Las espadas de Fan Shisan no solo cortan: ahora también vuelan en formación perfecta por control gestual y no es IA
El magnetismo extremo ha sido un poder recurrente en la ficción, capaz de hacer que los metales obedezcan la voluntad de quien los domina. En los cómics de Marvel, Magneto eleva cuchillas y fragmentos de acero lanzándolos con fuerza devastadora. Su habilidad se representa como una extensión mental del cuerpo, un gesto apenas visible que transforma el entorno en arma.
Ese control absoluto sobre el metal, aunque imposible según las leyes físicas conocidas, ha inspirado durante décadas a inventores y aficionados. La idea de que una persona pudiera mover objetos afilados solo con movimientos de las manos generó una fascinación que trascendió el cómic y despertó intentos de reproducirlo mediante la tecnología.
Drones con forma de espada que responden a cada movimiento
Fan Shisan, creador de contenidos de la provincia china de Sichuan, materializó esa aspiración al diseñar espadas que vuelan y responden a sus gestos. El influencer, conocido por su fusión de artes marciales tradicionales y tecnología, alcanzó notoriedad al combinar el espectáculo visual de la espada china con la ingeniería de los drones. Su objetivo, inspirado en la literatura wuxia y en la ciencia ficción, fue demostrar que la coordinación humana podía dirigir máquinas con la misma elegancia con la que un maestro esgrime su arma.
El proyecto que precedió a sus espadas voladoras fue el desarrollo de una tabla propulsada por hélices en forma de espada gigante. Fan explicó al diario People’s Daily que necesitó dos meses y la ayuda de un equipo de cuatro personas para construirla. El primer prototipo resultó insuficiente, ya que con veinte ventiladores no alcanzaba la fuerza necesaria. “Añadimos cuatro más, lo que nos dio la potencia que necesitábamos, y así la espada voladora se hizo realidad”, afirmó el creador al medio chino.
Tras ese logro, Fan presentó un nuevo vídeo donde un conjunto de espadas-dron se elevaba a su alrededor. En las imágenes se aprecia cómo extiende los brazos para guiarlas con movimientos amplios, mientras los aparatos responden al instante. Cada unidad posee cuatro hélices situadas en la punta, la empuñadura y los extremos de la guarda, de modo que su estructura imita la forma de una espada tradicional. El resultado se asemeja a un vuelo sincronizado de armas que realizan una coreografía.
Fan Shisan cuenta además con dos títulos del Guinness World Records por su destreza marcial. Uno corresponde al tiempo más rápido en cortar cinco hojas de papel A4 en el aire con una espada de un solo filo, marca que consiguió en 7,46 segundos. El otro acredita el corte más veloz de diez sandías utilizando la misma técnica. Ambos récords consolidaron su reputación como espadachín y reforzaron la credibilidad de sus experimentos tecnológicos.
La ambición de formar una bandada sincronizada de espadas voladoras
El funcionamiento de sus espadas-dron se basa en un sistema de control por movimiento. Los sensores ubicados en sus manos permiten alterar la trayectoria de los drones, que se desplazan según la inclinación o el impulso de sus gestos. Este mecanismo genera una ilusión de dominio telequinético, como si la energía del cuerpo guiara directamente las armas. Fan ha explicado que la precisión depende tanto de la sensibilidad del sensor como de la práctica del usuario, un aspecto que relaciona la habilidad técnica con la disciplina del kung fu.
Su siguiente meta es formar una bandada que actúe “como una sola espada” y que, según ha señalado en sus redes, podría alcanzar las 10.000 unidades. Aspira a coordinar el vuelo de grandes grupos mediante comandos de voz y algoritmos de sincronización colectiva. Si lo logra, su experimento dejará de ser solo algo viral para convertirse en una demostración de ingeniería aplicada a la cultura popular, donde la imaginación de los cómics y la tradición marcial china se funden.
0