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Los jóvenes españoles, entre los que más productos falsificados compran de toda Europa

Un 45% de los jóvenes españoles afirma haber comprado productos falsificados en los últimos 12 meses.

Carlos del Castillo

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Los jóvenes españoles saben distinguir las falsificaciones. Solo un 26% dice tener problemas para reconocerlas, uno de los porcentajes más bajos de toda la UE. Sin embargo, también se encuentran entre los que más las compran: un 45% afirma haber adquirido alguna falsificación de forma intencionada en el último año, según un informe de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE publicado este miércoles, día mundial contra las falsificaciones.

El análisis se basa en una encuesta a jóvenes europeos de 15 a 24 años que este organismo comunitario realiza cada tres años. En los resultados de 2022 los españoles aparecen solo por detrás de los griegos (63%), chipriotas (53%) y letones (46%) en la compra de productos falsificados, que se produce principalmente a través de Internet. La ropa y los accesorios de moda son la categoría donde esta práctica está más extendida, seguida por el calzado, los dispositivos electrónicos y los perfumes.

El informe también analiza el consumo de contenidos digitales de manera ilegal, como series, películas, libros electrónicos, videojuegos o programas de ordenador descargados de páginas donde se puede acceder a ellos gratuitamente. Aquí, de nuevo, los jóvenes españoles aparecen en las primeras posiciones del ranking europeo: un 25% que indica que ha accedido a contenidos de esta manera y de forma intencionada. En este ámbito la cima la marca Bélgica, con un 29%.

En este sentido, uno de los detalles que diferencia a los jóvenes españoles de los de otros países que también consumen contenidos digitales de manera irregular y en porcentajes superiores a la media europea es que ellos sí dan importancia al hecho de hacerlo. Solo un 16% dice que no le preocupa si la fuente del contenido es legítima o no (como una plataforma de contenidos en streaming o una página de descargas ilegales), el porcentaje más bajo de toda Europa.



Esta respuesta se relaciona con el hecho de que los españoles son de los más preocupados por la posibilidad de sufrir ciberestafas, ataques informáticos o descarga de virus derivada de las compras de productos falsificados o las descargas ilegales. Por el contrario, no aprecian un gran riesgo de tener problemas legales con esta conducta ni en la posibilidad de que los productos adquiridos sean peligrosos.

Uno de los detalles que arroja la encuesta es que a mayor edad y mayor nivel de estudios, más posibilidades de que los jóvenes hayan adquirido productos falsificados de manera consciente. Aquellos que declaran tener ingresos también lo hicieron con mayor regularidad que los que han afirmado que no disponen de ellos (17 puntos por encima, 45% a 28%).

“Los resultados son bastante preocupantes, pero no sólo para España, sino para toda la Unión Europea”, expresa en declaraciones a elDiario.es Julio Laporta, director de comunicación de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE.

Los resultados son bastante preocupantes, pero no sólo para España, sino para toda la UE

Oficina de Propiedad Intelectual de la UE

“La tendencia que hemos advertido ha sido de un incremento en prácticamente todos los países europeos con respecto a los resultados de las encuestas anteriores de 2019 y 2016”, explica el representante del organismo europeo, que destaca que la pandemia y el aumento del comercio online han podido espolear la compra de falsificaciones y el acceso a contenidos pirateados.

El principal motivo que alegan los jóvenes europeos tanto para comprar falsificaciones como para el pirateo de contenidos es el mayor coste de estos. “En España, después del coste se sitúa la percepción de que cuando es para uso personal no hay nada malo en ello”, añade Laporta.

Los únicos preocupados por los autores

La predisposición de los jóvenes españoles a comprar falsificaciones o descargar contenidos ilegalmente provocaron que la Oficina europea la seleccionara como uno de los países donde ampliar el estudio a un nivel cualitativo, con el objetivo de entender mejor sus motivaciones. Esta fase de la investigación solo se llevó a cabo en otros tres casos: Países Bajos, también por sus consumos por encima de la media; junto a Alemania y Polonia, seleccionadas por sus bajas tasas de compras de falsificaciones y descargas ilegales de manera intencionada.

Las entrevistas personales con los jóvenes sacaron a relucir un detalle sobre los españoles: son los únicos que se preocupan por el efecto que la piratería puede tener en los creadores. “Me siento mal porque sé que los autores no sacan demasiado por sus libros; frustrada, porque no puedo permitirme comprar todos los libros que leo; y resignada, por no ser capaz de hacer nada para evitarlo”, expresa una española del rango de edad de 18 a 21 años seleccionada en el estudio.

Me siento mal porque sé que los autores no sacan demasiado por sus libros y frustrada porque no puedo permitirme comprar todos los que leo

Joven española entrevista en el estudio

“Hasta hace poco, no había ninguna plataforma oficial que tuviera series coreanas o anime japonés. Es verdad que ahora más de una plataforma las ofrece, pero no tienen todas las que salen cada temporada, así que todavía tengo que recurrir a plataformas ilegales y gratuitas para verlas. Lo mismo ocurre con el manga, o con algunos tipos de música”, expresa otra joven española de la misma edad.

No obstante, a nivel general, los jóvenes europeos expresan que este tipo de desarrollar este tipo de prácticas no les hace sentir mal. Tampoco especialmente bien, aunque algunos de ellos expresan sentimientos positivos por la posibilidad de pagar menos o acceder a contenidos más fácilmente.

El estudio refleja que los jóvenes de toda Europa se sienten menos cómodos con la piratería y las falsificaciones cuando saben que estas afectaran a individuos concretos y no a grandes corporaciones. En este sentido y el caso de las música, los españoles extienden también este sentimiento a las bandas de música, estableciendo una diferencia entre las más famosas y establecidas y aquellas que están empezando.

Desde la Oficina europea expresan que la mayor herramienta para luchar contra las falsificaciones y el pirateo es “la sensibilización”. “También hemos construido y mantenemos un portal de la UE para contenidos legales digitales, agorateka, que agrega más de 3 300 sitios de ofertas legales en 24 países y cubre varias categorías, televisión y películas, música, libros electrónicos, deportes y juegos”, detalla Julio Laporta.

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