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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Amaral da un concierto por sorpresa para apoyar al Patio Maravillas

foto tomada durante el concierto sorpresa en el Patio Maravillas

Octavio Vellón

Durante la noche del sábado el número 21 de la calle Pez recibió una grata sorpresa. Ante la atenta mirada de algo más de un centenar de personas Eva Amaral y Juan Aguirre se subían al escenario y comenzaban a afinar garganta y cuerdas. Nadie había avisado de nada y como surgen algunos grandes acontecimientos, espontáneamente, comenzaron a tocar.

La velada estuvo aderezada con las actuaciones de Alicia Ramos y Fideito, dos cantautores de reivindicación política. En ese sentido, el grupo Amaral también quiso mostrar su apoyo ante la incertidumbre que actualmente vive el Patio Maravillas.

“Es un auténtico placer tocar en el Patio, esperamos que la próxima vez podamos volver a tocar en un espacio público tal y como reclama este colectivo” atinó a señalar el grupo durante la actuación.

Desde el Patio comentan que el concierto estaba planificado, no obstante decidieron no hacerlo oficial por seguridad en primer lugar y en segundo por aforo, ya que el café del Patio es un espacio bastante reducido, apto aproximadamente para unas 150 personas.

Letras marcadamente políticas

El concierto sorpresa duró aproximadamente unos 40 minutos. En ellos, el grupo interpretó algunas de sus canciones más reconocibles como Hacia lo Salvaje, Van como locos, Salir corriendo, Noches de Cuchillos, Cuando suba la marea o una versión del clásico mexicano La Malagueña.

Según explicó el grupo, una parte importante de sus canciones incluye un contenido reivindicativo sobre la democracia y el cambio político. Hecho que que quedó constatado al escuchar Revolución o uno de sus últimos temas Ratonera, donde alude directamente a la clase política y la corrupción a todos los niveles. El vídeoclip sembró la polémica hace unos meses, en él se puede ver a los grandes líderes políticos con signos de violencia por haber sido golpeados o dibujados en la calle como mendigos.

El dúo zaragozano, que es vecino del barrio de Malasaña donde se encuentra el Patio Maravillas, apostó por la revolución democrática esperando que “2015 sea el año del cambio. Cambio del que el Patio forma parte”. 

Continúa la incertidumbre para el colectivo

Desde el Patio Maravillas denuncian la necesidad de su existencia como generador cultural y como ejemplo ofrecen este tipo de actuaciones además de otras tantas actividades en las que radica su razón de ser.

Ante la denuncia del propietario del edificio donde se desarrollan las actividades, se abrió un proceso por el cual se pretende desalojar el inmueble. El Patio accedió a cambio de que el Ayuntamiento les proporcionase un edificio público en desuso. El propio colectivo ha marcado un límite fijado en el 1 de mayo de este año, dejando clara su intención de ocupar algún centro si el Consistorio no atinase a escuchar su propuesta.

Lucía, activista y portavoz del Patio Maravillas, asegura que el Ayuntamiento de Madrid da una versión no realista sobre lo hablado con el Patio. “El Ayuntamiento dice no haber recibido ningún dossier con nuestras actividades y dice que pedimos un espacio con demasiados metros, pero eso no es cierto”.

Por otra parte, el pasado 5 de enero, se produjo una marcha a la que acudieron varios centenares de personas en defensa de la continuidad del Patio Maravillas ante el proceso. Durante la manifestación se ocupó un centro de titularidad pública para demostrar que, en contra de lo que defiende el Ayuntamiento, sí hay espacios públicos que podrían albergar sus actividades. Pero dos horas más tarde fueron desalojados sin orden judicial alguna. Según cuentan, la policía les expulsó del edificio indicando que el ex alcalde Gallardón “vivía muy cerca de allí”.

En cualquier caso, según asegura Lucía, “No es que seamos optimistas, es que la hoja de ruta está clara” haciendo referencia a su intención continuar con las actividades culturales allí donde encuentren un espacio.

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