Apple y el sexo
Las viñetas muestran a dos hombres, uno con un televisor por cabeza, forcejeando muy juntos. Podría interpretarse como una pelea, pero los dueños de la aplicación para móviles ComiXology, socia de Apple en Gran Bretaña, pensaron que eran escenas gays y las retiraron del cómic Saga #12, del autor Brian K. Vaughan, publicado en versión digital. Tras las quejas de este, que primero pensó que había sido Apple el causante de la censura, el CEO de la aplicación, David Steinberg, explicó que no habían decidido publicarlas “en función de las políticas de Apple, que nosotros malinterpretamos”. La polémica, que tuvo lugar la semana pasada, según informó el diario británico The Guardian, pronto se diluyó y finalmente las escenas recuperaron su lugar.
Sin embargo, no es la primera vez que Apple se ve envuelto en una controversia similar relacionada con libros de temática sexual (sea de la orientación que sea). En septiembre de 2012 la plataforma censuró el título del libro de Naomi Wolf, Vagina, en el que exploraba por qué los genitales femeninos, a pesar de estar en un mundo hipersexualizado, aún siguen considerándose “algo vergonzoso”, según la autora. Para Apple hablar de vagina era demasiado y optó por sustituir el título por asteriscos. Así: V*****. Desde luego, las críticas de los lectores no se hicieron esperar: “¿Está Apple preocupado de que [sic] la gente vaya a descubrir que las ‘partes femeninas’ tienen un nombre?” La controversia demostró que Wolf había dado en el clavo con su análisis.
Poco después, la tienda iTunes volvió a las andadas. Esta vez con la portada de la novela erótica de Salwa Al Neimi, The Proof of the Honey, que mostraba a una mujer desnuda de espaldas. La plataforma británica de Apple la consideró “inapropiada”, aunque lo cierto es que la cubierta sí se mantuvo en la filial francesa de la firma. Lo curioso es que Gran Bretaña llevó a cabo un procedimiento similar al de muchos países árabes que censuraron esta novela, en la que la narradora llegaba a decir: “Tengo tres necesidades físicas: agua, semen y palabras. Son las tres cosas que necesito en la vida. Sin ellas no puedo existir”. Gran Bretaña, esa gran madre victoriana.
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