¿Conoces a la pintarroja? El tiburón que vuelve a nadar en la costa de Barcelona gracias a una asociación
El pasado sábado, las aguas de la provincia de Barcelona recibieron a diez nuevos habitantes marinos: diez pequeños tiburones devueltos a su hábitat natural gracias a la labor de la asociación Catsharks. Nada que ver con la imagen aterradora del gran tiburón blanco de las películas. Estos ejemplares son pintarrojas, una especie de escualo que no supera los 50 centímetros de longitud.
Los huevos de estos tiburones, también conocidos como cápsulas, habían sido capturados accidentalmente por pescadores locales. Lejos de desentenderse, fueron ellos mismos quienes los recuperaron y los entregaron al Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC). Allí, durante cinco meses, los huevos permanecieron en la zona de acuarios hasta eclosionar, permitiendo que los pequeños tiburones nacieran y, ahora, volvieran al mar con apenas 12 centímetros de tamaño.
Las ‘influencers’ del océano
Todas las cápsulas recuperadas hasta la fecha pertenecen a pintarrojas. Los científicos las llaman las “influencers de los tiburones” por su carisma, accesibilidad y valor educativo. Claudio, uno de los investigadores implicados en el proyecto, explica que estos animales tienen un comportamiento tranquilo y llamativo que ayuda a romper el estereotipo de los tiburones de aspecto feroz.
El proyecto Reggscat
La asociación Catsharks, la mayor en España dedicada al estudio y conservación de tiburones, rayas y ecosistemas marinos, lleva años impulsando iniciativas de protección. Entre ellas destaca el proyecto Reggscat de RESMED, que busca establecer protocolos para identificar y recuperar los huevos de tiburones y rayas capturados de manera accidental. Según dicen los investigadores, el proyecto también les ha servido para conocer cómo se aclimatan estos tiburones a los acuarios para poder replicar el proceso con especies amenazadas, como por ejemplo el alitán. Una labor en la que colaboran el Ajuntament de Barcelona, la Diputació de Tarragona y la Cofradía de Pescadores de Barcelona.
Pintarrojas: nada que temer
El regreso de estos pequeños tiburones al mar supone una noticia positiva para la biodiversidad del Mediterráneo. Al contrario de lo que sugieren los tópicos cinematográficos, no hay nada que temer: las pintarrojas son inofensivas para el ser humano. Su dieta no incluye personas y su máximo tamaño apenas alcanza los 50 centímetros, muy lejos de los gigantes marinos que pueblan el imaginario colectivo.
El miedo que aún despierta la palabra “tiburón” tiene mucho que ver con el legado de las películas de terror, que han dejado una huella profunda en la percepción social. Sin embargo, casos como el de estas pintarrojas ayudan a cambiar esa imagen y a reconocer el papel fundamental de estos animales en los ecosistemas marinos.
Un ejemplo de colaboración
Gracias a proyectos como este, la colaboración entre pescadores, científicos e instituciones demuestra que es posible revertir los daños causados accidentalmente y devolver la vida al mar. Los diez pequeños tiburones liberados en Barcelona son una muestra de esperanza y un recordatorio de que la conservación empieza con pequeños gestos.
El Mediterráneo gana diez nuevos guardianes discretos, apenas visibles entre sus fondos marinos, pero cargados de simbolismo. Estos pequeños escualos son embajadores de una causa mayor: reconciliarnos con el mar y con unos animales que merecen respeto y protección, más allá de los estereotipos que les persiguen.
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