El menor que llegó a Lanzarote en un atunero 'estrenará' los traslados obligatorios a la Península desde Canarias

El menor que llegó este miércoles a Lanzarote en un atunero ''estrenará'' las derivaciones obligatorias a la Península. Este joven marroquí de 17 años ha sido el primero en llegar a las islas desde que el Estado declaró a Canarias en situación de contingencia migratoria el pasado 29 de agosto. Esta declaración establece que los niños y adolescentes no acompañados que arriben a territorios donde los recursos de acogida tripliquen su capacidad tendrán que ser reubicados en otras comunidades en un plazo máximo de 15 días, de acuerdo con la reforma de la Ley de Extranjería.

El menor llegó al Archipiélago en la madrugada de este miércoles. Él y cuatro migrantes más viajaban en un pesquero que encalló en el pueblo de Órzola, en el norte de Lanzarote. Los supervivientes tuvieron que ser rescatados del barco por los bomberos. Llegaron desorientados, débiles y descalzos. Ya en tierra firme, contaron a las voluntarias de Cruz Roja que llevaban cuatro días en el mar, sin agua, comida ni GPS. Apenas tres horas después de su llegada, el barco se incendió.

Todos los migrantes recibieron asistencia médica a pie de playa y fueron trasladados a la Comisaría de la Policía Nacional de Arrecife. Desde allí, los adultos pasaron al Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) y el menor fue derivado a un centro de acogida del Gobierno de Canarias en Lanzarote.

La contingencia migratoria

El pasado 27 de agosto entró en vigor el decreto que permite iniciar las derivaciones de menores desde Canarias, Ceuta y Melilla a la Península. El documento, cerrado después de un año de negociaciones y con el rechazo del PP y Vox, fija la capacidad ordinaria de cada comunidad autónoma y, además, permite que las regiones con los recursos saturados soliciten la contingencia migratoria.

El 29 de agosto, el Ministerio de Juventud e Infancia declaró la contingencia migratoria en Canarias, Ceuta y Melilla, con su red de protección al triple de su capacidad. En concreto, el Archipiélago tiene una capacidad ordinaria de 737 plazas, pero tutela en la actualidad a 4.898 jóvenes sin referentes familiares en más de 80 centros repartidos entre las islas.

De esta cifra, cerca de 1.000 menores son solicitantes de asilo. De forma paralela a estos traslados, el Gobierno de Canarias y el Estado también avanzan en la reubicación de estos jóvenes vulnerables en los recursos estatales de protección, para cumplir con la orden del Tribunal Supremo, que requería al Ejecutivo central hacerse cargo de ellos. 

Mientras tanto, cientos de menores conviven hacinados en grandes centros de emergencia que, según han denunciado trabajadores y usuarios y como han reconocido diferentes miembros del Gobierno regional, no siempre garantizan sus derechos fundamentales.