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La tormenta perfecta se cobra otra semana negra en las bolsas

El Dow Jones lastra a los mercados de América Latina, que terminan el día a la baja

Marta Garijo

Dudas sobre el crecimiento, miedo a la evolución de los emergentes, la situación de China, el petróleo en mínimos, incertidumbre sobre los márgenes de la banca. Los analistas desgranan los motivos que han llevado a las bolsas europeas a vivir una semana negra con caídas en todo el continente en la que el Ibex ha perdido un 6,8% en la semana. El repunte del 2,25% del viernes del selectivo español, en línea con el resto de plazas europeas, no logró borrar las pérdidas acumuladas durante la semana.

Los motivos no son nuevos y la mayor parte de ellos ya se anticipaban como los grandes desafíos de este 2016 pero las profecías autocumplidas han llevado el pánico a los mercados creando una tormenta perfecta donde el dinero se fuga de las bolsas.

¿Estamos ante un nuevo episodio de una crisis que muchos daban por acabada? La situación macroeconómica dista de la de 2008, según apuntan los expertos. Los analistas de Bank of America Merril Lynch creen que el miedo a la recesión está lejos de desencadenar una crisis similar y comparan la situación con la de 1998. En ese momento “se evitó la recesión económica en los países desarrollados y los resultados empresariales, volviendo a un crecimiento fuerte en 1999”.

Rodrigo García, analista de XTB, señala que la principal diferencia radica en que los bancos tienen menos activos tóxicos como ocurría cuando quebró Lehman Brothers tras desatarse la crisis de las hipotecas subprime.

A pesar de esta afirmación, lo cierto es que Deutsche Bank ha tenido que mostrar músculo con una recompra de deuda senior -la de mejor calidad- de 4.775 millones de euros para poder tranquilizar a los inversores después de vivir fuertes caídas durante esta semana.

Las pérdidas de 6.700 millones de euros que presentó la entidad en sus cuentas anuales se unieron a los rumores de que el banco no podría pagar los intereses de sus bonos convertibles (CoCos) sumándose a la desconfianza existente sobre la entidad que acabó con su hundimiento en bolsa (lleva un 40% en el año de caída).

No es el único banco que genera dudas, la banca italiana lleva arrastrando al parqué de Milán a las pérdidas durante este comienzo de año y Société Generale recibió esta semana el castigo de los inversores por unas cuentas que no cumplieron las expectativas del mercado. De hecho, las dudas sobre la banca han arrastrado a las entidades a cotizaciones en niveles de 2012.

“Vamos a cerrar una nueva semana muy bajista en las bolsas occidentales, la tercera consecutiva. De las últimas once semanas, solo tres han tenido un cierre positivo”, apunta Daniel Pingarrón, analista de IG. “El pánico es extremo y se orienta a través de unos factores concretos (bajada del petróleo, sector bancario, falta de confianza en bancos centrales), pero sobre todo, lo que subyace es un fuerte temor a que el mundo se encamine hacia otra recesión en el corto plazo”, añade.

En este entorno de fuerte volatilidad, los inversores escapan de los activos con más riesgo hacia los refugios donde destaca el bund alemán (deuda pública). Una situación que ha llevado a la prima de riesgo española a vivir un repunte en la última semana. Este indicador cerró el viernes en 146,8 puntos básicos.

Por ahora, los analistas no ven un revulsivo para esta situación de pánico bursátil y creen que en las próximas semanas la volatilidad se mantendrá y se repetirán episodios de sesiones negras en los mercados.

¿Cómo está la economía?

A grandes rasgos la situación macroeconómica no ha cambiado en los últimos cinco días, pero rompiendo con el axioma de no news, good news el pánico se ha apoderado de las bolsas y el rebote del viernes no ha servido para compensar las pérdidas de los mercados durante la semana. Una situación que prolonga en un comienzo de año complicado para las bolsas, en el que el Ibex 35 acumula una bajada del 17%.

“Hay más pesimismo sobre la evolución de la economía y la evolución de las empresas”, apunta Nicolás López, de MG Valores que apunta como una de las razones para que caigan las bolsas que los inversores ven cómo los resultados de las empresas pueden ser menores. “Se está produciendo un ajuste de las valoraciones después de dos o tres años muy buenos en la bolsa”, señala.

Todo esto se produce en un entorno de tipos de interés muy bajos, y aunque la Reserva Federal (Fed, el banco central de EEUU) está en el camino de volver a elevarlos, la transición todavía será lenta. La última intervención de la presidenta de este organismo, Janet Yellen, de esta semana fue menos optimista que su anterior comparecencia en diciembre.

Yellen se mostró consciente de las turbulencias económicas globales y apuntó que las tasas de interés negativas no están “fuera de la mesa” si la economía sufre un abrupto frenazo, pero insistió en que las perspectivas son las de continuar el ajuste monetario. Los analistas de Bank of America Merill Lynch consideran que este discurso es una muestra de cómo las preocupaciones globales podrían hacer que la Fed retrase más el aumento de los tipos de interés.

En la zona del euro todo apunta a que los tipos de interés se mantendrán bajos, con el BCE cobrando a la banca por el dinero que deposita en sus arcas. A ello, se suma una inflación muy baja que también complicará el crecimiento económico.

China es otro de los escenarios que marca las turbulencias bursátiles. Las dudas sobre el crecimiento del país son recurrentes desde hace meses. En agosto del año pasado ya supusieron fuertes desplomes en las bolsas y la sombra se mantiene sobre los parqués. En un informe de esta semana, los analistas de Julius Baer señalan que “el mercado estaba nervioso por conocer los últimos datos de China” y, aunque aseguran mostrarse “sorprendidos positivamente” por los datos de divisas extranjeras del país, apuntaban que su escenario base continúa siendo el de una “desaceleración controlada”.

El petróleo se mantiene bajo

Las dudas sobre el crecimiento económico han tirado a la baja el precio de las materias primas. Así, las tradicionales materias primas caen en un entorno con dudas sobre si China podrá mantener la producción y cómo evolucionarán los mercados emergentes. El cobre, por ejemplo, bajó un 3,9% respecto a la semana pasada. En este contexto, el petróleo amenaza con bajar de los 30 dólares por barril siguiendo la senda de desplomes que acumula desde hace unos meses.

Frank Nicolas, director de inversiones y soluciones a clientes de la gestora de Natixis, asegura en su último informe que “la tendencia subyacente también debe ser vigilada de cerca durante el próximo año para cualquier cambio potencial”, aunque asegura que la estrategia que está siguiendo Arabia Saudí de sobreproducción está funcionándole para acabar con la rentabilidad del fracking estadounidense.

Respecto a los giros que puede dar el mercado a los que se refiere Nicolas, esta semana ya se percibió un cambio tras el informe de la Agencia Internacional de la Energía. Tras llevar unas sesiones estable respecto al precio, volvió a caer tras conocerse la opinión de la AIE, que veía posible que prosiga la bajada de precios.

Con la crisis de 2008 todavía muy reciente en el ideario colectivo, las analistas tratan de apartar las analogías con lo sucedido hace seis años. Sin embargo, es difícil borrar el fantasma de Lehman Brothers de los parqués.

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