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La demostración de fuerza de Pedro Sánchez pone nervioso al 'susanismo'

Pedro Sánchez, junto a la exministra Carmen Calvo, en un acto con militantes en el Teatro Cervantes de Almería.

Irene Castro

Está certificado. 53.117 militantes han firmado en favor de la candidatura de Pedro Sánchez para que reconquiste Ferraz. Una cifra a la que los partidarios de Susana Díaz miran atónitos. Nadie la esperaba. Los 'susanistas' admiten que las primarias no van a ser un paseo. El temor surgió ya hace algunos meses, pero reconocen que ahora tienen que pisar el acelerador.

Hasta ahora los 'susanistas' dudaban de que el avance de Sánchez fuera real. No creían que tuviera tanto tirón entre los militantes. Cuestionaban que todos los asistentes fueran socialistas de carné y creían que muchos repetían. La incredulidad del despegue de Sánchez –que tiene más seguidores por España que en sus propias campañas electorales– duró hasta este jueves.

El equipo de Sánchez llegó a Ferraz con 26 cajas en las que transportaban los avales a su candidatura. Los de Díaz llegaron en 17 que contenían más de 62.000 firmas, que tras la verificación han quedado en 59.390 oficiales. Era la demostración de fuerza que quería hacer la andaluza para dejar fuera de juego a su rival. Consideraban que con esa estrategia quedaría en el imaginario como la ganadora segura y que lograría arrastrar voto por la táctica del caballo ganador.

Pero el poderío de los 'susanistas' quedó eclipsado. El equipo de Sánchez anunció después sus 57.369 avales –que han bajado hasta los 53.117 reales– y los partidarios de Díaz se quedaron en shock. Les parecía imposible. Consideraban inviable que el exsecretario general, con mucho menos aparato que Díaz, lograra tanto respaldo y que la participación en este primer trámite se disparara.

Empezaron a dar por hecho entonces que habría miles y miles de avales nulos. Lo veían como una posible estrategia: primero llevarse el titular de que le pisa los talones a Díaz y después desacreditar el proceso si les anulaban miles de avales. Esa era la explicación que encontró el 'susanismo' durante horas. La propia presidenta andaluza apeló a la “prudencia” hasta conocer el resultado definitivo.

Con el paso de las horas, el discurso se fue relajando y los 'susanistas' admitían que no se estaban detectando incidencias masivas. Quienes llevan meses advirtiendo de que los 'susanistas' no eran conscientes del tirón de Sánchez se echaban las manos a la cabeza por la estrategia que habían seguido otra vez. Solo quedaban unas horas para conocer el resultado.

La distancia se mantiene

Pasaron más de las esperadas, pero finalmente el viernes por la tarde se confirmaron las sospechas: Sánchez tan solo tiene 6.273 firmas menos que Díaz. Algunos de sus partidarios creen que con esos números el exsecretario general gana porque dan por hecho que tiene más voto oculto que la andaluza, es decir, lo que en lenguaje 'sanchista' se traduce en que los avales de Díaz son su “techo electoral” por tratarse de “voto cautivo”. Díaz pierde la condición que tenía de favorita. Hay partido, reconocen muchos aún incrédulos.

La versión oficial es que han quedado en primera posición –la “candidatura de la militancia”, ha presumido la portavoz, Pilar Alegría, usando el concepto que se había apropiado Sánchez– y que seguirán aumentando votos. Se aferran a procesos anteriores en los que el resultado de los avales se ha trasladado a las urnas con porcentajes similares. Además, creen que la cercanía de Sánchez va a movilizar el 21 de mayo a muchos socialistas que, no convencidos con Díaz, la votarán con tal de frenar a su gran rival, a quien consideran un mal mayor.

Díaz sube el tono

En la candidatura de Díaz admiten además que tienen que pisar el acelerador en algunos territorios donde se ha demostrado que está floja. Cataluña y Comunidad Valenciana, donde Sánchez arrasa, serán clave y Díaz reforzará allí su campaña y presencia. El nerviosismo alcanza también algunas sedes de gobierno regionales en las que temen que una victoria de Sánchez suponga una desestabilización total. Los presidentes regionales, posicionados con Díaz a excepción de la balear Francina Armengol, creen que el exlíder socialista puede tratar de quitarles de sus puestos en los congresos regionales.

Díaz ha elevado el tono de sus críticas a Sánchez. “Hay quien está contento por ser segundo y ya es la tercera vez que está contento por ser segundo”, ha dicho en referencia a sus dos derrotas electorales en las generales. Un dardo en toda regla. “No me siento satisfecha si soy tres veces consecutivas la segunda y encima me siento contenta”, ha insistido. Díaz mantendrá un nivel de tensión más alto a partir de ahora.

Díaz y López contra la “mesa camilla”

Las críticas, aunque más sibilinas, también se han producido por la oferta de unión que Sánchez ha lanzado públicamente a Patxi López. Le reprochan que se erija en el “candidato de las bases” cuando luego pretende pactar en una “mesa camilla” una unión “quitando el derecho de los militantes a elegir a una de las opciones que ha conseguido superar el trámite de los avales”. De hecho, le reprenden que lo haya hecho incluso antes de que el número fuera oficial.

Pero la maniobra no solo ha molestado a los 'susanistas'. Patxi López también lo está por las formas del que fue su jefe. Considera que debería haberle llamado antes de filtrar el movimiento y de anunciarlo en un acto –lo ha hecho en un lugar emblemático del socialismo andaluz, Alcalá de los Gazules, donde López tiene a uno de sus principales valedores de la federación, Luis Pizarro–.

López ha tenido que “aclarar todas las dudas y desmentir todos los infundios” para asegurar que no se va a retirar, un rumor que también se había extendido por Ferraz este viernes. Algunos de los que apoyan al exlehendakari creen que la recogida de avales ha sido muy clara y que debe sumar fuerzas con Sánchez. La balear Francina Armengol, por ejemplo, es de esa opinión. Pero López les ha pedido que “no desistan”.

A pesar de que los de López se ven terceros, quieren izar la bandera de una paz inexistente en un PSOE que cada vez se vislumbra más dividido. Los de Sánchez les acusan de querer llegar a “apaños” para seguir en política. Los de Díaz respiran por su continuidad. La candidatura de Díaz, que tiene escasos apoyos en determinados territorios, especialmente en el norte, cree que la retirada de López jugaría en favor de Sánchez. El exlehendakari sabe que en su contra juega la campaña del voto útil.

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