El PSOE entra en 'modo shock' constante
“Todo está fatal”, “esto es una tortura”, “brutal”... son algunas de las expresiones que resumen el pesimismo y el desánimo en el que se ha instalado un PSOE que ha entrado en ‘estado de shock’ constante. Pedro Sánchez acumula escándalos de corrupción —a los que se acaba de sumar la investigación sobre el expresidente de la SEPI Vicente Fernández y Leire Díez— y acoso en el que fue su estrecho núcleo de colaboradores. Las filas socialistas, cada vez más inquietas ante la aproximación del ciclo electoral, se revuelven y miran a la dirección del partido y Moncloa mientras Sánchez y su cúpula se encomiendan al paso del tiempo para que pase la marejada.
Hacía tiempo que el PSOE no vivía una tempestad interna como la de las últimas semanas catapultada por el ‘caso Salazar’ que desveló elDiario.es. Las denuncias reveladas en el mes de julio cortocircuitaron la intención de Sánchez de aupar a su asesor en la dirección del partido, pero la gestión de las quejas que llegaron al canal interno de Ferraz, y que se quedaron casi cinco meses en un cajón, ha provocado un incendio interno que la dirección socialista aún trata de apagar. “No hay nadie en primera línea que no se achicharre”, reconoce un dirigente socialista.
Inquietud ante las elecciones y ¿fin de ciclo?
Las aguas se están moviendo y hay cargos intermedios que apuntan a la necesidad de dar un golpe de timón, con cambios en la cúpula socialista, a la que señalan en lo que el presidente ha asumido como un “error en primera persona”, y que incluso ven un fin de ciclo. Sin embargo, en la dirección ven “injusto” que se señale a la vicepresidenta y vicesecretaria general, María Jesús Montero, o a la secretaria de Organización, Rebeca Torró. “Ella puso en marcha el canal de denuncias interno”, dice una persona en su defensa.
Al ‘caso Salazar’ se han sumado la denuncia contra el líder socialista en Torremolinos, Antonio Navarro, por acoso sexual, que ha derivado en la disolución de la ejecutiva para poner la agrupación en manos de una gestora y a la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía. La división en ese municipio es total, según reconocen en la dirección federal, donde aseguran que han actuado de manera rápida.
A última hora de la noche de este jueves se ha añadido una denuncia interna en el canal antiacoso contra Javier Izquierdo, de la dirección federal. Izquierdo ha anunciado en su canal de X que abandona todos los cargos públicos y orgánicos del partido “para afrontar otras tareas profesionales y personales”.
También las denuncias contra el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, que ha dimitido en ese cargo, pero se ha mantenido en la alcaldía de Monforte de Lemos y como diputado provincial. En ese caso, la crisis afecta también a la dirección del PSdeG, que lleva años en horas bajas, y se apunta al secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, que ha estado de perfil en este asunto.
Poco mimo al partido
Los casos de acoso golpean al PSOE en la que ha sido una de sus banderas, el feminismo, y, sobre todo, hace peligrar su electorado más fuerte: las mujeres. Y en las federaciones son conscientes de ese riesgo. De hecho, fueron las feministas y responsables de Igualdad del partido las que exigieron explicaciones a Ferraz por la nefasta gestión del ‘caso Salazar’. Ahora la secretaria de Organización presentará las conclusiones que extra el PSOE tras recibir el informe de la comisión antiacoso en una rueda de prensa este viernes. No obstante, su intención es informar después a las responsables de Igualdad. Una de las quejas recurrentes de la dirigencia socialista es que Sánchez no cuida al partido y no se relaciona apenas con él.
En paralelo, algunas fuentes consultadas advierten del riesgo que entrañan las denuncias anónimas que se canalizan a través del canal interno y que han supuesto la fulminación inmediata de los denunciantes, a excepción de Salazar, quien se dio de baja de militancia después de que este periódico se interesara por el estado de las denuncias contra él. “Es peligroso”, admiten varios dirigentes consultados. Sin embargo, fuentes de la dirección dicen que no está en el plan cambiar ese sistema.
“Claro que el partido puede resistir”
El temor a acumular debacles electorales (primero en Extremadura, después previsiblemente en Aragón, y más tarde, en Andalucía) inquieta a los cargos intermedios del partido. Sin embargo, en el entorno de Sánchez intentan alejar ese fantasma. “Claro que el partido puede resistir”, dice una ministra interpelada por si el PSOE puede aguantar un ciclo electoral adverso: “Ya veremos cómo queda el partido. Estoy convencida de que los resultados irán mejor de lo que pensamos”.
Las detenciones de la exmilitante Leire Díez y el expresidente de la SEPI, Vicente Fernández, han terminado de dar la puntilla a un PSOE que no se había repuesto de los escándalos de acoso, el ingreso en prisión del otrora todopoderoso ministro y secretario de Organización José Luis Ábalos y sus advertencias a Sánchez, y la digestión del encarcelamiento de su sucesor, Santos Cerdán.
El Gobierno ve una campaña orquestada y mantiene el rumbo
En el Gobierno reconocen la “sorpresa” que les ha causado esa operación policial y creen que es parte de una campaña orquestada. “No creo en las casualidades”, dice un miembro del Ejecutivo, donde aseguran desconocer los hechos concretos que está investigando la UCO, aunque no creen que esté relacionado con el tiempo que Fernández estuvo en la SEPI.
La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha marcado distancias con Fernández, a quien nombró presidente de la SEPI. “Él estuvo escasamente un año y pico en la SEPI, hace más de seis años que no está dentro del grupo de personas que habitualmente despachan y, por tanto, no tengo ni idea de lo que estaba haciendo este señor”, ha dicho en declaraciones a los periodistas en el Congreso.
En el Gobierno asumen que el goteo de golpes judiciales va a ser constante lo que queda de legislatura, pero aseguran que Sánchez mantendrá su hoja de ruta hasta 2027. “Lo que quita es publicidad de la acción, pero lo importante es abrir camino”, dice una ministra, que reconoce, no obstante, que el partido está “disgustado”.
Por el momento, Sánchez sigue convencido de seguir adelante: “Hacemos tantas cosas desde el Gobierno y desde las instituciones, la inmensa gran mayoría de nosotros, que cuando existen personas que están implicadas o asociadas a casos de corrupción o a casos de machismo, a nosotros eso nos duele y nos impacta, por supuesto”, ha dicho Montero, antes de rematar: “Eso es una cosa y otra cosa es que eso provoque ningún tipo de inestabilidad en el Gobierno”.
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