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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Europa tilda de racistas las declaraciones de Maroto sobre las ayudas sociales y los inmigrantes

Maroto dice que el debate sobre las pensiones debe centrarse solo en su subida

Alba Díaz de Sarralde

En 2014, el entonces alcalde de Vitoria Javier Maroto acusó al colectivo magrebí, sin aportar datos, de “vivir de las ayudas sociales”. El popular, además, afirmó que no tenían interés en integrarse socialmente ni en trabajar. El revuelo que causaron esas declaraciones le supusieron una gran ola de rechazo, prendieron la mecha por la tolerancia con movimientos ciudadanos como el Gora Gasteiz y le arrebataron la alcaldía en 2015, a pesar de ganar las elecciones en número de votos. Tres años después, el Consejo de Europa lo acusa de xenófobo.

En el informe de la Comisión Europea contra el Racismo de diciembre de 2017, publicado el 28 de febrero, se hace referencia a la campaña que hizo Maroto para endurecer los requisitos de acceso a la Renta de Garantía de Ingresos -RGI- y la recogida de firmas para impulsarla en el Parlamento Vasco. Recuerda la entrevista al exalcalde en la cadena SER: “Declaró que los argelinos y marroquíes se registraban como residentes en la ciudad con el único fin de reivindicar prestaciones sociales”.

En las elecciones municipales de 2015, Maroto fue desalojado por un acuerdo de los partidos de la oposición y fue sustituido por el peneuvista Gorka Urtaran, que recibió el apoyo de EH Bildu y grupos de la izquierda, pese a que era la tercera lista más votada con con sólo 5 concejales de los 27 del Consistorio. El fin fue evitar que el popular repitiera cargo tras las declaraciones que prendieron una mecha en la sociedad gasteiztarra. Sus acusaciones en la radio sin presentar pruebas documentales, que se sumaron a anteriores reproches hacia los inmigrantes pronunciados en varias ocasiones a lo largo de la legislatura, colmaron la paciencia de colectivos sociales y de los grupos de la oposición del Ayuntamiento. 

En 2012 aseguró que los inmigrantes compraban zapatillas de la marca Prada con los subsidios sociales. A principios del 2013 puso a los locutorios, regentados en su mayoría por ciudadanos extranjeros, bajo sospecha al decir “que se producen actividades en su interior que no coinciden con el objeto social de estos locales”. La oposición de entonces, PSE, EH Bildu y PNV, enmarcó su tendencia a ensañarse con este colectivo dentro de una estrategia electoral para ganar votos. La calificaron de “peligrosa e irresponsable” porque fomentaban la xenofobia hacia las personas inmigrantes -el 2'47 % de la población, norteafricana-.

La mecha social explosionó en abril de 2015, cuando el movimiento ciudadano por la tolerancia y contra el racismo Gora Gasteiz celebró su día. Este colectivo inició una campaña a partir de las declaraciones de Maroto, que provocaron una necesidad de reaccionar a cerca de 50 personalidades, entre profesores de la UPV-EHU, escritores, músicos, deportistas, cantantes y otros agentes de referencia en su ámbito. La responsable de CEAR en Vitoria-Gasteiz, Rosabel Argote, fue una de las impulsoras del Gora Gasteiz: “Hay que dar la bienvenida a este tipo de resoluciones por la vía política”, apunta ahora en declaraciones a este periódico. Afirma que en su día intentaron avanzar por la vía judicial y no prosperó, así que usaron “la tercera vía”: “Gora Gasteiz fue la respuesta de la ciudad, que se negó a ser rociada con la gasolina de la xenofobia”.

Albiol, en el mismo informe

La Comisión Europea contra el Racismo también reprocha unir inmigración y delincuencia a Xavier García Albiol, líder del PP en Catalunya. El informe sobre España, que señala que la crisis económica provocó el auge de los discursos contra los inmigrantes y los gitanos, acusa al exalcalde de Badalona de recurrir a declaraciones xenófobas. Le recrimina que “vinculó la pobreza, el desempleo y la falta de seguridad con la llegada de migrantes y el terrorismo islámico”.

El informe destaca especialmente esas declaraciones de Albiol, que además de en sus campañas, difundió en sus redes que el multiculturalismo en Europa es un problema: afirmó por ejemplo, en su campaña de las elecciones municipales de Badalona en 2011, que “los rumanos son una plaga y suponen una lacra para la ciudad”. “También vinculó la pobreza, el desempleo y la falta de seguridad con la llegada de migrantes y el terrorismo islámico”, según el informe. Habla también de la campaña de esta ciudad en 2015: “La retórica islamofóbica de los políticos de diferentes grupos que prometían, entre otras cosas, el cierre de mezquitas, condujo a la publicación de comentarios sobre la posibilidad de gasear a los musulmanes y referencias a las duchas de los campos de concentración nazis”. 

García Albiol fue reemplazado, como Maroto, tras las elecciones en Badalona por Dolors Sabater, de Guanyem. El PP, por su parte, premió la estrategia de ambos políticos: Mariano Rajoy convirtió a Maroto en vicesecretario de Acción Sectorial en la Ejecutiva nacional del partido y recompensó a Albiol con la presidencia del PP catalán, siendo el candidato del partido a president de la Generalitat el pasado 21-D, elecciones en las que los populares cosecharon el peor resultado de su historia.

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