Un hallazgo fortuito revela una posible “estampida” de tortugas marinas en el Cretácico del Monte Conero
Lo que comenzó como una jornada de escalada terminó convirtiéndose en uno de los hallazgos icnológicos más singulares del Mediterráneo. En 2019, un grupo de escaladores que exploraba las laderas más abruptas del Monte Conero, en la costa adriática italiana, observó una superficie calcárea repleta de marcas arqueadas y depresiones circulares.
Aquella losa, situada en un punto de difícil acceso, conservaba cientos de impresiones que más tarde serían analizadas por un equipo científico. La investigación, publicada en Cretaceous Research, concluye que se trata de huellas dejadas por tortugas marinas del Cretácico en un episodio de movimiento colectivo que coincidió con un contexto de fuerte actividad sísmica.
El análisis sedimentológico, apoyado en muestras, microfacies y registros fotográficos, indica que las huellas se imprimieron sobre un fondo marino blando situado a cientos de metros de profundidad. La preservación excepcional se explica porque, inmediatamente después de la formación de las marcas, una corriente turbidítica (relacionada con un episodio sísmico) cubrió el sedimento y selló las impresiones antes de que las corrientes o la bioturbación las destruyeran.
Cientos de huellas en una sola superficie
En una de las losas principales, de unos 200 metros cuadrados, los investigadores estiman la presencia de cerca de un millar de huellas, una densidad inusual que sugiere el paso de un grupo numeroso de animales. Las marcas, curvas y en ocasiones dobles, avanzan de forma preferente hacia el suroeste, lo que indica un desplazamiento sincronizado en una misma dirección. La morfología coincide con el tipo de señal que dejan tortugas marinas actuales cuando nadan muy cerca del fondo y rozan el sedimento con las aletas anteriores o la cola. El estudio no interpreta la presencia de un solo individuo, sino de un conjunto movilizado de manera simultánea.
La región del Monte Conero formaba parte en el Cretácico de la cuenca Umbría-Marche, un entorno marino profundo afectado por la reactivación de fallas más antiguas. Esta dinámica generaba episodios frecuentes de inestabilidad del fondo, incluyendo deslizamientos, deformaciones en sedimentos no consolidados y corrientes de turbidez. El estrato con huellas se enmarca en este contexto y constituye un testimonio directo de un terremoto capaz de generar un pulso sedimentario que favoreció la conservación del conjunto icnológico. Aunque la sincronía y la orientación de las huellas sugieren un movimiento grupal, el estudio no establece de forma explícita que el sismo fuera el causante del desplazamiento de los animales.
La investigación integra técnicas de fotogrametría con dron, análisis petrográfico, micropaleontología de foraminíferos y magnetoestratigrafía. Esta combinación permite reconstruir el paisaje submarino del momento: un fondo pelágico donde se alternaban fases de sedimentación lenta con aportes repentinos de materiales finos. A lo largo de la sección aflorante en la playa de La Vela se suceden calcilutitas pelágicas y niveles turbidíticos que registran pulsos de actividad sísmica durante el Campaniense.
Una ventana inusual a la biología de las tortugas cretácicas
Las huellas aportan información poco habitual sobre vertebrados marinos del Cretácico, cuya locomoción rara vez queda registrada en ambientes profundos. Los autores plantean que estos animales pudieron desplazarse desde áreas más someras hacia zonas algo más profundas, aunque el estudio no atribuye funciones ecológicas concretas a estos trayectos. La coincidencia entre el movimiento del grupo y la llegada inmediata del turbidito permitió que el conjunto quedara fosilizado de forma excepcional.
Aunque el estudio reconstruye el episodio con detalle, los investigadores reconocen que quedan cuestiones abiertas. No existen muchos registros comparables en otros lugares y no está claro si estos movimientos colectivos eran frecuentes o excepcionales. La peculiar coincidencia entre actividad sísmica, desplazamiento grupal y una cobertura rápida de sedimentos convierte el yacimiento en un caso singular dentro de la icnología marina del Mesozoico.
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