Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El evanescente delito fiscal

Elisa Beni

Sube de nuevo Hacienda los impuestos. En lo que atañe a los ciudadanos, los indirectos, que afectan en este caso a bienes que no son de primera necesidad pero que, evidentemente, extienden una mota más de injusticia dado que el poder adquisitivo más débil se verá librado de los vicios y los excesos por obra y gracia de Montoro mientras que los más privilegiados podrán seguir viendo crecer sus carteras de acciones y su patrimonio con un buen Montecristo y un gin tonic premium sin despeinarse.

No voy a hablar de esta subida sino de su origen, que es la necesidad imperiosa de aumentar la recaudación, los ingresos del Estado, a pesar de que esto suponga un decrecimiento de la demanda que nos mantenga en esta espiral infernal. Hace falta más pasta, -el descenso de los ingresos es nuestro verdadero problema, no el exceso de gasto- y para ello tira de nuevo el Gobierno de los bolsillos más fáciles de saquear.

Los mismos bolsillos que controla Rita, el ordenador de la Agencia Tributaria, de forma infatigable. Los del empleado o el ciudadano de a pie cuyos datos cruzados nunca jamás son absorbidos por un agujero negro y siempre hacen saltar las alarmas al más mínimo desfase. Por cierto, que digo yo que ya habrá ordenado Montoro que se haga una investigación de todos los DNI de dos dígitos para ver cuántos errores más se han cometido, porque si es tan fácil que suceda sin que nada pite, ni salte, ni explote en el ordenador central, no quiero ni imaginarme el maremagnum de fincas y pisos y .. que pueden figurar con los dígitos de cualquier otro miembro de la Familia Real. A ver si no tenemos más sustos.

Lo que no parece estar en los planes del Ejecutivo es acabar con hechos vergonzosos como los que quedaron de relieve con su amnistía fiscal o con el hecho de que en España, de facto, el delito fiscal es como si no existiera. O díganme cómo llamamos a una situación en la que defraudar, de hecho, es una especie de ruleta en la que los grandes perceptores de renta casi les conviene apostar ya que pueden obtener pingües beneficios corriendo en realidad un riesgo bajo. Lo explico.

En primer lugar porque pueden no pillarles. El esfuerzo dedicado a la investigación y persecución del fraude fiscal resulta claramente insuficiente y, a pesar de las promesas,no parece haberse incrementado exponencialmente y, sobre todo, haberse dirigido hacia las fuentes de mayor fraude.

En segundo lugar porque si les pillan, los ejercicios que hayan prescrito se saldan de rositas y, por tanto, a título de beneficio. Es decir, que si defraudan sistemáticamente, cada años saben que solo arriesgan en las últimas cinco declaraciones porque las anteriores estarían amparadas por la prescripción. Así que lo que se ahorraron va consolidándose según se cumplen cinco años del ejercicio de la tropelía. Si has defraudado durante quince años y te pillan, a lo mejor los diez años de “ahorro fiscal” compensan los cinco que aún tienes candentes.

En tercer lugar, porque en cualquier momento antes de que se inicie una inspección o se presente una querella, puedes regularizar la situación y, en ese caso, aunque existiera delito y no hubiera prescrito, éste queda anulado.

En cuarto lugar, porque a pesar de que se inicie una investigación judicial aún puedes regularizar tu situación hasta dos meses después de haber prestado declaración ante el juez y la posible pena desciende entre uno y dos grados. Esta posibilidad permite al delincuente fiscal incluso acudir a declarar, deducir por las preguntas del juez y el curso de la investigación si realmente tienen material contra él o no, y en caso de verlo muy crudo arreglar cuentas y dejar la pena en algo irrelevante.

Reforman el Código Penal a golpe de escaleta televisiva, le dan la vuelta a las leyes contra la voluntad de todos los implicados pero en esta cuestión en la que nos va el dinero que dicen que no tenemos, en esta, la única actividad legislativa ha sido una oferta de amnistía fiscal para hacer más fácil aún este proceso. Y como necesitamos llenar la caja pues es más fácil saquear los bolsillos de los de siempre y, de paso, hundir a unos pocos más a base de estrangular la demanda.

Etiquetas
stats