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Pedro Sánchez esquiva pronunciarse sobre los posibles pactos tras el 26J

El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, en un reparto de folletos junto a Rafael Simancas en Madrid

Irene Castro

Pedro Sánchez evita pronunciarse sobre qué hará el PSOE tras el 26J. El candidato socialista lleva varios días esquivando responder, aunque ya dijo que su intención es mirar a izquierda y derecha, es decir, a Unidos Podemos y a Ciudadanos para intentar el “acuerdo transversal” que no le salió tras el 20D. Pero ese planteamiento se ve superado por las encuestas, que pronostican el adelantamiento de Unidos Podemos y, por tanto, dibujan un escenario inédito en el que los socialistas pueden encontrarse por primera vez en la historia reciente como partido bisagra.

Los socialistas evitan pronunciarse aduciendo que no se plantean que las urnas vayan a constatar el sorpasso. En Ferraz sostienen que aún hay un importante porcentaje de indecisos y confían en recuperar votantes que huyeron a Podemos. Pero aseguran que la coalición que lidera Pablo Iglesias está “hinchada” en todas las encuestas. No obstante, incluso el sondeo interno en el que se apoya la dirección dejaba un escaso margen a los socialistas sobre Unidos Podemos: tan solo 1,4 puntos con un margen de error de cuatro. En el sector más crítico con Sánchez advirtieron de que su propio estudio demoscópico podía apoyar la tesis de la que huyen.

La evasiva de Sánchez a pronunciarse sobre sus posibilidades tras el 26J quedó más patente durante el debate a cuatro, en el que todos los candidatos dejaron más o menos claras sus intenciones. Mariano Rajoy apostó por la 'gran coalición'; Albert Rivera insinuó que si el PP le necesita, debe abandonar al presidente en funciones; e Iglesias afirmó que su planteamiento será el de una coalición con el PSOE –apoyando un Gobierno de Sánchez si quedan por delante y esperando su soporte si cambian las tornas–. El candidato socialista reiteró con insistencia que Iglesias ya había impedido una vez que hubiera cambio.

“Vamos a hacer lo mismo, defender la igualdad entre españoles, luchar contra desigualdad, defender el país frente a la corrupción y garantizar la igualdad de oportunidades”, sostuvo Sánchez durante el debate tras decir que eso es lo que ejecutará quede primero, segundo, tercero y, así, hasta la sexta posición.

Unidos Podemos lo fuerza

Unidos Podemos aprovecha ese silencio del PSOE para enfatizar el vacío de respuesta de Sánchez. Los dirigentes de la coalición han insistido en ese mismo mensaje: el candidato socialista debe aclarar qué hará con su voto. “Yo no concibo ni me imagino al PSOE compareciendo y diciendo a su gente que han preferido a Rajoy y al PP antes que llegar a un acuerdo de gobierno con nosotros, pero sería bueno que lo aclararan antes de que los ciudadanos voten”, ha expresado Iglesias. “La duda que queda es qué va a hacer el PSOE y creo que solamente tienen dos opciones, o permiten que Rajoy siga en el Ejecutivo o llegan a un acuerdo de gobierno con nosotros”, ha reiterado.

Pero Sánchez rehúye responder a ese planteamiento puesto que se muestra convencido de que el sorpasso no se va a producir. Así se lo ha trasladado a los periodistas en una conversación informal en el vuelo a Oviedo, donde ha protagonizado un acto junto al presidente asturiano, Javier Fernández. El candidato socialista ha sostenido que esa amenaza activa “la reserva emocional” de los votantes socialistas. Sánchez apela en sus intervenciones a los “socialistas de corazón” para que salgan de la abstención, que perjudica fundamentalmente al electorado de centro-izquierda. El líder socialista está convencido de que debe superar con cierto margen a Iglesias para que “ceda” y apoye un Gobierno liderado por el PSOE.

En el PSOE se quejan de la dificultad que tiene esta campaña y acusan al PP y a Podemos de “polarizarla”. No obstante, en el Comité Electoral sostienen que Sánchez fue capaz de romper esa polarización en el debate a cuatro porque, a su juicio, logró criticar suficientemente a Rajoy y evidenciar a Iglesias.

Sánchez, que también está satisfecho con el resultado, no quiere mostrarse excesivamente agresivo con Iglesias porque no cree que esa estrategia le vaya a salir rentable electoralmente y pone como ejemplo a un “amigo que se compra un coche de segunda mano y le sale defectuoso”: “Mejor que decirle que se equivocó, hay que ayudarle y darle una alternativa”.

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