la adquisición de la propiedad permitirá la puesta en valor del conjunto existente, materializando uno de los grandes proyectos previstos: el de Murcia Islámica, en el que Monteagudo constituye un eje fundamental. En este contexto, el proyecto de restauración y conservación del recinto superior del palacio de Ibn Mardanís ha logrado una gran concesión por parte del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Y es que esta entidad ministerial asumirá la mitad del coste de los trabajos, lo que se traduce en 1,1 millones de euros de los 2,2 millones presupuestados para la actuación.
Limpieza e iluminación
Las obras anunciadas, que corresponden a la segunda y la tercera fase de la recuperación del palacio andalusí, se enfocarán en el recinto superior, especialmente en el patio de crucero, considerado el corazón del edificio, y en las murallas perimetrales. Los trabajos previos incluirán la limpieza arqueológica de vegetación y residuos, y la limpieza manual de torres y muros para eliminar morteros añadidos y revestimientos de cemento. Seguidamente, se consolidarán las superficies con agua de cal añeja y se rellenarán huecos para reforzar la estabilidad de las estructuras. En la restauración arquitectónica, se llevará a cabo la reintegración volumétrica de torres y paramentos, utilizando tapial de cal y los materiales originales recuperados hasta alcanzar los niveles de seguridad necesarios. El proyecto busca que el patio de crucero recupere su configuración histórica y se reforzarán las torres, aplicando tratamientos protectores y fitosanitarios. Además de la restauración del edificio, se creará un nuevo acceso para visitantes al recinto superior y un itinerario perimetral, incluyendo una variante en el camino de ascenso para evitar la pendiente más pronunciada.
Un componente destacado de la revalorización es la implementación de un sistema de iluminación monumental que busca convertir el Palacio de Ibn Mardanís en un icono visible en el ‘skyline’ nocturno de Murcia. Para ello, se instalarán más de 900 luminarias LED de bajo consumo, con un control digital que permitirá regular la intensidad y el color. La iluminación combinará cerca de 80 focos de doble intensidad en fachadas y torres, junto con 136 metros lineales de luz LED empotrada en el patio de crucero, además de otras 500 en el interior del palacio para garantizar una iluminación uniforme y segura. Esta apuesta por una iluminación más sostenible recuerda a la llevada a cabo en otra joya del patrimonio murciano, en este caso el castillo de Caravaca de la Cruz.
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