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The Guardian en español

¿Es realmente México el segundo país más violento del mundo?

Según el estudio del IISS, el derramamiento de sangre es comparable al de una guerra civil.

David Agren

Ciudad de México —

El titular es tan crudo como impactante: México es el segundo país del mundo con mayor tasa de muertes violentas.

Según un informe anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (International Institute for Strategic Studies, IISS), en 2016 México fue más violento que otros países azotados por conflictos, como Afganistán o Yemen, con una cifra de víctimas mortales solo superada por Siria.

Este estudio ha recibido una amplia cobertura mediática e incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a menudo ha vilipendiado al país vecino, ha retuiteado un enlace de un artículo de la CNN sobre este informe.

El informe ha sido un golpe difícil de encajar para México, cuyo gobierno, tras una década de violencia causada por el narcotráfico, se ha estado esforzando por mejorar la imagen del país en el extranjero.

En un comunicado conjunto, los ministerios de Interior y de Exteriores del gobierno mexicano indicaron que “México está muy lejos de ser uno de los países más violentos del mundo”. Indicaron que, según datos de las Naciones Unidas, la tasa de homicidios del país es de 16,4 muertes violentas por cada 100.000 habitantes; considerablemente inferior a la de otros países de América Latina, como por ejemplo Brasil (25,2 muertes violentas por cada 100.000 habitantes), Venezuela (53,7 muertes violentas por cada 100.000 habitantes) y Honduras (90,4 muertes violentas por cada 100.000 habitantes)

Hace diez años, el entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra al crimen organizado y desde entonces una violencia aterradora ha sacudido muchas zonas del país. Se estima que más de 200.000 personas han muerto y que más de 30.000 han desaparecido. Sin embargo, también es cierto que en otras áreas, algunas de ellas extensas, no ha llegado la violencia causada por el narcotráfico (en 2016, el turismo creció un saludable 9%). El hecho de que el estudio haya comparado a México con Siria, un país donde estalló la guerra hace seis años, ha indignado a los mexicanos.

Muchos de ellos alegan que es precisamente la demanda de drogas ilegales por parte de los estadounidenses, así como el mercado negro de armas de fuego de Estados Unidos, lo que alimenta la violencia que se vive en México. Subrayan que esta situación no cambiará aunque se construya el muro que ha propuesto Trump.

El hecho de que Trump se haya hecho eco de este informe a través de Twitter ha enfurecido todavía más a los mexicanos. “Espero que estos tarados estén contentos. Este informe idiota ya ha sido retuiteado por @realDonald Trump”, ha tuiteado Alejandro Hope, analista de seguridad mexicano.

“La violencia vinculada con el crimen organizado es un fenómeno regional que traspasa las fronteras que México comparte con Estados Unidos, Guatemala y Belice”, indica el comunicado del think tank. “Al evaluar esta situación, se deben tener en cuenta el tráfico de armas y la demanda de drogas”.

México ha matado o capturado a decenas de capos del narco, como a Joaquín El Chapo Guzmán, que fue extraditado a Estados Unidos en vísperas de la toma de posesión de Trump. Las tácticas policiales para combatir la delincuencia organizada han conseguido desintegrar algunos cárteles, pero esto ha desencadenado nuevas olas de violencia y luchas entre los distintos capos por hacerse con el control.

Según el estudio del IISS, el derramamiento de sangre es comparable al de una guerra civil. “Normalmente, la violencia criminal no consigue llegar a los niveles de un conflicto armado. Sin embargo, esto es lo que ha pasado en el triángulo norte de América Central (Honduras, Guatemala y El Salvador) y, más concretamente, en México”, indica el informe.

“No se había registrado jamás un enero y un febrero tan violentos como los de este año (2017). Las autoridades registraron 3.779 homicidios. Esta cifra, junto con las más de 35.000 personas desaparecidas, el debilitamiento del Estado, la corrupción y el aumento de la militarización de las bandas, ”ilustran cómo la violencia en México ha alcanzado los niveles de un conflicto armado“.

Sin embargo, los analistas en México cuestionan la metodología del IISS y también se preguntan por qué este informe ha decidido destacar la violencia del país y dedicarle una cobertura especial.

“Si Brasil hubiera declarado la guerra al crimen organizado, teniendo en cuenta que se han registrado 50.000 homicidios ¿El IISS también lo incluiría en su estudio?”, se pregunta Jorge Kawas, un analista de seguridad mexicano.

“Se trata de un estudio mal hecho y que ha conseguido una cobertura sensacionalista”, indica Tom Long, profesor del Centro para la Investigación y la Enseñanza de Economía (Centre for Research and Teaching in Economics). “Poner en el mismo saco la violencia causada por el narcotráfico y una guerra civil no tiene sentido. México, como la mayoría de países de América Latina, tiene un problema real en lo relativo a las muertes violentas”, añade.

Las ciudades de América Latina suelen figurar en las listas de las localidades más violentas del mundo, junto con algunas ciudades estadounidenses como St. Louis, Baltimore y Detroit.

“Es difícil hacer una estimación pero probablemente la mitad de los homicidios que se cometen en México no tienen nada que ver con el narcotráfico”, indica Long.

Traducción de Emma Reverter

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