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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Las cloacas del planeta

Begoña Huertas

El documental Las cloacas de interior del que se habla estos días narra el uso partidista del Ministerio del Interior durante la etapa de Jorge Fernandez Díaz como ministro y es realmente impactante. Pero no son estas las únicas cloacas. Los tejemanejes policiales y las tramas político empresariales contaminan buena parte de nuestro sistema. Echando raíces en las mismas cloacas donde se mezcla poder y dinero hay otra contaminación, y esta es también literal además de metafórica, la del sector energético. En este terreno, el uso interesado de los recursos públicos crea puertas giratorias por las que se mueven a sus anchas políticos/ negociantes que se forran a costa de todos.

Esta semana Iberdrola ha reconocido por primera vez que el autoconsumo eléctrico pone en riesgo su modelo de negocio. Vaya. ¿Tendrá esto algo que ver con que España -que podría haber sido una potencia pionera en energías renovables- haya sufrido un parón en este sentido durante los últimos años? El gigante energético reconoce su temor porque ve tambalearse su negocio, ¿y debemos creer que no hará presión a su favor y, tal como están las cosas, que no la obtendrá? Está bien, quizás sea casual que con el gobierno del PP se pusiera fin a los incentivos para la investigación energética y que en su lugar se comenzara a penalizar el autoconsumo de energía solar. Como igualmente casual pudiera ser que en los documentos del Ministerio de Industria para el decreto aprobado en 2015, el conocido popularmente como impuesto al sol, se utilizara la misma terminología que había utilizado Iberdrola en sus informes: “pagos de respaldo”. En el reciente viaje de los reyes a Londres, Ignacio Sánchez Galán fue uno de los acompañantes de los monarcas. Los peces gordos son los peces gordos y los monarcas no van a moverse entre boquerones.

A estas alturas nada parece casual. Aunque lo sea. Es difícil hablar de energías limpias cuando hay tanta suciedad en la política que nos gobierna. El caso es que las fuentes de energía limpia en todo el mundo han crecido más de un 50% mientras que España ha perdido el liderazgo en el sector, dejando de invertir en investigación y con esa barbaridad que es el impuesto al sol, que, aunque no se esté cobrando por problemas técnicos, obviamente lastra la inversión y el desarrollo. Así las cosas vuelve a replantearse el modelo de país al que se aspira, ¿turismo de sol y playa? Eso parece, y no sólo a causa del Partido Popular. Los que esperaban que Ciudadanos fuera un partido más moderno, con una visión de futuro más avanzada pueden darlos, también en este tema, por perdidos: Ciudadanos ha secundado los bloqueos del Partido Popular a cualquier iniciativa de la oposición planteada en este sentido.

También el cambio climático y la degradación del medio ambiente nos debería obligar a replantear el modelo de sociedad y las fuentes de energía. ¿Puede ser un negocio algo tan básico como la electricidad? ¿Puede regirse por el aumento constante de los beneficios algo tan delicado que nos afecta a todos?

En Lagos, Nigeria, ante la subida del mar debida al cambio climático, han puesto en marcha un tremendo proyecto que consiste nada menos que en fabricar unos cuantos kilómetros de tierra artificial donde instalar una nueva capital, Eko Atlantic. Una nueva capital económica que con su skyline de edificios de lujo, su shopping boulevard y su distrito financiero tape lo que quede detrás, esa segunda línea de chabolas que están hundiéndose en el agua. ¿Esa es la idea?

En el documental que mencionaba al principio, un comisario de policía se lamentaba de que en estos casos de tramas político-empresariales no se diga “robar” sino “apropiación indebida”. Del mismo modo, los intereses monetarios en temas de energía y medio ambiente deberían llamarse atentado contra la humanidad y sin embargo se llaman business.

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