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‘Saudades’ de Orkut: Brasil dice adiós al círculo rosa que se enfrentó a Facebook

fue el primer y exitoso hito en el camino de la Web 2.0 en Brasil

José Manuel Blanco

Montevideo (Uruguay) —

Orkut, la red social del anillo rosa, reinó en Brasil durante cerca de siete años, antes de que Facebook se hiciera con las simpatías de una población ávida de compartir y estar conectada. Propiedad de Google, que se centró en las comunidades de YouTube y Google Plus, la red social fue decayendo hasta que la empresa de Mountain View anunció su cierre, que se producirá el próximo 30 de septiembre. Atrás quedan las miles de horas que los usuarios pasaron en sus páginas, compartiendo mensajes con sus amigos o charlando y discutiendo en páginas (‘comunidades’ se llamaban aquí) que traspasaron las fronteras de la red social.

Orkut vio la luz a comienzos de 2004, de manos del entonces ingeniero de Google Orkut Büyükkökten, que ya tenía experiencia en la creación de redes sociales para universitarios. Nacido a la vez que Facebook, el portal que diseñó este turco, al que en un principio solo se podía acceder por invitación, traspasó las fronteras primigenias de Estados Unidos para convertirse en la red social mayoritaria en Brasil, pero también en otros países como la India.

Su éxito en el país sudamericano fue tal que la filial de Google en Brasil tomó en 2008 las riendas de la administración mundial de la red. Treinta millones de usuarios lo justificaban.

“¡Todo el mundo quería entrar y tener un montón de amigos ahí dentro!”

“Orkut fue un fenómeno de masas increíble en Brasil”, rememora el abogado experto en nuevas tecnologías Ronaldo Lemos, residente en Río de Janeiro. “La web desempeñó un papel social importante en Brasil, en la medida en que enseñó a un gran número de brasileños lo básico sobre cómo usar internet, como poner fotos en línea, crear un perfil y así sucesivamente. Eso fue muy positivo”.

“El primer éxito fue justamente estar ahí y ver a sus amigos también ahí”, continúa. “En el Orkut inicial todo era abierto: todo el mundo veía a todo el mundo y no solo a sus amigos. Era posible pasear por todo el planeta viendo los perfiles de las personas”.

Ygor Salles, del periódico Folha de São Paulo, también apunta a otra causa 'exhibicionista' del éxito: “Al brasileño le gusta tener amigos y también mostrar que tiene amigos”.

“¡Todo el mundo quería entrar y tener un montón de amigos ahí dentro!”, corrobora Luciano Silva, un vecino de la ciudad de Santos (estado de São Paulo), que fue usuario de esta red social. Léo Valente, periodista de la agencia Efe en Río de Janeiro, recuerda cómo todo era público allá por 2004: “Podíamos leer libremente todos los recados [publicaciones como las que dejamos en los muros de Facebook] enviados a cada persona, y los mensajes y discusiones de las comunidades sin tener la necesidad de formar parte de ellas. Era todo abierto. No había privacidad y nadie se preocupaba por eso”.

Janaína Quinet, compañera de Léo en la agencia Efe, evoca cómo los primeros álbumes de fotos tenían un límite de doce imágenes (“teníamos que escoger bien”), un tope que más tarde se suprimió. Aunque lo que más destaca de Orkut son las comunidades, un espacio público equivalente a las páginas de Facebook: “Existían tanto comunidades serias con asuntos como política, como comunidades con temas divertidos. Era muy bueno porque podíamos interactuar con personas” de lugares remotos.

‘Saudade’ de las comunidades

“La mayor comunidad que Orkut tuvo se llamaba 'Eu Odeio Acordar Cedo' ('Odio despertarme temprano'). La idea no era conversar sobre el hábito, era tan solo mostrar a todo el mundo que odiabas despertarte temprano”, cuenta Salles. Como en Facebook, vamos. Lugares en los que unirse para una causa común o para el despiporre generalizado.

Ni compartir fotos ni cotillear tuvo tanto éxito: “Cuando alguien siente nostalgia de Orkut, cita a las comunidades. Es una experiencia que hasta hoy Facebook no ha conseguido reproducir bien”, explica el periodista de Folha. Y como de todo hay un Tumblr, también hay un espacio dedicado a estas comunidades. Ironías de la vida, también las encontramos en Facebook.

Una de las personas que mayor éxito tuvo gracias a estas comunidades es Marcos Barbará. De 33 años, este gerente bancario que vive en São Paulo saltó al estrellato con ‘Anão vestido de palhaço mata 8’ (‘Enano vestido de payaso mata a 8’), una comunidad en la que recogía las informaciones más extravagantes que encontraba por la Red para “estimular”, según sus propias palabras, la discusión entre los internautas.

“Siempre me gustaron las noticias insólitas”, nos dice. “Al comienzo era un 'hobby' apenas entre amigos y conocidos. Rápidamente la comunidad ganó tamaño y pasé a administrar un ambiente virtual con 150.000 personas registradas”. Gracias a esa experiencia conoció a mucha gente, con la que todavía mantiene el contacto. “Vendí camisetas con la imagen de la comunidad, escribí un libro con una recopilación de las mejores noticias, di innumerables entrevistas para la prensa, era reconocido en las calles... O sea, alcancé un estatus de microcelebridad debido al Orkut”.

Adiós, Orkut. Hola, Facebook

Unos conocen las mieles del éxito, otros pasan horas y horas conversando con amigos y desconocidos... Y llegamos a 2011, el año en que cambió todo. ¿Por qué la gente se marchó de Orkut y fue para Facebook? Cada uno tiene su propia explicación. Para Barbará, el declive empezó cuando “usuarios comenzaron a utilizarlo para hacer publicidad, insertando mensajes publicitarios personales o corporativos entre las conversaciones. Después de eso, vinieron los ‘newbies’, que llenaron Orkut con gifs animados, mensajes de autoayuda y otras maneras de apartar a los usuarios que realmente creaban contenido interesante. Todo eso sucedió al mismo tiempo que el auge de Facebook, haciendo que los usuarios más antiguos migrasen”.

Lemos apunta otras causas, como que Google comenzase a invertir en Google+. “Con eso, Orkut dejó de ser una prioridad para la empresa. Dejó de actualizarse y no hubo más evoluciones significativas”. Salles va más allá: “Para mí, el gran viraje vino cuando Facebook consolidó el concepto de ‘timeline’. Era algo que Orkut no tenía. Además, también contó mucho el hecho de que el 'layout' de Facebook fuera más bonito y práctico que el de Orkut”. Según una encuesta, en 2013 ya habían abandonado sus perfiles casi el 96% de los usuarios.

Valente coincide en la falta de actualizaciones y apunta otras causas que se acercan al esnobismo: “Creo que las personas comenzaron a salir cuando aumentó el número de participantes, principalmente después de que las invitaciones no fueran ya necesarias. Otra razón fue el exceso de limitaciones: las comunidades pasaron a ser privadas y no se podían leer más recados o visitar perfiles sin que fueses identificado”.

Así, y mientras empezaba a usar Facebook para contactar con sus familiares en Estados Unidos, Léo se fue marchando de Orkut. Como él, 30 millones de usuarios que se despiden ahora de una red social donde aprendieron a compartir, comunicarse o delirar en los comienzos de la Web 2.0. Probablemente ahí estuvo la semilla que mostró todo su esplendor en la organización virtual de las protestas de 2013.

Janaína afirma que aún lo usaba, que le gustaban mucho las comunidades, “y me puse triste” por su final. Como dice la canción brasileña, “la tristeza no tiene fin; la felicidad, sí”.

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Las imágenes utilizadas en este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Lailson Bandeira y Comunidades do Orkut

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