El pueblo de la Sierra de Gredos con una ruta a 1.520 metros de altitud y rodeada de pinares

La Sierra de Gredos.

Edu Molina

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A más de 1.500 metros de altitud, en el Parque Regional de la Sierra de Gredos, se alza Navarredonda de Gredos. Este municipio abulense, que forma parte del Alto Gredos, es uno de los pueblos más elevados de Castilla y León y una de las puertas naturales de entrada al macizo central del sistema montañoso.

La localidad, formada por los núcleos de Navarredonda y Barajas, se extiende en un entorno forestal dominado por pinares silvestres, gargantas cristalinas y horizontes quebrados por picos y riscos que superan los 2.000 metros. Con una población reducida, marcada por la tradición ganadera y el turismo rural, el municipio ha sabido conjugar su legado natural con la oferta de senderismo y actividades al aire libre.

Navarredonda no solo presume de estar entre los pueblos más altos de la península, sino también de ser un punto estratégico para acceder a una de las rutas más frecuentadas del sistema Central: la que conduce hasta la Laguna Grande de Gredos. Esta senda, muy valorada por montañeros y senderistas de toda España, parte desde la Plataforma de Gredos, ubicada a escasos minutos del pueblo.

Navarredonda de Gredos.

El clima continental de alta montaña configura un paisaje en constante transformación según la estación. Los visitantes que se acercan hasta Navarredonda no solo encuentran una base para iniciar rutas de media y alta montaña, sino también un punto de descanso marcado por la tranquilidad, la arquitectura rural, la gastronomía local y las tradiciones de un entorno que ha sabido adaptarse sin perder su identidad. En este escenario, el pueblo se ha consolidado como un destino privilegiado para quienes buscan naturaleza, silencio y altura.

La ruta a la Laguna Grande

Desde la Plataforma de Gredos, a 1.760 metros de altitud, parte una de las rutas más representativas del Parque Regional: la senda que conduce hasta la Laguna Grande. El trazado, homologado como PR‑AV 17, tiene una longitud aproximada de 7,2 kilómetros en sentido de ida y ofrece un recorrido por uno de los paisajes de montaña más emblemáticos de la Sierra de Gredos. Su recorrido permite adentrarse en un entorno dominado por la roca y el matorral de altura, con cambios de altitud que lo convierten en una caminata exigente pero muy frecuentada por visitantes.

El sendero, perfectamente señalizado, presenta un desnivel positivo de 436 metros y negativo de 270. A lo largo del itinerario se recorren enclaves destacados como el Prado de las Pozas, la fuente de los Cavadores y el paso de los Barrerones, un mirador natural desde el que se contempla una panorámica espectacular del circo glaciar. El trayecto discurre mayormente sobre piedra, con tramos empedrados, y no requiere conocimientos técnicos, aunque sí un mínimo de preparación física y equipo adecuado.

Laguna Grande de Gredos.

Además, se trata de una ruta lineal que finaliza junto a la Laguna Grande, donde muchos visitantes aprovechan para descansar antes de emprender el regreso por el mismo camino. Se recomienda revisar las condiciones meteorológicas antes de iniciar el recorrido, así como llevar ropa de abrigo, protección solar, agua y calzado de montaña. Esta combinación de accesibilidad, altura y paisaje convierte a la PR‑AV 17 en una de las sendas imprescindibles del parque.

Un paseo entre pinos con sabor local

No todas las rutas en la Sierra de Gredos exigen largas caminatas o desniveles pronunciados. La Senda del Pinar de Navarredonda ofrece una alternativa accesible y tranquila que permite conocer el entorno natural inmediato del municipio sin alejarse demasiado del núcleo urbano.

Se trata de un recorrido circular de aproximadamente cinco kilómetros que atraviesa el pinar que rodea el Parador Nacional de Gredos, uno de los espacios más representativos del turismo rural en la zona. Su trazado suave y bien acondicionado lo hace ideal para quienes buscan un paseo relajado en plena naturaleza.

A lo largo del sendero, los caminantes atraviesan una masa forestal densa de pino albar, con presencia ocasional de robles, pastizales y pequeñas corrientes de agua que aportan frescor al trayecto. El entorno se presta tanto al ejercicio como al descanso: bancos, claros entre los árboles y zonas de sombra natural invitan a detenerse, leer o simplemente disfrutar del silencio del bosque.

Además de su valor paisajístico, la senda tiene también un componente interpretativo. A lo largo del camino se encuentran paneles informativos que describen la biodiversidad del pinar y su papel dentro del ecosistema de Gredos. Esta ruta, promovida y mantenida por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, se ha consolidado como una de las propuestas más populares para el turismo familiar o de baja intensidad, y como complemento perfecto para quienes desean equilibrar una visita a la Laguna Grande con una experiencia más calmada.

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