Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PSOE entra en 'modo shock'
Quirón mantiene a González Amador, imputado, pese a su código ético
Opinión - 'Aroma noventero', por Esther Palomera

Aroma noventero

El diputado José Luis Ábalos durante una sesión plenaria en el Congreso

1

Casualidad o no, hace unos días una revista de moda y belleza anunciaba el regreso de las fragancias noventeras. Sea uno amante o no de los perfumes, no hay nada como la sensación que transmite el olfato para evocar los recuerdos. La publicación felicitaba a los apasionados de los aromas, tras publicitar con gran alarde tipográfico el regreso de los perfumes de los noventa. 

¿Nostalgia de un tiempo mejor? Depende. Si la esencia nos lleva hasta la ternura de una madre o el baño de la infancia, la mente recupera los mejores recuerdos. Si el aroma nos devuelve hasta una mala experiencia, taparse la nariz es una opción para bloquear la memoria. Un ejercicio que sirve de poco cuando el sentido que se desarrolla, además del olfato, es el de la vista cuando lee estos días los titulares de los principales diarios. El aroma en este caso, también es noventero, pero, en absoluto agradable porque es el que desprende la corrupción y es hediondo y repugnante. 

No teníamos bastante chapoteo con las andanzas de Ábalos, Koldo y Cerdán, cuando de repente, la UCO detuvo este jueves a Antxon Alonso, el empresario y socio del penúltimo secretario de Organización del PSOE. Todo en el marco de una investigación, declarada secreta, que también ha llevado al calabozo a la ex militante socialista Leire Díez y al ex presidente de la SEPI Vicente Fernández. La Guardia Civil ha practicado registros en Madrid, Sevilla y Zaragoza que están relacionados con empresas vinculadas a la empresa Servinabar, la mercantil de la que es copropietario Santos Cerdán, según la investigación de la UCO. Y además la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional ha registrado la aerolínea Plus Ultra en el marco de una investigación por presunto blanqueo, en el que fue detenido su consejero delegado.

Hay también un aroma en todo esto que evoca aquellos tiempos en los que el último gobierno de Felipe González acumulaba casos de corrupción de gran importancia. Hasta seis de sus ministros tuvieron que dimitir y varios altos cargos fueron encarcelados. España se desayunaba cada mañana con un escándalo: que si el saqueo de los fondos reservados; que si la fuga del director de la Guardia Civil tras haberse apropiado de fondos de la fundación creada para cuidar de los huérfanos de la Benemérita; que si la financiación ilegal del PSOE; que si la entrada en prisión del gobernador del Banco de España; que si la guerra sucia contra ETA de los GAL… 

El mismo hedor desprendieron, 20 años después, la investigación de la Gürtel; la caja B del PP, la policía patriótica, el reparto de sobresueldos entre los dirigentes populares, las mordidas a cambio de la adjudicación de obra pública y la financiación ilegal del partido que hoy dirige Feijóo. 

Salvo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no ha habido uno en democracia que se haya librado de la putrefacción, que no haya sido investigado policial y judicialmente o no haya sumado condenados por corrupción, malversación, tráfico de influencias y otros ilícitos penales. 

El de Sánchez suma ahora, a las andanzas de Ábalos, Koldo y Cerdán, una investigación que, aunque declarada secreta, apunta a caza mayor. Con la detención del expresidente de la SEPI, y dicho con todas la cautelas porque poco se conoce de las pesquisas, los socialistas ya no podrán decir que solo están afectados por un caso aislado. Ni perimetrado en el Ministerio de Transportes. Ni urdido por tres presuntos corruptos que se aprovecharon del PSOE o del Gobierno para forrarse. Hay un salto cualitativo que, por acción u omisión, señala a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. No solo porque Vicente Fernández haya sido un hombre de su más estricta confianza, que lo era, sino porque la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Estatales) es un holding empresarial del Estado adscrito al Ministerio de Hacienda, que gestiona presupuesto público a través de aportaciones de los PGE, que cuenta con financiación propia y que participa en la explotación o el capital de la agencia Efe, de RTVE, Correos o Navantia, entre otras empresas.

Las últimas detenciones parecen vincular diferentes tramas que han operado desde 2018 y, aunque Sánchez tenga la tentación de decir que no sabía, que ya no están en el PSOE o en el Gobierno o que su tolerancia con la corrupción es igual a cero, la acumulación de asuntos turbios empata con los que acabaron con los mandatos de González o Rajoy, independientemente de las especificidades de cada caso o el volumen de lo sustraído a las arcas públicas. 

La cuestión no es cuántos corruptos acumula cada uno, ni cuánto tiempo se tardó en apartarlos del circuito público, lo nuclear es que con todos estos casos de aroma noventero, el relato del PSOE sobre la persecución judicial, que haberla hayla, o el fango periodístico, que gana cada día enteros, se desvanece frente a la evidencia de que los suyos, como los anteriores y los anteriores, también han robado. Presuntamente, todo presuntamente y con todas las cautelas a las que obligan las investigaciones secretas o las instrucciones incipientes. 

El aroma, sin duda, es noventero. La incógnita es hasta cuándo el presidente podrá aguantar el mandato. Felipe González lo estiró tres años y Sánchez lleva, desde abril de 2024 que se produjo la detención de Koldo García, uno y medio, pero esto no tiene pinta de llegar hasta 2027 como es su intención, aunque tampoco convocar elecciones ahora porque sería pegarse un tiro en el corazón.  

Hagan apuestas. 

Etiquetas
stats