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Telefónica se quedó sin su mejor cliente con la caída de MegaUpload

Blanca Aguirre

Hace un año, Telefónica dio a conocer su apuesta por la infraestructura basada en la tecnología Content Delivery Network (CDN), destinada a mejorar la distribución de la información y que algunos compararon con el DHL o el SEUR de Internet. Aunque el sistema ya estaba inventado, la operadora española aportaba a los futuros clientes un ancho de banda hasta entonces desconocido.

Pocos meses después de ese anuncio, el FBI se llevaba por delante en enero un jugoso pero polémico candidato con el que Telefónica estaba en conversaciones. Y no era Google, como se apuntó entonces, sino MegaUpload, el mayor servicio de descargas directas del mundo. Ahora, el propio Kim DotCom ha anunciado su vuelta “legal” con Mega; un sistema propio que, mediante cifrado, complicará el acceso de las autoridades y el bloqueo de los contenidos.

Para bien o para mal, la concatenación de los acontecimientos eliminó del mapa un cliente global que bien podría haber ayudado a Telefónica a rentabilizar su inversión en CDN. Muy al contrario, el cierre de MegaUpload añadió presión para explotar un proyecto en el que, en principio, todo son bondades.

Como informa Telecoms&Media en su último estudio, el negocio de CDN está en continuo crecimiento debido a la cantidad de dispositivos conectados y de oferta de contenidos que fluyen por Internet, lo que congestiona las redes. Además, esta carga de envío de datos, lejos de mantenerse, aumenta el 50% cada año. Según el mismo informe, se calcula que en los próximos cinco años, las CDN moverán más de 3.600 millones de euros. Otro estudio reciente de Markets and Markets dobla esa cifra (5.700 millones).

Cualquier empresa u organización que necesite tener presencia online es cliente potencial: desde operadores de televisión y radio, redes sociales, empresas de software y juegos de azar, así como instituciones bancarias y gubernamentales. Empresas como Facebook, entidades como La Caixa o la aplicación Mitele de Mediaset ya disponen de este servicio, pero contratado a grandes como Akamai o LimeLight Networks.

La competencia en el sector es dura y cada vez mayor. El mercado está siendo testigo del surgimiento de nuevos proveedores de servicios de CDN, pero la mayoría no dispone del dinero, clientes, patentes o derechos de propiedad intelectual necesarios para rentabilizar el desembolso realizado.

Telefónica, no obstante, cuenta con clientes pero muchos son internos, como Tuenti. Fuentes cercanas a la operadora aseguran que el Partido Popular, por ejemplo, llegó a usar el servicio en pruebas ya que de todos es sabido que las páginas web de los partidos políticos son uno de los blancos preferidos de los ataques cibernéticos… pero en campaña electoral.

En su momento, muchos miraron al buscador de Google como el candidato idóneo para dar servicio, pero el gigante estadounidense optó por utilizar su propia CDN internacional para la entrega de vídeos YouTube. Incluso, a modo de incursión en el mercado de los servicios, prestó apoyo a la cadena NBC dando cobertura online durante los Juegos de Londres 2012.

Precisamente, con motivo de la celebración de los próximos eventos deportivos, Telefónica tiene una gran oportunidad. Con vistas a los JJOO de Rio 2016, la operadora ya está desplegando sus redes a lo largo y ancho del país suramericano donde, además, cuenta con operador propio (VIVO).

Fruto de ese interés por Brasil –país que está haciendo un gran esfuerzo por ampliar su cobertura de televisión de pago antes del Mundial de fútbol en 2014– son las conversaciones que la empresa española está manteniendo con el operador estadounidense EchoStar Corp., como publica The Wall Street Journal. Su objetivo, lanzar una joint venture en televisión de pago por satélite.

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